
Abelardo Hernández, Mitxel Casas y Manuel Delgado. Química del Amor. La Guerra de los Mundos. Diciembre 1996. 4v436f
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Abelardo Hernández, Mitxel Casas y Manuel Delgado. Química del Amor. La Guerra de los Mundos. Diciembre 1996. Y llamada de José Ferro al programa. 2l365a
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¿Al 343? Al 556.
Buenas noches, soy Antonio Hernández.
¿Él es? Antonio Hernández.
Cuéntanos de lo que estáis hablando vosotros.
Está aquel que a las 6 le llaman antes.
No, es que lo cogí por casualidad.
Ahora, de viaje, encontré la...
Algo así, de esas casualidades, en el comillo, no se explica la meteorología ni nada de eso.
No sé, expertos meteorólogos dicen que no hay un cambio climático.
Pues mira, antes decíamos que cada vez que hace frío se dice que es el año más frío del último siglo.
Pero tú, como ven gallegos, sabrás que hace un frío cuando el grajo vuela abajo.
Y con eso, si me permite, José, voy a darle entrada a más oyentes que quieren preguntar.
En este momento estaremos encantados de escucharte y que participes con nosotros todos los días.
Lo que pasa es que ahora son preguntas para Carmen Pérez de Laib.
Si quieres preguntarle algo, Carmen, está encantada.
Y si no quieres preguntarle algo, si vienes algún día por Madrid, ponte junto con nosotros, porque tienen muchas cosas interesantes que contarnos y seguir en los liores siempre, ¿vale? Sí, sí, sí.
José, un abrazo muy fuerte.
Simplemente deciros que esto, el avatar llamado Cristo, hay unas cuestiones, bueno, muy importantes que tendría que deciros, pero bueno, si es el momento, la iré, si no, cuando vosotros queráis.
Ahora, José, lamentablemente estamos en el tiempo en que los oyentes se amontonan queriendo preguntar cosas a Carmen Pérez de Laib, que como antes decíamos, esa es la única que preguntan cosas.
Ojalá nos hubieran preguntado eso hace un par de horas, ¿no? Acabo de conectar con vosotros porque vengo de fuera a Galicia y voy a conectar la radio por casualidad.
José, pues te emplazamos a que la semana que viene nos escuches y nos llames antes y estaremos encantados de hablar contigo, pero a Carmen no le podemos quitar su sitio.
Desde las 2 hasta las 6.
Desde las 2 hasta las 6.
Sí, José, desde las 6.
Muy bien, Antonio.
Venga, un abrazo.
Vale, un abrazo, José.
Y feliz año.
Igualmente para ti, José.
Carmen, muy poquito tiempo tenemos.
La pasión amorosa y el estado de excitación conseguido con algunas drogas estimulantes y pone una serie de fases.
En la fase primera, lógicamente está el encuentro amoroso.
Si no hay encuentro amoroso, no hay amor.
Todo lo demás.
En la fase segunda, la peniletinamina, PTA, una especie de anfetamina cerebral, interviene directamente en los estados de euforia y pasión desatada.
En la fase tercera, la separación produce síndrome de abstinencia.
Los bombones y los chocolates, fíjate que curioso, tienen peniletamina, curiosamente.
Es decir, esa droga, esa anfetamina que produce cuando estamos enamorados se puede compensar porque los bombones y los chocolates tienen alguna parte...
...y por eso quizás no son tantísima aportación como regalos.
Más que simpática.
En la fase cuarta, tras la etapa orgullosa manejada por la PTA, los controles pasan a manos de la endorfina.
Al igual que la morfina que produce el cerebro, produce un estado de tranquilidad y sosiego necesario para asentar la vida después de ese pecado.
Comprar el piso, acercarse al futuro, etc.
Luego está la fase quinta.
En algunos momentos, la peniletamina puede ganar el pulso a la endorfina y producir momentos voluptuosos de pasión con el ser amado o con un tercero, por lo que el adulterio sería, así mismo, pura química.
Ya estamos hablando de cuestiones morales y estamos hablando de pura química.
En la fase sexta aparece una hormona cerebral llamada oxitocina.
Su función principal es estimular las contracciones uterinas para el parto y hacer brotar la lecha de la madre.
Sin embargo, esta hormona química actúa como estimulante que aumenta la sensibilidad sexual y ofrece estados de relajación.
La oxitocina aumenta y aún en mayor proporción por la química, todo química.
Si todo este acto químico del amor fuera poco, dentro del proyecto Genoma Humano se sigue buscando el gen que explique la capacidad de amar y las relaciones que provoca, aunque yo particularmente no creo que nunca se consiga buscar la realidad física del enamoramiento.
Ningún científico químico, antropólogo, psiquiatra o dermatólogo puede explicar la elección que hacemos de una persona determinada.
Ese ser especial que no ha sido experimentado en la pobreza es la provecha de algún laboratorio de locos.
Otros muchos científicos que critican los demaneos de sus colegas en estos temas manifiestan que si el amor es pura química, cualquiera de nosotros puede ser loco.
Comentarios de Abelardo Hernández, Mitxel Casas y Manuel Delgado. Química del Amor. La Guerra de los Mundos. Diciembre 1996. 572030