TSHIRA, Capítulo 1 14u16

Órbita raquis presenta sira un relato de nieves memorias uno diez de octubre llueve hasta la lluvia cayó y con desgana resbala por los cristales los coches los paraguas se deja llevar se desliza por el suelo y los tejados me gustaría que tuvieran más brío que golpear a las ventanas con furia hasta destrozarlas y me sacara de este sopor las lámparas parecen cubiertas por muselina podrida que aplaca su resplandor el café ha perdido su aroma y sabor y me deja un regusto ceniciento en el paladar no tengo frío no tengo calor no tengo nada ni siquiera sé por qué estoy escribiendo esto he escogido un trozo de devil's food del mostrador de tartas y le he clavado un palillo luego le he prendido fuego solo me ha faltado cantar cumpleaños feliz al soplar el humo me ha irritado la nariz todos me miraban la camarera rubia que hasta hace un momento era encantadora y solicita ya no lo parece tanto avisado al encargado que se ha colado tras de mí con los brazos cruzados vigilándome como si estuviera a punto de incendiar el bar con un mondadientes es un gorila de casi dos metros y pelo rizado imagino su cuerpo cubierto de los mismos rizos desagradables y apelmazados bajo la ropa miles y miles de gusanos negros aplastados pegados a su piel cetrina alguno repta y se escapa por el cuello y los puños del jersey rojo que lleva puesto le aprieta en los sobacos eso es que le queda corto de sesa creo no lo sé está lleno de bolitas cámbiate jersey tío cambie de jersey después de dar un par de vueltas más al papel lo devolvió al casillero de donde lo había sacado estaba en el hueco marcado como para colorear debajo de obras de arte terminadas y encima se deja aquí tu creatividad desde luego no pertenece cia ninguna de las tres categorías aunque ninguna de ellas abundaba mucho desde la primera vez que lo vio ese casillero o más bien estantería con pretensiones le había parecido una extravagancia más a ignorar lo devolvió el casillero de donde lo había sacado como las lamparas pasadas de moda o los asientos todos diferentes y decrépitos en definitiva la última tendencia excusas para llamarlo lunch y subir el precio de las consumiciones tres o cuatro euros se suponía que estaba ahí para que los clientes cogieran uno de los libros brush rimbaud sartre butler la literatura sa siempre viste cualquier biblioteca y se enfrascaron en la lectura delante de una infusión decadente y un pedazo de tarta glaseada y un poco reseca todo sea dicho también resultaba útil para que los niños se mantuvieran silenciosos y quietos pintando alguna chorrada lo que fuera que pintaran los niños y luego dejarán allí sus creaciones que otros iraría en abriendo mucho la boca y los ojos en un éxtasis mayor que el de quien contempla un mone obras de arte creatividad monigotes indescifrables como jeroglíficos egipcios repletos de rayas de colores sin ningún sentido nadie leía brush por supuesto quién podría leer entre croquetas ensaladilla cervezas y el ruido de las conversaciones ajenas los críos gritaban y corrían por qué es cómo se comportan cuando se le suelta la correa rompía en hojas arrancaban páginas de los cómics o de sartre si conseguían echarle mano