VI Domingo de Pascua - Homilía 25.05.2025 5l3j66

Lectura del santo Evangelio según San Juan.

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos, el que me ama guardará mi palabra y mi Padre lo amará y vendremos a él y haremos morada en él. El que no me ama no guarda mis palabras y la palabra que estáis oyendo no es mía sino del Padre que me envió. Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el paráclito, el Espíritu Santo que enviará el Padre en mi nombre será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho. La paz os dejo, mi paz os doy, no os la doy yo como la da el mundo. Que no se turbe vuestro corazón ni sea cobarde. Me habéis oído decir, me voy y vuelvo a vuestro lado.

Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es mayor que yo.

Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, creáis.

El Evangelio de hoy, queridos hermanos, nos permite comprender muy bien lo que es la experiencia cristiana. Empieza diciendo el Señor, el que me ama guardará mi palabra, el que me ama. El cristianismo es ante todo una cuestión de corazón, de amor. No desprecia para nada la inteligencia, pero la primacía la tiene siempre el corazón, que es el centro último de la persona y que es el lugar donde el amor de Dios viene a nosotros y desde el cual arranca nuestra libertad para poder amarle a él. Y dice el Señor, el que me ama guardará mi palabra. Fijaos, no dice estudiará mi palabra.

Tampoco dice, menos todavía, claro, discutirá mi palabra. Porque a veces nos encontramos con cristianos que discuten, es que el Señor, ¿y por qué dijo eso y por qué? Dice guardará. ¿Qué quiere decir guardará? Guardará quiere decir meditará con amor mis palabras, por muy desconcertantes que sean, porque sabe que son palabras de amor y de verdad, que las pronuncia el que ha dado la vida por él. Entonces, guardar la palabra del Señor supone también estudiarla, pero dentro de esa, es como cuando recibes una carta de tu novia. ¿Os acordáis? Pues claro, eso es que son las palabras de alguien que me quiere.

Entonces eso se lee, se relee, se dan vueltas, se estudia, pero siempre con ese clima de amor.

Después el Señor dice, mi Padre lo amará, vendremos a él y haremos morada en él. Y esta es la experiencia cristiana. La experiencia cristiana es un acontecimiento interior que se produce en el corazón de cada uno, por el cual el Padre, el Hijo, que es Cristo, y el Espíritu Santo vienen a nosotros y habitan en cada uno de nosotros. Y eso va en nuestro interior, en nuestro corazón.

Y esa es la perla de gran valor de la que habla el Evangelio, que uno la compra, vende todo lo demás para comprarle, tenerla. Es el tesoro escondido en el campo, por el que uno lo vende todo con tal de adquirirlo, con tal de tenerlo. Ese es el tesoro.