Trending Misterio
iVoox
Descargar app Subir
iVoox Podcast & radio
Descargar app gratis
Pausa
El true crime no es lo que parece | Pausa, episodio 116

El true crime no es lo que parece | Pausa, episodio 116 614b1w

30/4/2025 · 59:40
7
8.5k
7
8.5k
Pausa

Descripción de El true crime no es lo que parece | Pausa, episodio 116 a5t3i

Esta semana vamos a hacer una Pausa sobre eso que ahora se llama True Crime. De crímenes horribles y fascinantes. Porque hay crímenes de lo más entretenidos. Un buen true crime necesita un malo y una víctima perfectas. ¿Qué hay detrás del auge del true crime? ¿Por qué cada vez hay más series, más libros, más películas y más podcast sobre muertes reales? Marta García Aller hace de detective junto a Beatriz García Guirado y Cruz Morcillo. Date de alta en la newsletter de Pausa: https://www.elconfidencial.com/newsletter/. GRATIS EN ENERFIP: https://es.enerfip.eu/inversor/conectarse/ ¿Quieres anunciarte en este podcast? Hazlo con advoices.com/podcast/ivoox/1651720 3w4o2n

Lee el podcast de El true crime no es lo que parece | Pausa, episodio 116

Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.

¿Quieres hacer crecer tu dinero mientras impulsas un futuro sostenible? Invierte de forma fácil, segura y con alta rentabilidad con Enerfit.

Desde sólo 10 euros, apoya la transición ecológica en Europa y obtén un retorno de hasta el 9,5% anual.

Ganas tú, gana el planeta.

Regístrate gratis en minutos y empieza a invertir hoy mismo.

Enerfit. Rentabilidad con impacto.

Invertir conlleva riesgos, incluida la pérdida total o parcial del capital invertido.

Rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras.

Hay mucha gente que se queda dormida viendo True Crimes y que sufre insomnio, tía, ¿cómo se explica eso? Ya, es que no hemos hablado de esa otra hipótesis.

Que no veas el True Crime para prepararte por si te pasa eso, sino para quedarte tan a gusto en el sofá diciendo mira, mira, pues no he tenido tan mal día, ¿no? Pues mi semana no ha acabado tan mal.

Hola, soy Marta García Ayer y vamos a hacer una pausa.

Una pausa de muerte.

De muertes horribles y muertes fascinantes.

Porque hay muertes de lo más entretenidas.

Normalmente son historias de chicas muertas.

Chicas asesinadas, blancas, de familia bien y a ser posible guapas.

Es importante que sean guapas.

Porque hay mucha gente que desaparece o muere asesinada, pero cuanto más pobre y menos guapa sea esa gente, menos nos suele importar.

Debe de ser que los feos, ya sean cadáveres o asesinos, entretienen menos.

Porque no atendemos igual a todas las muertes.

Unas nos fascinan más que otras.

Un buen True Crime, un buen crimen, necesita una víctima y un asesino perfectos.

Con la mezcla ideal de morbo, belleza y misterio.

Y a ser posible, de culpa e inocencia.

¿Qué hay detrás del auge del True Crime? ¿Y por qué cada vez hay más series, más libros, más documentales, más podcasts y más pelis sobre asesinatos reales? ¿Queremos saber lo que le ha pasado para tener cuidado y que no nos pase a nosotros? ¿O lo que más nos fascinan son los asesinos? ¿Y por qué se sigue retratando a los desconocidos y los descampados como el mayor peligro para una mujer cuando la mayor parte de feminicidios los cometen parejas o exparejas? De esas muertes apenas se hacen True Crimes.

Ahora lo hablamos.

Hablaremos de la fascinación por los crímenes y el riesgo de convertir el dolor en espectáculo.

Pero antes te voy a contar una historia.

Tal vez ya la hayas oído porque es un caso que obsesionó a Hollywood.

Y hay muchas maneras de contar esta historia.

Los Ángeles, 1947.

El cielo gris olía a lluvia y a problemas.

Caminé hasta la escena del crimen con un cigarro en la boca y el presentimiento de que esta historia no tendría un final feliz.

Ahí estaba ella, tirada en medio de la nada como una muñeca rota.

Elizabeth Short.

La Dalia Negra.

La habían partido en dos como si fuera un maldito truco de magia.

No había sangre, ni huellas.

Solo partes de un cuerpo colocado con el cuidado de un sastre.

La policía andaba más perdida que un borracho.

Y la prensa sacaba titulares más rápido de lo que yo podía encender otro cigarro.

El caso se cerró.

Pero la ciudad nunca olvidó la sonrisa de la Dalia Negra.

Y yo tampoco.

Dios, no sé por qué puse la radio.

Pero no podía dejar de escuchar.

Y ahora no puedo dejar de pensar en ella.

Era tan joven.

22 años.

Quería ser actriz.

Pero acabó tirada en medio de un solar partida en dos.

Como un maniquí roto.

Con las manos sobre la cabeza, las piernas abiertas.

Dalia Negra la llaman.

Dicen que quería ser actriz.

Que se juntó con quien no debía, que quería ser famosa.

Pero no así.

No así.

Y ahora está en todos los periódicos.

Su cuerpo cortado por la cintura.

Y nada de sangre.

Nada.

Como si la hubieran drenado antes de dejarla ahí.

Dicen que fue un médico porque el corte era limpio.

O alguien de Hollywood.

Un hombre con dinero y poder.

Y que puede volver a atacar.

Tengo miedo.

Y no puedo dejar de pensar en ella.

En su cara.

Le cortaron la boca.

De oreja a oreja.

Una sonrisa macabra.

Y cortes en los muslos, en los pechos.

Cortes por todas partes.

Dios, qué clase de monstruo haría algo así.

Cuando cierro los ojos, la veo ahí tirada.

Mirándome.

Comentarios de El true crime no es lo que parece | Pausa, episodio 116 2b2v3e

Este programa no acepta comentarios anónimos. ¡Regístrate para comentar!