313- Salvadas por la campana 3af2x

¿Quién dijo que las amistades verdaderas solo nacen con el tiempo? A veces basta un pasillo de escuela, una clase llena de peques y mucho caos para encontrar a alguien que se convierta en tu persona favorita. Pero antes de entrar de lleno en la historia, deja que me presente por si acabas de llegar. Soy Ingrid y esto es Alimentando Historias, el podcast donde te cuento las anécdotas más curiosas, surrealistas y a veces divertidas que vivimos en nuestra tiendecita gourmet Original Taste & Co. Desde aquí no solo enviamos productos de esos que dices madre mía esto está buenísimo, sino que además llevamos a alegría en forma de regalos. Y muchas veces esos regalos terminan justamente alimentando historias como esta que te traigo hoy.

Mariana y Meri no se conocen desde la infancia, ni son vecinas de toda la vida. Se conocieron apenas hace dos años en una escuela infantil. Meri ya estaba ahí, al frente de la clase de un añito. Que dicho sea de paso, es como estar al mando de una banda de mini rockstars en pañales. Y Mariana llegó para encargarse de la clase de dos años. Y claro, el trabajo con niños tan pequeños es tan bonito como exigente.

Gritos, mocos, canciones a todas horas, padres con dudas, reuniones, juegos, lloros. Y más lloros. Vamos, que no es un spa. Así que cuando apareció Mariana, con ganas de hacer cosas nuevas, con buen rollo y sobre todo con ese tipo de energía que contagia, Meri lo notó al instante y… ¿conectaron? Comenzaron como compañeras de trabajo, pero rápidamente pasaron a compartir mucho más tiempo como amigas.

Cafes rápidos en los recreos, audios eternos por whatsapp, desahogos, risas, algún lloro… han vivido de todo en estos dos años. Porque sí, aunque no haya pasado tanto tiempo, lo han exprimido al máximo. Han estado la una para la otra en momentos duros y también en etapas preciosas, como la boda de Mariana o cuando le anunció que estaba embarazada.

Meri es un poco más joven, entonces Mariana siempre dice que se ve reflejada en ella y que eso le ha hecho tener todavía más empatía, como si de alguna manera recordara su propia etapa en cada paso que da su amiga. Y esa conexión, esa forma de cuidarse y entenderse, ha hecho que lo suyo se haya convertido en una amistad de esas de las buenas que haces que empastas, que no hace falta explicar mucho más para que la otra lo entienda todo.

Y claro, llegó el cumpleaños de Meri, y casualmente este año no se podían ver porque Mariana estaba de reposo por ese embarazo. Así que pensó en principio lo típico, mandarle algo útil, algún material para el aula chulo que al final sabe que le haría ilusión.

Pero tuvo una charla con su pareja, sabias palabras, te digo, y se dio cuenta de que justo ese año tal vez era mejor tirar por otro sitio que le haría más ilusión a Meri, algo que fuera más disfrutón. Así que nos pidió una cajita, nada recargado, pero con cosas ricas. Llevaba jamón, llevaba un poquito del queso que para mí es el queso más bueno del mundo, la mermelada de calabaza, que es ese caprichazo dulce que empiezas y no sabes cuándo acabar. Vamos, lo justo para que Meri se montara un buen homenaje en casa. Y la verdad es que lo mejor, a mí pesar, no fue la caja en sí, sino la nota que Mariana le quiso incluir.

Porque es una persona que desde pequeña me contaba que le ha gustado siempre escribir, y entonces en esta ocasión no la iba a dejar escapar. Le escribió un mensaje que no era largo pero sí que transmitía mucho sentimiento. Era algo así como un pequeño detalle para una gran persona. Gracias por todo, Meri, por ser como eres, por estar, por hacerme reír, por apoyarme y por compartir momentos únicos conmigo. Eres increíble y no lo olvides nunca.

Solo deseo poder seguir viviendo aventuras y momentos a tu lado.

Muchas de las mejores amistades no se miden en años, se miden por el impacto que tienen en tu vida y en tu día a día. Y si encima las celebras con jamón, pues oye, mira, mejor que mejor.

Así que ya sabes, si tienes a alguien así en tu vida, no te esperes a la ocasión perfecta para decírselo. A veces una caja bonita y unas palabras sinceras hacen más que mil abrazos.

Nos escuchamos en el próximo episodio con más historias que a menudo empiezan con un pedido, pero que siempre acaban con un beso.