2x03. Lydia Valentin: "No tocas una pesa y te pones como Hulk. El tejido muscular es muy caro" 6u3x1r

La gente piensa que tocas una mancuerna y te pones como Juli.

Y yo, ojalá, ¿no? Ojalá, con lo que cuesta.

Son unos estereotipos que se han lanzado y es como tienes que seguir este patrón si quieres ser como una mujer, tienes que seguir este otro si quieres ser como un hombre, pero también, como bien dice Sara, al final esto es altrofía, nutrirse, descansar, tener fuerza, tener esa energía que la competición te la va a requerir.

El hecho de que yo quiera tener una vida más saludable, porque he sido así, porque me gusta, porque son hábitos que, al final, me gusta mantener y que cada uno haga lo que quiera, pero sí que es verdad que tienes que dar explicaciones.

Pero cada vez más faltan a los entrenadores y entrenadoras esas nociones de, simplemente, datos de activación, postura...

Entonces, claro, en el mundo de la fuerza, tía, es que se ve un montón.

Pues tenía hasta la lesión de cadera y que lo había conseguido todo en mi deporte, que ya había estado en cuatro Juegos Olímpicos, que estar en unos quintos era forzar demasiado ya a nivel salud.

El powerlifting salvó mi vida, cambió la relación con mi cuerpo, pasando del castigo a la fuerza y a la funcionalidad en un mundo que no nos enseña a ser fuertes.

Aún hay estereotipos que superar, pero cada vez somos más las mujeres que entendemos la importancia del entrenamiento de fuerza.

Hoy hablamos con Lidia Valentín sobre romper moldes, alimentación y la realidad del deporte femenino.

Bienvenidas a Salud Hormonal Podcast.

Lidia, bienvenida, ¿cómo estás? Muchas gracias, Sara, la verdad que encantada de estar aquí contigo, o sea, que fantástica.

¡Qué guay! Hoy vamos a hacer un podcast un poco diferente a lo que vienes haciendo, ¿no? Porque creo que todo el mundo, si no te conoce hoy, te tiene que terminar de conocer.

Eres campeona olímpica, eres campeona mucho más que solo en las Olimpiadas y siempre has hablado mucho en todos los episodios, a lo mejor, a los que te han invitado, hablando de quizás tu trayectoria más como deportista, pero hoy, ya que estamos aquí en un podcast de salud femenina, me gustaría que hablásemos un poco de cómo tú, tus hormonas, tu suelo pélvico, tu día a día, incluso el hecho de ser mujer ha influido en toda tu trayectoria deportiva y cómo eso influye también viceversa, ¿no? Entonces, quiero empezarte preguntando cómo es ser mujer en un mundo de fuerza casi dominado por hombres, ¿cómo te has sentido tú? Bueno, pues la verdad es que me he sentido súper normal, la verdad es que todo se normalizaba muchísimo, los entrenamientos en el alto rendimiento, siempre he dicho que no había diferencias entre el género femenino o el género masculino, el entrenamiento era igual para todos, los ejercicios, la carga de volumen y los objetivos, al final.

Sí que es verdad que lo único que se diferenciaba era por...

Pues bueno, tu categoría de peso y tus marcas, pero no si eras mujer o si eras hombre.

Entonces, la verdad es que yo he practicado toda mi vida un deporte de fuerza y sí que es verdad, más dirigido al género masculino, pero como que nunca he sido consciente de...

De hecho, cuando comienzo con 11 años, tampoco me doy cuenta que es un deporte de fuerza, sino que a mí me gusta ese deporte y tengo habilidad y quiero practicarlo, pero no soy muy consciente, sí que es verdad que a lo mejor más el entorno de...

Oye, ¿por qué hagas alterofilia? Te vas a poner muy fuerte y demás, pero no era tan consciente hasta después y sí que es verdad que nunca he notado diferencias.

Vale, ¿y por qué empezaste en el mundo de la alterofilia? Esto además, la vez que nos vimos no te lo pregunté y siempre me ha gustado preguntártelo.

Bueno, era una niña muy deportista, me gustaban todos los deportes, practicaba varios y yo siempre digo que la alterofilia me escogió a mí porque se dieron diferentes circunstancias.

El entrenador de alterofilia se fijó, me lo propuso y yo dije, bueno, a mí me gusta todo el deporte, ¿por qué no? Y era una niña superfuerte, también he de decir.

Y me gustó, empecé con 11 años y ya con 15 me vine a Madrid con los objetivos muy claros.

Y bueno, allí de casualidad, al final, yo creo que este tipo de deportes muchas veces te buscan a ti, son causalidades o casualidades, pero bueno, empecé con 11 años, me enamoré y hasta ahora.

Qué guay, tía.

Claro que no te iba a decir que a los 10 o 15 años ibas a llegar a este punto.

¿Alguna vez te lo imaginaste antes de empezar en el alto rendimiento? ¿Te planteaste, hostia, lo mismo, puedo ser una gran campeona y diferenciarme del resto? No, no, no. Y menos tan pequeña.

Sí que es verdad que yo recuerdo que le decía a mi madre, mira, mamá, yo con ir a unos Juegos Olímpicos sería feliz.

Es como el sueño, porque al final estás haciendo un deporte olímpico, pero para nada de ganar un mundial o ganar unos europeos o tener tres medallas olímpicas.

O sea, eso es imposible, porque sí que es verdad que te vas como creando y vas viendo los objetivos a corto plazo.