62. Los Rezillos,los escoceses que nos salvaron de los ataques marcianos. 3i383d

Dentro de los grupos de finales de los años setenta, hay un buen puñado de grandes bandas que no tuvieron tanto éxito en las listas ni tanta presencia en los medios, pero que nos dejaron un número considerable de buenos singers e incluso, como es el caso, excelentes álbumes.

Hoy, en Música para Náufragos, hablamos de la banda escocesa Los Recillos.

Esta banda de punk y new wave formada en Edimburgo en 1976, optaron por un camino diferente al de sus contemporáneos. El nihilismo, la crítica social, señas de identidad de bandas como Los Clash o Tom Robinson, fueron sustituidas por el desenfado y la imaginación. La alineación original incluía a Eugene Reynolds, Faye Fyfe, Joe Collins, Willem Mysterius, Angel Patterson, Heify Harris y el Dr. Deca Smithy.

Desde sus inicios, la banda fue conocida por incorporar elementos teatrales y humorísticos en sus presentaciones en vivo. Reynolds se vestía como un protagonista de una película de ciencia ficción de los años 50, mientras que Faye Fyfe lucía modelos al estilo de Vilma Picapiedra. Todo esto se relacionaba con su formación como alumnos de la Escuela de Arte de Edimburgo, donde los trajes de plástico, las sombreras con bombillas, los tupés superlativos y la exavagancia desmedida formaban parte de su indumentaria habitual.

Musicalmente, hacían guiños al beat, a la música garaje y al gran rock, pero adaptados a los nuevos tiempos, añadiendo frescura y descaro a las tres notas típicas del rock and roll. Su primer sencillo, Can't stand my baby, llamó la atención de la industria musical y les permitió conseguir un contrato con Six Records. En el año 1978 lanzaron su álbum debut Can't stand the recillos, un clásico del punk y la new wave que incluye temas emblemáticos como Flying saucer attack y Top of the pops.

Este último se convirtió en éxito, alcanzando el top 20 en las listas británicas. Curiosamente, esta canción que ironizaba sobre la música comercial emitida por el famoso programa del mismo nombre, fue interpretado por la banda en una de sus emisiones, demostrando que el sistema es capaz de absorber incluso las críticas más aceradas dirigidas contra él. A pesar de su creciente popularidad, la banda se disolvió poco después de lanzar su álbum en vivo, Mission accomplished but the beat goes on.

Eugen Reynos y Faith Fight formaron Los Revillos, una banda que continuó la esencia original con nuevos integrantes y éxitos durante los años 80. Algunos de los demás emprendieron otros proyectos y Joe Collis, dejando atrás su falda escocesa y su guitarra distorsionada, se unió a The Human League, donde compuso el famosísimo Don't you want me?, un tema antitético a su etapa anterior.

En años posteriores, tanto Los Recillos como Los Revillos se reformaron en distintas alineaciones, realizando giras y grabaciones por todo el mundo. Yo tuve la oportunidad de ver a esta formación renovada en el año 1982 en la sala Rocola. Mantenían por entonces toda la vitalidad y esencia de su formación anterior, aunque recuerdo que debido a un público desubicado cronológicamente que insistía en escupir a la banda, sus abandonaron el escenario, aunque afortunadamente reconsideraron su decisión y regresaron. Thunderbirds Are Go!, el tema que vamos a escuchar hoy, es un homenaje a la serie de televisión inglesa del mismo título del género de ciencia ficción y protagonizada por marionetas. Esta serie, emitida entre 1965 y 1966, se convirtió en un programa de culto para el público infantil.

Por cierto, que en España se conoció como Guardianes del Espacio. La canción es un cariñoso homenaje a su infancia, intercala escenas de la serie con la emoción de sentarse frente al televisor para disfrutar de un programa que, sin duda, influyó en ellos, al menos estéticamente, y les inspiró una de las mejores canciones de la banda.

La mezcla de la instrumentación punk, con voces incluidas por el beat británico, nos ofrece un tema dinámico, efervescente y muy muy divertido. Es muy recomendable ver el vídeo en internet, no sólo por comprobar su talento musical en vivo y sus movimientos espasmódicos, sino también por una puesta en escena que mezcla elementos de la space ópera con bailes puramente hip-hop.