
73 x ZELENSKI vs TRUMP: UN HOMBRE SIN TRAJE FRENTE A UN TRAJE SIN HOMBRE 1c5v2x
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La reciente visita del Presidente de Ucrania Zelenski al Despacho Oval de la Casa Blanca, teniendo como anfitriones a Trump y Vance, ha dejado para la posteridad uno de los actos más lamentables que la historia haya observado nunca, un atentico atentado a la diplomacia y al sentido común, incluso a las libertades y la Democracia. Zelenski, el Presidente de una nación invadida, observó como le acusaban de causar muertos o no querer la paz por pretender, solo, que su país sea liberado de las tropas invasoras. Puro sentido común. Trump convierte al invadido, saqueado y masacrado con crímenes de guerra en el causante de que la guerra siga en pie. Vacelar hace un paralelismo histórico con la anexión de los sudetes por Alemania en el 38, y el papel de Chamberlain que, por evitar la guerra, prefirió el deshonor, y acabó teniendo guerra. Muy pero que muy políticamente incorrecto. 522j2i
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Allá por el año 1938, el Tercer Reich alemán estaba en esos preludios que eran previos a la Segunda Guerra Mundial, el Tercer Reich estaba intentando expandir su territorio.
Se había hecho ya con Austria y Adolf Hitler se había encaprichado con una región de Checoslovaquia, la entonces Checoslovaquia, que era llamada Los Sudetes, Los Sudetes Chicos.
Esa región se caracterizaba porque había una mayoría cultural, étnica, racial, también lingüística alemana. Eran gente, básicamente descendientes alemanes que residían en aquel territorio. Eso provocaba que, bueno, había cierta desafección por parte de estos habitantes con respecto al gobierno checo porque se sentían más bien alemanes. Hablaban alemán, tenían cultura alemana, en fin. Todo esto, que es un hecho y que no lo voy a negar, es historia, es el pretexto que usaba Hitler para decir que quería poner bajo la bandera de Alemania todos los territorios que él entendía que formaban parte del espacio natural alemán.
Ya lo había hecho con Austria, como he dicho, y lo quería hacer con Los Sudetes. La comunidad internacional, en general, y Europa en particular, ya miraban el nazismo con recelo, con recelo.
Ya daba la impresión de que Hitler era un loco, típico tío que entiende la política exterior como una manera de vasallaje de todo lo que le rodea y con esa superioridad que se defendía de la raza alemana, con esa intencionalidad de querer salvaguardar el honor alemán que había sido humillado en el Pacto de Bielsaies con el fin de la Primera Guerra Mundial, donde básicamente le descolocaron, ahí sí que hay que conocerlo de manera injusta, descolocaron en San Benito de ser los culpables de la guerra. Hubo varios culpables de la Primera Guerra Mundial, no solo Alemania. Los países europeos ya miraban a Hitler diciendo, a ver, este tío no nos gusta. Daba la sensación de que en cualquier momento podría provocar una guerra.
La Primera Guerra Mundial todavía estaba reciente y se tenía miedo de que pudiera desatarse una segunda. Muchísimo más miedo de que tengamos nosotros ahora, después de 80 años de acabar la Segunda Guerra Mundial, de que exista una tercera. Pero en aquel tiempo no había pasado mucho tiempo. Habían pasado unos 20 años. La Primera Guerra Mundial estaba muy presente y la Segunda Guerra Mundial, con la inestabilidad política que todavía existe en Europa, era perfectamente plausible.
No era ninguna tontería. Encima había un loco que había dado un autogolpe de estado en Alemania, que se había autoprogramado Hitler y, bueno, pues este señor se dedicaba pues a eso, a intentar anexionar. Eso es lo que le explicaba al resto de países europeos, que él solo quería aquellos territorios que él entendía que tenían que ser Alemania, por razones étnicas, culturales, lingüísticas.
Es decir, que no tenía intención de hacer una especie de operación militar para someter a países de su entorno que no fueran del espacio natural alemán. Pero claro, no había muchos motivos para creerle porque, mientras decía eso, no paraba de producir armamentísticamente todo tipo de aparataje militar. Estaba prácticamente militarizado todo el país.
En fin, te están contando eso mientras están fabricando bombas, pues no es muy creíble. El primer ministro británico se llamaba Neville Chamberlain. Tenía como opositor, líder de la oposición en el Reino Unido. Es un título que no es como aquí, o sea, es un título de verdad. Aquí decimos que el líder de la oposición es el líder del partido más votado que no gobierna.
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