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Mujer si tú supieras
Renueva tu servicio

Renueva tu servicio 86p4g

4/4/2025 · 14:50
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Mujer si tú supieras

Descripción de Renueva tu servicio 382267

Que nuestro servicio, en todo nuestro entorno sea para agradar a Dios 343o6o

Lee el podcast de Renueva tu servicio

Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.

Estamos felices y agradecidas con el Señor por esta oportunidad que nos da de escuchar una vez más su Palabra.

Es un privilegio verdaderamente que nosotros podamos tener a la Palabra de Dios y permitir que vaya transformando nuestras vidas.

Hoy quiero invitarte para que decidas hoy en tu vida a servir a Dios con todo tu corazón, con todas tus fuerzas y con toda tu mente.

Es un llamado a renovar nuestro servicio en todo y cada una de las cosas que nosotros realizamos como mujeres, como madres, como esposas, como hijas, a querer hacer todas las cosas pero de una manera diferente.

Y por supuesto también pedirle al Señor que renueve nuestras fuerzas si tú perteneces a una comunidad, si estás en un apostolado o dentro de tu parroquia.

Figúrese usted que cada vez que inicia el año, sobre todo en los movimientos dentro de nuestra Iglesia Católica, viene la duda, la incertidumbre de si la gente va a seguir o no va a continuar sirviendo.

Hay personas que tienen en su mente el pensamiento de decir este año me jubilo o este año pido permiso o si usted es lectora de la Palabra y está en ese ministerio tan hermoso, a través de las Eucaristías, dice este es el último año, mañana ya no sigo y que alguien más haga.

Y normalmente tendemos la tendencia a querer irnos, como a jubilarnos de las cosas que hacemos.

Si estamos, por ejemplo, como amas de casa, estamos anhelando en algún momento dado que los hijos crezcan y tener más tiempo y más descanso.

Y quiero decirte que cuando llegue ese momento lo vas a sufrir, lo vas a lamentar.

Entonces, ¿qué nos llama hoy el Señor? A hacer todo lo que nosotros hacemos con amor y con gratitud.

Es un privilegio realmente ser un instrumento de Dios.

Así que no optes por el abandono, no optes por querer dejarlo, no optes por la indiferencia, tampoco optes por la falta de ánimo en algún momento dado, sino pedirle al Señor y decirle Señor ven a renovar mis fuerzas.

Y este servicio que nosotros podemos hacer en todo lo que nosotros realizamos, sabemos y reconocemos que nuestra primera iglesia es nuestra casa doméstica.

Por lo tanto, debemos de ocuparnos de los nuestros.

San Pablo dice si alguien se olvida de los suyos es peor que un impío.

Yo no puedo estar sirviendo fuera, en la iglesia, en la parroquia, movimiento, trabajo, lo que usted realice si usted estaría abandonando su casa.

Tampoco significa que mi casa es pretexto motivo o mi familia para decir que yo no voy a servir a Dios en un compromiso dentro de mi comunidad, de mi parroquia o de mi movimiento.

Por lo tanto, en la vida hay que ir organizándose.

Yo tengo la vivencia y la experiencia personal de servir al Señor desde una corta edad de mi vida.

Y pedirle constantemente la sabiduría, que el Espíritu Santo venga a renovar mis fuerzas, porque en algún momento uno tiende a descuidar una cosa y optar por otra.

Pero quiero proponerte el firme propósito de que le digas al Señor quiero servirte en todo lo que realizo por amor a ti y que venga a renovar tus fuerzas.

¿Cómo vamos a lograr este proceso hermoso en nuestras vidas? En primer lugar, descubrir que es un llamado.

Y que el llamado que Dios nos hace a hacer luz en medio de la oscuridad, el llamado que Dios nos hace a llevar su amor, su gracia y su misericordia ahí donde estamos, el llamado de poner en práctica los dones, los carismas, todo lo que el Señor te ha dado, sigue constante y sigue vigente.

Y es para ti.

Ese llamado que Dios te ha hecho en tu vida tiene tu nombre.

No es una exhortación general, aunque sí nos exhorta a todos, pero tiene tu nombre específicamente.

Por eso es que nosotros debemos tomar conciencia que cuando yo dejo de servir, cuando yo dejo de hacer, no es que me afecte solo a mí.

Y yo entro en apatía, entro en desánimo, entro con ganas de no hacer nada.

Cuando siento que estoy perdiendo el tiempo, no estoy edificando, no estoy construyendo, porque cuando dejo de servir, estoy desocupada.

Y una mente desocupada es cabida para que crezcan otras cosas en nuestros corazones.

Por lo tanto, no debemos de darnos ni un respiro, ni un suceso, ni decir voy a descansar.

Porque para descansar no tenga pena. Cuando se muere, descansa y descansa en paz.

Y creo que es una determinación en mi vida que usted también debe tomarla y decir, voy a servir al Señor en todo lo que yo realizo.

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