UN PUÑADO DE CENTENO (cap: 1, 2 y 3) de Agatha Christie |Audiolibro. 3o2233

Un puñado de centeno de agatha christie capítulo uno le tocaba hacer a la señorita sommers la señorita sommers era la mecanógrafa que llevaba menos tiempo en la casa y la menos eficiente ya no era joven y su rostro preocupado parecía de una oveja todavía no hervía el agua cuando la señorita sommers la hecho en la tetera pues la pobre nunca estaba completamente segura de cuándo hervía el agua esa era una de las múltiples preocupaciones que le afligían una vez hecho el te preparo las tazas poniendo un par de bizcochos en cada platito la señorita griffiths la primera mecanógrafa una solterona de cabellos grises que llevaba diez y seis años en letras de inversiones unidas exclamó irritada sommers tampoco hervía el agua esta vez el rostro preocupada de la señorita sommers se puso como la grana al contestar dios mío yo creí que esta vez así la señorita griffith pensaba para sus adentros tal vez la conserve otro mes mientras haya tanto trabajo pero la verdad el lío que armó con la parta de explotación es este un trabajo tan sencillo yo siempre tan torpe al hacer el té si no fuera porque le cuesta encontrar mecanógrafas inteligentes en la tapa de la lata de los bizcochos otra vez la dejó mal ajustada la verdad y como tantas otras quejas de la señorita griffith la frase quedó sin terminar en aquel momento entraba la señorita grosvenor para hacer el desagrado del señor fortescue al señor farkas que tomaba el té distinto con bizcochos especiales y servido en porcelana de china sólo la tetera y el agua eran las mismas que las de las empleadas por ser para el señor for the stew el agua estuvo en su justo punto de ebullición la señorita grosvenor era una rubia muy atractiva vestía un traje negro de muy buen corte sus piernas perfectamente moldeadas iban enfundadas en las medias de nailon máscaras que se encontraban en el mercado negro cruzó la sala de las mecanógrafas sin detenerse siquiera a dirigirles una mirada la señorita grosvenor era la secretaría particular del señor fortescue ciertos rumores poco caritativos aseguraban que era algo más pero no era cierto el señor fortea esquivo acababa de contraer segundas nupcias con una mujer encantadora y capaz de absorber toda su atención la señorita grosvenor era para su jefe sólo una parte necesaria de la decoración que resultaba muy lujosa y llamativa la señorita grosvenor llevando la bandeja como si fuera a realizar una ofrenda ritual atravesó la oficina principal la sala de espera donde se permitía guardar a los clientes más importantes es su propia antesala al fin tras dar unos ligeros golpe ricitos en la puerta penetró en el lugar sagrado el despacho del señor fortescue era una habitación amplia con un parque deslumbrante cubierto a trechos por gruesas alfombras orientales los es de las paredes eran de madera clara y había varios butacones enormes tapizados de cuero del mismo tono tras una colosal mesa escritorio de madera de sicomoro situada en el centro de la estancia se hallaba el propio señor fuerte esquivo su apariencia no era tan importante como debiera haber sido para hacer juego con su despacho era un hombre alto y fofo con una calva reluciente que tenía la afectación de vestir americana sport en su oficina de la ciudad estaba estudiando varios papeles con el ceño fruncido cuando la señorita grosvenor se acercó a él con su andar felino y dejando la bandeja junto a su codo murmuró en voz baja inexpresiva el sr fortescue o ese retiro la respuesta del señor fuerte askew fue un gruñido sentada de nuevo ante su mesa la señorita grosvenor se dispuso a atender los asuntos del día