356 - La intercesión - No podemos chantajear a Dios 25v5b

Buenos días. La semana pasada iniciamos con la serie sobre la intercesión. Vimos qué significa interceder, según la Real Academia Española, hablar en favor de alguien para conseguirle un bien o librarlo de un mal. Vimos que cuando yo intercedo en oración por una persona, obviamente que no soy yo, en lugar de pedirle a Dios cosas para mí, en lugar de pedirle lo que yo considero que sería mejor para mí, lo hago en favor de otra persona.

Es decir, la intercesión es orar en favor de otros. Vimos ejemplos del apóstol Pablo como le pedía a Dios por el bien de las congregaciones, también pedía a las congregaciones que oraran por él, y Pablo pidió que todos intercediéramos por todos, especialmente por los gobernantes.

Vimos también que la intercesión no es un llamado especial para unos cuantos, y que el ministerio de profeta del Antiguo Testamento no es vigente. El ministerio sacerdotal del Antiguo Testamento tampoco es vigente. Nadie puede tratar de tomar ese ministerio, esa responsabilidad y tratar de interceder como los profetas lo hacían. Vimos y demostramos que ya no tiene ningún sentido desde que Cristo vino a este mundo, pagó el precio, vivió una vida justa y resucitó. No es necesario ningún ministerio de profeta ni de sacerdote según el Antiguo Testamento.

La Biblia enseña que ahora todos somos sacerdotes en un sentido distinto, en un pacto nuevo, y que cuando hablamos de profecía no hablamos de un ministerio, sino simplemente hablar de parte de Dios. Vimos también que todo lo que estudiamos acerca de la oración aplica para la intercesión, porque sigue siendo oración, y analizamos la primera vez que Moisés intercedió por los israelites, y les comentaba que esas primeras veces donde Moisés intercede pueden ser confusas a la hora de interpretarlas.

Vimos la primera vez que intercede por el pueblo y demostramos que Moisés no estaba dando órdenes ni reclamando algo a Dios, el propósito de su petición es que Dios fuese glorificado, estaba suplicando conforme a su voluntad. Vimos que Dios no cambia, Él es inmutable, y que Dios por medio de Moisés mostró que uno de sus siervos puede interceder por el pueblo haciendo a Moisés figura de Cristo, mostrando cómo es que un siervo de Dios podía lograr que Dios obrara en favor de las personas, el pueblo de Dios. Y eso nos apuntaba a, en última instancia, el mejor de los profetas, el profeta perfecto, que era Jesús.

Entonces, ahí nos quedamos la semana pasada, y el día de hoy vamos a tomar la segunda vez que Moisés intercede, porque también tristemente es usada como fundamento de una doctrina que se desvía de lo que dice la Escritura. Esa doctrina que a mí me enseñaron, yo viví todo ese proceso de lo que te enseñaban, cómo eso se empezó a reflejar en las canciones cristianas, lo que circulaba en la radio cristiana, cómo fue madurando toda esa parte de esa supuesta revelación y lo que Dios hacía, y cómo tristemente distorsiona lo que la Biblia enseña.

Y me parece que muchos hoy en día siguen apegados a esa doctrina, y es difícil hacerles entender porque hay versículos que aparentemente demuestran lo que ellos están diciendo. Entonces, hoy nos vamos a enfocar a estudiar la segunda vez que Moisés intercedió por el pueblo y analizar, que es el tema de esta sesión, si es posible chantajear a Dios. De hecho, el tema es, no es posible chantajear a Dios. Pero hay cristianos que afirman que sí, que sí podemos chantajear a Dios, y supuestamente mencionan versículos que demuestran que podemos chantajear a Dios y cantan que podemos chantajear a Dios.

Entonces, el propósito es entender que cuando nosotros pedimos por alguien más, al ver la manera en que Moisés intercede, tenemos que entender cuál es el papel que nos corresponde. No podemos condicionar a Dios o ofrecerle tratos a Dios para que nos dé lo que pedimos, no es para nosotros sino para otros, como si pudiésemos lograr de alguna manera presionar, comprometer a Dios para que haga las cosas cuando pedimos por alguien más. Entonces, eso no tiene sentido bíblicamente, y lo vamos a examinar a detalle. Entonces, antes de empezar a estudiar vamos a hablar así como estamos. Dios te damos gracias.