52- ¿Qué es el amor y qué no lo es? 47534n

No es fácil tener una vida equilibrada.

El día a día nos arrastra muchas veces a situaciones difíciles de gestionar.

En el Diván de Chus abordamos temas clave de la salud mental, ofreciendo herramientas y reflexiones para comprender la mente, las emociones y el comportamiento humano.

Hoy vamos a hablar de un tema que nos toca absolutamente a todos, que es el amor y que no lo es.

Bueno, muchas veces estaréis de acuerdo que hemos escuchado frases como el amor todo lo puede, si duele es amor de verdad, pero ¿qué tal de ciertas son todas esas afirmaciones? ¿Estamos idealizando el amor o realmente entendemos lo que es? En este nuevo episodio del Diván de Chus vamos a explorar qué significa amar de forma sana, cómo diferenciar el amor del apego o la dependencia, qué señales nos pueden indicar que estamos en una relación que no nos hace bien, en fin, vamos a cuestionar creencias, vamos a descubrir nuevas perspectivas y, sobre todo, aprender a construir relaciones un poquito más conscientes y saludables.

Hola, Chus González, ¿qué tal? ¿Qué tal? Buenos días, chicos, chicas.

Yo quería empezar definiendo el amor, ¿qué es que sé, la mug? ¿Qué es que sé? No sé si es mejor decir qué es que sé, qué es que no sé.

Bueno, vale.

A ver, primeramente, identificar el amor con esa especie de romanticismo social aceptado por todas partes, que es el estado de enamoramiento, es totalmente nocivo para tener una idea de lo que es en realidad el amor.

La mayor parte de las veces lo que se identifica como amor es el estado de enamoramiento y el estado de enamoramiento no es nada más que un proceso neuroendocrino que se produce en los primeros segundos, cuando esto del amor a primera vista, cuando conoces a una persona y sientas esa atracción y, lógicamente, se mueve en ese estado químico transitorio, que es importante saber qué es transitorio, eso se identifica como amor y eso simplemente es el estado de enamoramiento que es una especie de tontería inducida por mis hormonas, o las hormonas masculinas, por nuestras hormonas, que nos lleva a estados alterados de conciencia.

De hecho, en psicología, a ese estado se llama estado de enajenación mental transitorio.

Afortunadamente, como digo, es transitorio, dura aproximadamente entre un año, año y tres meses, como mucho, y es un estado que es similar a la de las drogas, similar al trastorno obsesivo-compulsivo y no es sostenible en el tiempo, ni muchísimo menos, y, lógicamente, es totalmente deplorable para que seamos personas con dominio de nuestra situación y con valor propio, con lo cual todas las decisiones que puedan surgir de ese estado de enamoramiento hay que tomarlas entrecomilladas.

Entonces, decir que las relaciones de pareja deberían de ir mucho más allá de esa fase química transitoria, porque el amor, que es lo que estamos tratando hoy, es mucho más, es algo que no tiene nada que ver con esto.

Eso viene después.

Claro, ahí voy yo.

Es decir, que después de ese estado de enajenación mental transitorio que dura, como has dicho, año, año y medio, claro, uno puede pensar, pues entonces vaya porquería, o sea, me desenamoro después de ese tiempo y se acabó, se acabó lo que se daba.

Entonces, eso no era amor, eso era ese estado de enajenación, esa tontería hormonal de la que hablabas.

Entonces, ¿cómo llamo a lo de después? Mira, esto que dices es muy gracioso, porque yo, bueno, gracioso entre comillas, porque me lo encuentro yo muchas veces en consulta cuando la gente dice, claro, si tú identificas el amor como rozarte con alguien y que te dé escalofríos, entonces, cuando lo dejas, porque se pasa esa fase, es normal que digas, pues ya no estoy enamorado, esa persona no es para mí, se nos acabó el amor.

No, no, es que el amor no ha empezado todavía.

Me gusta.

O sea, todavía no has amado a esa persona.

El amor empieza cuando realmente termina esa fase, que esa fase está hecha así, la naturaleza es muy sabia, está hecha con ese boomerang hormonal para que nos reproduzcamos y para que la humanidad continúe.

Entonces, no se pierda.