Reset 252 603469

Y ríe cuando puedas, llora cuando lo necesites.

A continuación, Reset. Reset, un programa de superación personal.

Os dejamos con Christian Carles Tolrá y Alfred Font.

Te mostrarán el camino para empezar de nuevo.

Hola, bienvenidos a un nuevo programa de Reset, que ya sabéis que es un programa donde vamos a cuestionar las cosas que sabemos, intentar desvelar las cosas que son más ciertas y destruir todas las creencias que nos impiden o que aparentemente nos molestan y nos hacen, digamos, no vivir la experiencia maravillosa que es esto.

Hola, Alfred. ¿Qué tal? ¿Cómo estás? Hola, Christian.

Hola, Paul. Bueno, en mente tenemos a Paul, gracias.

En el programa tenemos la fortuna.

Bueno, es que si se puede destruir es que no era cierto, ¿no? ¿Eh? ¿Perdona? Si se puede destruir es que no era cierto.

Exacto.

En ese punto, ¿no? Desde el falso ya hay miedo a destruir.

Porque, claro, yo he construido mis barricadas, mis castillos, mis seguros.

No me lo destruyas, ¿no? Pero, claro, al final lo que buscas es la realidad, la verdad.

Entonces, si se puede destruir es que no es verdad.

Es muy simple al final.

¿Cómo lo ves, Paul? No, es mucha confluencia con algo que últimamente está apareciendo en mi mente, ¿no? Que parece que estoy en un momento de mi vida donde al expresarme me siento torpe, me siento inseguro, no fluido, no lúcido, no brillante.

Que es algo que mi personaje conocía como hablar muy bien, ¿no? Y ahora parece que me estoy yendo a algo que se siente completamente lo opuesto.

Y el otro día me venía el pensamiento de aquello, esa lucidez a la que te aferrabas y te sentías, era pura irrealidad, ¿no? Y el hecho de que aparentemente en mi experiencia eso se esté como aniquilando me permite, no sé cómo expresarlo todavía, porque es como una sensación sentida, es algo irracional, como de esa destrucción de todo lo que creía ser y ser esa imagen fantástica de mí, ¿no? Como me lleva a algo mucho más austero, más humilde, menos arrogante, también reconociendo mucho más la arrogancia, que me gusta mucho hablar de eso, ¿no? Me gusta mucho desvelar lo moralmente rechazado, ¿no? Entonces, cuando puedo ver en mí todas las capas de especialismo, de narcisismo, de soberbia, de querer convencer, de querer ser mejor, de yo sé, tú no sabes, te voy a mejorar.

Cuando veo que eso es un sinsentido y querer hacerlo es un sinsentido, entro en esa torpeza de no hay nada que hacer y me...

Bueno, mi crisis existencial actual tiene que ver con eso, ¿no? Con puta, no pinto, no sé nada, no puedo nada.

No sé ni bien expresarlo, no sé si se entiende.

Pero tiene sentido, la arrogancia sí tiene sentido.

¿La? La arrogancia.

¿La? Porque es solamente un mecanismo de compensación del falso yo.

Porque en el momento en que la identidad pasa a esta contracción de mí, la experiencia fundamental es de desconexión, incapacidad, separación.

Entonces, de una manera u otra hay que buscar compensarla.

Entonces, la narración de no yo sé mucho más que tú.

Es un intento de compensar lo que está de fondo, que es la sensación de que no pertenezco, no sé nada, siento inseguridad, incomodidad.

A ver si sabiendo más me siento bien.

Entonces tiene todo el sentido, ¿no? Desde el falso yo es solo un intento de compensar la inseguridad y el miedo.

Pero cuando este falso yo es visto por lo que es o se disuelve, pues la arrogancia no es necesaria.

No porque sea moralmente mala o porque sea algo que no tiene que estar.

Al contrario, es la expresión natural del falso yo.

Puede tomar esa forma. Es otra forma de buscar seguridad.

Buscar seguridad de alguna manera.

Si sé más que tú, me siento un poquito seguro.

Puedo compensar un poco la sensación de fondo de inseguridad.

Está bien. Es inevitable.

Me acabo de tener un flash de una cosa que me dijiste en una entrevista privada.

Creo que te exponía como mi cosa de el síndrome del impostor, no sé qué.

Y tu respuesta fue es que eres un impostor.

Sí.

Y me tocó mucho, ¿no? Me calmó mucho.

Claro, ¿no?