
TRAS LA ESPAÑA LEGENDARIA 7: El gigante enterrado en la catedral - Miguel Ángel en España - El enigma Chincoteague 6w44p
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Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
Los gigantes son a menudo un tema recurrente dentro de las leyendas y dentro de las narraciones
míticas porque, como si de un arquetipo universal se tratara, en todas las partes del mundo
existen relatos y existen historias sobre unas criaturas ciclópeas cuya envergadura
desafiaría todos los límites de lo natural. Ya en los textos bíblicos, por ejemplo, o
también en los textos apócrifos, se hacía mención a unos seres de gran tamaño, de gran
fuerza, se trata de los llamados nefilim, una especie de semidioses que descendieron
desde el mundo de la divinidad para unirse a lo que son los hombres. Incluso han sido
comparados con ángeles caídos, según los relatos hebreos, aunque con la característica
clave y fundamental de su gran envergadura, de su gran altura. Y algunos autores han
ido más allá, no se han querido quedar con estos detalles porque, por ejemplo, Louis
Charpentier, en un atisbo de realismo fantástico tan común en su tiempo, pues menciona en
su libro Los gigantes y el misterio de los orígenes que estos seres pertenecerían nada
más y nada menos que a la civilización de los atlantes, esto es, los habitantes de la
mítica Atlántida, este continente sumergido del que nos hablaba Platón Eran, según Charpentier,
este autor francés, una especie de raza humana que se encargaría de una supuesta edad de
oro en lo que es la tierra y que estaría marcada por el conocimiento, un conocimiento
que quedó anegado, nunca mejor dicho, a causa de un cataclismo, en este caso, de un diluvio
provocado por los dioses. Y más allá de cualquier teoría aceptable o no, en la península
ibérica también coexisten leyendas que mencionan, o que por lo menos tienen como
protagonistas principales a estos gigantes. Sólo hay que acudir a la isla de Menorca
y allí podemos presenciar los vestigios que encontramos a día de hoy de la cultura talayótica,
que debido al desconocimiento respecto a sus constructores, pues la mente popular se pone
a funcionar y evidentemente pues atribuye estos monumentos pétreos a gigantes, pero
en España también todavía se pueden presenciar historias reales de este tipo de personajes
que debido a su estatura pues fueron considerados nunca mejor dicho gigantes y seres como no
pueblan el acervo cultural y legendario de nuestro país y si no, pues por ejemplo, tenemos
que hacer una parada obligatoria en Tarragona. Tarragona, una ciudad muy histórica que nos
retrotrae a la época de la mítica Tarraco de los romanos, pero si entramos en la catedral,
en la catedral de Tarragona, allí nos podemos llevar una sorpresa, una sorpresa en forma
de tumba. Y es que en el claustro de la catedral de Tarragona, como si de una broma macabra
se tratara, una broma de dudable gusto para el visitante en este caso, pues podemos encontrar
un detalle que llama la atención a más de uno y a más de dos. ¿Y por qué? Porque allí
mismo se halla una lápida, una lápida que mide 187 por 74 centímetros y esta tumba
sorprende a todo aquel que decide leer el epitafio que incluye. Un epitafio que dice
algo así como lo siguiente, dice que aquí yace Francisco Plaza Milanés, capitán de
caballos coraces, fue el hombre más alto de nuestros tiempos, que su grandeza pasaba
de 12 palmos y en sus hechos mostró muy bien no ser menos que su alma. Murió a la edad
de 44 años a 3 de febrero de 1641. Claro, si ya de por sí es extraño que un militar
se ha enterrado dentro de un claustro como puede ser el de la catedral de Tarragona,
lo insólito, lo llamativo, aumenta si analizamos la estatura de Francisco Plaza Milanés,
lo que recoge la lápida de este personaje, ¿no? Porque si se traduce a las unidades
métricas actuales, estos 12 palmos que se asegura que medía el capitán de caballos
coraces, ¿no? Como dice su sepulcro, pues resulta ser una estatura bastante desorbitada,
bastante descomunal. ¿Por qué? Porque mediría mucho más de 2 metros, una cifra nada desdeñable
si estamos hablando del siglo XVII. Pero hay más, hay más porque vamos a conocer un poquito
sobre esta biografía de este personaje, un personaje que puede ser bautizado perfectamente
como el gigante de la catedral de Tarragona. ¿Un gigante?
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