
16-05-2025 Mejor que un Airbnb - 10 Minutos con Jesús 1d711d
Descripción de 16-05-2025 Mejor que un Airbnb - 10 Minutos con Jesús 6b20b
** Ponte en presencia de Dios. Trata de hablar con Él. ** 10 minutos son 10 minutos aunque te puedas distraer. Llega hasta el final. ** Sé constante. El Espíritu Santo actúa “a fuego lento” y requiere constancia. Audios de 10 minutos que te ayudan a rezar. Un pasaje del Evangelio, una idea, una anécdota y un sacerdote que te habla y habla al Señor invitándote a compartir tu intimidad con Dios. Busca tu momento, piensa que estás con Él y dale al play. Toda la info en nuestra web: www.10minutosconjesus.org [email protected] Para recibir cada día tu meditación por Whatsapp pulsa aquí: http://dozz.es/nu36t 6u326q
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
Señor mío y Dios mío, creo firmemente que estás aquí, que me ves, que me oyes, te adoro con profunda reverencia, te pido perdón de mis pecados y gracia para hacer con fruto este rato de oración. Madre mía inmaculada, San José, mi Padre y Señor, ángel de mi guarda, interceded por mí.
Hace algunos años, en pleno invierno, organizamos una excursión con algunos chicos a un pueblo del Pirineo, en la montaña.
Habíamos conseguido que nos dejaran una casa de montaña donde pasar ese fin de semana y nos dijeron que ningún problema, que uno de los del pueblo se acercaría antes a la casa, encendería la calefacción y todo estaría preparado para nuestra llegada. Ese invierno hizo mucho frío, o por lo menos en ese pueblo y ese fin de semana hizo un frío que, vamos, parecía que venía importado de Siberia.
Pero claro, nosotros íbamos en la furgoneta convencidos de que llegaríamos a la casa con la calefacción encendida, con un chocolate caliente, humeante, y eso nos iba motivando durante el trayecto. Y llegamos a la casa y el tipo del pueblo se había olvidado de pasar por allí. Como gestor de un Airbnb, el compadre no tendría mucho futuro y, claro, hacía un frío allí dentro.
Hubo que encender la calefacción, claro, pero aquello llevaba su tiempo. Gélido, un frío como para resfriar a un esquimal. Y pasaron horas hasta que los radiadores empezaron a darnos motivos de esperanza. Yo, después de una noche durmiendo a casi 3.000 metros en la montaña y sin más alimento que una bolsa de un kilo de pasas, que esa fue la vez en que más frío he pasado, esta seguramente fue la segunda. Y bueno, lo cierto es que me acuerdo, me acuerdo de este trauma, señor, cada vez que me encuentro con el evangelio que leemos hoy en la misa.
El evangelio de las moradas, podríamos decir. El evangelio del sí, sí, id tirando, que yo mientras tanto os lo voy preparando todo.
Un evangelio donde tú, Jesús, dices, me voy a prepararos un lugar. Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros. Y ya digo, a mí siempre me viene el recuerdo de ese trauma, ¿no? Soñando en la furgoneta con una casa caliente y luego un frío traído del polo norte. Pero lo bueno de este evangelio, Jesús, es que tú no te despistas. Nosotros sí, yo por lo menos, y el del pueblo que se olvidó de pasar para encender la calefacción también, pero tú no, señor. A ti no se te olvida pasar por casa, dejar las mantas a tiro y encendida la calefacción.
Y me consuela pensar, señor, que mientras yo estoy caminando los senderos de mi vida, con las cosas que me alegran y me empujan, y también con las cosas que me cansan y que me entristecen, con lo que me da valor y con lo que me da miedo, con aquello que me sale y con aquello con lo que me estrello una y mil veces, mientras allí estoy yo, Jesús, mientras allí estamos todos, tú, señor, estás preparándonos una morada, un sitio al que llegaremos, una casa. Tú te has adelantado, señor, y te has puesto a prepararnos un lugar. Claro, cuando alguien le prepara un lugar a otro, pues intenta conocer quién está por llegar y en qué condiciones.
No sé, el propietario de una casa de alquiler, de un Airbnb, pues cuanta más información tenga al respecto de quién va a ser su huésped, mejor será. Pues viene uno o vienen ocho, ¿no? Vienen en verano, o sea que hay que dejar listo el aire acondicionado, o vienen en invierno y hay que dejar a tiro las mantas, y además los propietarios de las casas, de los Airbnb, saben cuál es el mejor modo de llegar y el mejor modo de disfrutar de esa casa. No, esta casa es para invierno, esta es más bien para verano, esta es para familias, esta es más para gente mayor. Pero claro, el propietario no puede modificar a su huésped para que se ajuste al papel de huésped inmediato.
Comentarios de 16-05-2025 Mejor que un Airbnb - 10 Minutos con Jesús 656v72