
Descripción de 311-Toco madera 1m1k1y
¿Qué harías si tu mejor amigo decide dejarlo todo por un sueño que aún no existe? ¿Y si su pareja hace lo mismo? ¿Y si tú te quedas mirando desde fuera, viéndolos pelearse con la realidad durante un año entero? Esto no es una historia de éxito fácil. Es una historia de fe ciega, decisiones absurdas (¿o no?) y una celebración que no sabías que necesitabas escuchar. Hoy hablamos de lanzarse. De sostenerse. Y de lo que pasa cuando, por fin, el esfuerzo empieza a dar señales de vida. Spoiler: hay sudor, hay dudas… y hay brindis. 1h1d6z
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
¿Qué harías si tu mejor amigo deja un trabajo estable para montar un negocio de la nada? ¿Y si encima su pareja hace lo mismo? Pues esta es la historia de hoy, la de una pareja de locos valientes que decidieron lanzarse al vacío juntos.
Y la de su amiga Laia, que después de verlo sudar tinta durante un año entero, tenía claro que había que celebrar que seguían en pie, y por fin con más pedidos que nunca.
Pero primero, me presento por si acabas de aterrizar por aquí.
Soy Ingrid y esto es Alimentando Historias, el podcast donde te cuento las anécdotas más curiosas, divertidas y a veces surrealistas que vivimos en nuestra tiendecita gourmet Original Taste & Co.
Desde aquí no solo enviamos productos de los de madre mía pero qué bueno que está esto, sino que además llevamos alegría en forma de regalos. Y muchas veces esos regalos terminan alimentando historias que te cuento luego yo por aquí.
Esta historia sucedió hace ya algún tiempo, pero por una de esas sincronicidades que se dan a veces, recientemente me vino a la cabeza y he pensado en compartirla contigo.
Cuando me llegó este pedido hacía un año que Paula había dejado su trabajo. No porque estuviera harta ni porque tuviera un jefe de esos insoportables, aunque bueno, alguna que otra reunión eterna de este tipo seguro que sufrió, lo dejó porque quería crear algo con sus manos, algo que fuera suyo. Y su pareja Dani no tardó demasiado tiempo en seguirla, y entre los dos montaron un taller de piezas de madera artesanas.
Había mesas, estanterías, lámparas, objetos de decoración, cualquier cosa que pudiera salir de un tronco y de mucha paciencia. Pero lo que no te cuentan los gurús de persigue tu sueño, y a veces no estás listo para escucharlo tampoco, es que los sueños vienen demasiado bien acompañados de facturas y costes y que los clientes por contra tardan a veces en llegar.
Así que el primer año fue duro, hubo madrugones, cuentas que no cuadraban y un taller que parecía más un almacén que un negocio. Hubo dudas, hubo discusiones y más de una cena de estas de pasta que te hace simplona con lo que te queda en la cocina porque no tienes ni tiempo ni ganas de ir a comprar. Pero siguieron, insistieron y poco a poco empezaron a hacerse un nombre. Y justo cuando se cumplía un año desde aquel salto al vacío empezaban a llegar pedidos con más frecuencia y algunos incluso proyectos más grandes, un par de colaboraciones con tiendas, recomendaciones del boca a oreja, la cosa se empezaba a mover.
Y ahí es donde entra Laya, su mejor amiga. Ella había estado ahí desde el principio viendo cómo pasaban de la emoción al pánico y del pánico a la obsesión por los detalles y por todo. Así que cuando vio que las cosas por fin empezaron a cambiar decidió hacerles un regalo. No por, oye, habéis triunfado, lo habéis petado, sino por haber aguantado, por no haber tirado la toalla y por haber apostado por ellos mismos y además como un equipo.
Nos pidió una caja gourmet con todo lo necesario para una celebración así como en condiciones. Un buen vino, quesos ibéricos, algo dulce, a todo el mundo le gusta un toque dulce al final, no sé. Y junto con la caja incluyó una nota que decía se celebra todo, el primer pedido, el pedido gigante, las horas sin dormir y hasta los marrones que os ha tocado resolver. Brindemos por eso y porque os ha traído hasta hoy. Cuando la pareja recibió la caja nos contó después Laya, pues se rieron, se emocionaron y por supuesto se bebieron ese vino la misma noche en que les llegó la caja.
Porque sí, perseguir sueños es duro y se merece ser celebrado cada momento que puedas. Y no sé tú, pero yo creo que en general nos enfocamos demasiado en qué me falta, qué no tengo, en lugar de celebrar lo que ya tienes y lo que has logrado. Parece que nos olvidamos de esa parte y es lo más importante. Y por eso cuando tú te olvidas pues está bien que alguien no os lo recuerde con un buen regalo. Y si lleva jamón, pues qué te voy a decir yo, pues mejor.
Así que ya sabes, celebra todo, aunque sea un porque sí, tú celébralo, que creo que hace
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