Reading: One way ticket 2z3nn

Prueba de lección
Tres historias cortas
Ticket de un camino
de Jennifer Bassett
Universidad de Oxford
La chica con los ojos verdes
Por supuesto, el hombre en el brazo había dicho
Hay policías buenos y hay policías malos, ¿sabes?
Estás bien, dijo el hombre joven. Sí, eso es muy cierto. ¿No es así, Julie?
Le miró a la mujer joven a su lado.
Julie no respondió y se vio aburrida.
Se cerró los ojos.
Julie es mi esposa, dijo el hombre joven en el brazo.
No le gustan los trenes. Siempre se siente mal en los trenes.
Oh, sí, dijo el hombre en el brazo.
Ahora mi esposa no le gustan los autobuses.
Casi tuvo un accidente en un autobús una vez.
Fue el año pasado.
No, no, no fue.
Fue hace dos años.
Me acuerdo ahora.
Estaba en Manchester.
Le contó una larga y aburrida historia sobre su esposa y el autobús en Manchester.
Fue un día caliente y el tren estaba lento.
Había siete personas en el tren.
Había el hombre en el brazo, el hombre joven y su esposa, Julie.
Una madre y dos hijos.
Y un hombre oscuro alto en una cama cargada.
El hombre joven se llamaba Bill.
Tenía cabello negro corto y un sonrisa feliz.
Su esposa, Julie, tenía cabello rojo largo y ojos muy verdes,
el color del agua del mar.
Tenían ojos muy hermosos.
El hombre en el brazo hablaba y hablaba.
Tenía una cara roja grande y una voz fuerte.
Hablaba con Bill porque Bill también amaba hablar.
El hombre en el brazo amaba mucho.
Y cuando amaba, Bill también amaba.
Bill amaba hablar y amaba con la gente.
Los dos hijos estaban calientes y aburridos.
No querían sentarse.
Querían ser ruidosos y salieron y bajaron el tren.
Ahora sienta y cálmate, dijo la madre.
Era una pequeña mujer con una cara cansada y una voz cansada.
No quiero sentarme, dijo el pequeño chico.
Tengo hambre.
Aquí, tenga una naranja, dijo su madre.
Tomó una naranja de su bolsa y la dio a él.
También quiero una naranja, dijo la pequeña mujer.
Bien, aquí estás, dijo su madre.
Comida bien, ahora.
Los niños comieron sus naranjas y quedaron silenciosos por un minuto.
Luego el pequeño chico dijo, quiero beber.
Tengo hambre.
El hombre en el brazo tomó su diario y comenzó a leer.
Julie abrió los ojos y miró la página de atrás de su diario.
Leí sobre el clima en Budapest y sobre el fútbol en Liverpool.
No estaba interesada en Budapest y no le gustó el fútbol,
pero no quería escuchar a Bill y al hombre en el brazo.
Habla, habla, habla, pensaba.
Bill nunca pasa de hablar.
Luego, de repente, vio los ojos del hombre en el brazo sobre la parte superior de su diario.
No podía ver su boca, pero había una sonrisa en sus ojos.
Rápidamente, miró el diario y leí sobre el clima en Budapest de nuevo.
El tren paró en la estación de Dowlish y la gente se fue.