Programa 66: Daniel Diges (actor) y Juan Carlos Pérez de la Fuente (Director de teatro) 156v53

Bueno, amigas y amigos del Círculo Independiente, aquí desde el Círculo de las Artes, un día más con un sol fantástico, por fin nos han dejado las lluvias y hoy, como siempre, ya me da una pérdida monumental la entradilla de este programa, tenemos que dedicarlo aquí al payaso que ocupa el despacho VAL en la Casa Blanca, a Donald Trump, que esta mañana nos ha despertado otra vez con una payasada monumental. Ayer, en una de sus reuniones en Smoking en Blacktide, pues dijo que todo el mundo le está llamando de todos los países chupándole el culo, literalmente chupándole el culo y pidiendo, como sea, que le quiten los aranceles.

A ver, yo quiero hablar con vosotros, jefe de Estado. ¿Quién ha llamado a este señor? ¿Quién le ha llamado? Porque, claro, Donald Trump no ha dicho ningún nombre de país, va a ser, como siempre, una payasada y, evidentemente, se la habrá inventado, por lo menos, en lo que pienso yo. En fin, espero que tú no se le haya chupado el culo, pero si no, te diría qué mal gusto tienes, sea quien sea el jefe de Estado. Empezamos.

Hoy vamos a empezar con nuestra sección de La Dolce Vita, con mucho teatro. Bueno, hoy tenemos dos grandes artistas, una extraña pareja, Daniel Díguez y Juan Carlos Pérez de la Fuente. Buongiorno, querido Daniel. Buongiorno, ¿qué tal estáis? Muy bien. Pues ya, Daniel, la última vez que te vi, estuvimos comentando el Berrydorf Fest, ¿te acuerdas? Sí, perfectamente.

Con Julia Varela en Radio Nacional y a ti te veo con Nieves, con nuestra amiga Nieves.

Somos gente de radio. Pero ya no vas, ya nos has traicionado. ¡Qué palabra! Pero ya no ceja, no ceja. Nieves dice, hazlo desde el despacho. Muy bien, ¿ves? Bueno, ¿por qué tenemos aquí a Daniel y Juan Carlos? Los tenemos porque en este momento, en el Fernán Gómez, ahí en Plaza Colón, tiene una obra que se acaba el día 20, me acaban de decirlo, y yo mañana iré a ver su obra. Están actuando y dirigiendo la señorita de Trevelez. Contarme de qué va esta obra, porque sé que tiene que ver con diversidad, tiene que ver con muchos prejuicios, con muchas cosas que nos gustan poco en esta sociedad. A ver, ¿quién comienza? Simplemente diré, 1916, Madrid, Teatro Lara.

Hay un acontecimiento teatral en aquel Madrid, que todavía no había habido esa puñetera puta guerra, donde estaban todos. Y asiste a ese estreno de la señorita de Trevelez, de Carlos Arniches, Lorca, Magsau, los Bergamín, todo Madrid, porque el gran maestro del Sainete se marchaba del Sainete, lo abandonaba y se metía por derroteros tragicómicos. ¿Qué nos cuenta esa historia? Un detalle que has dicho algo maravilloso. La actriz que lo interpreta aquella noche es una actriz que pesa 120 kilos. ¡Ah, amigo! Está hablando de los distintos. Y la historia que nos cuenta es la historia de una broma, una broma cruel de unos diletantes chavales que viven en una ciudad.

Tú sabes que a los autores del 1998 les gustaba poner ciudades que podía ser cualquier ciudad española. Esta se llama Villanea. En Villanea hay un casino y en el casino hay un club que se llama el Guasa Club. Guasa, no Guasap. Guasa, de la Guasa. Que se dedican los cabritos a hacer bromas. De hecho, hay una sorpresa al principio de la obra que había hecho también el maestro, porque la famosa película de Juan Antonio Bardem, Calle Mayor, está basada en esta obra. Se les va de las manos la broma y fastidian a una mujer. O sea, eso como lo llamamos hoy, malos tratos. Bueno, gordofobia, bullying.

Bueno, pero rescatar ese texto es único. Y un día estaba, es como estamos los directores a veces, a ver, estás a la caza del actor, que te venga a la mente, ¿no? Y me vino este actor que tengo aquí a mi izquierda y me vino en un programa radiofónico con Nieves Herrero, que le escuché decir, a mí me gustaría, tú sabes que este señor canta maravilloso, ha hecho mucho musical, ha sido protagonista, pero le escuché decir algo así como, hacer solamente teatro, porque va cogiendo esa edad maravillosa de los galanes maduros, ¿no? Y dije, llámalo. Aunque parece un chaval. Es que tiene cara de niño. Tiene cara de niño.

Ya son 44 años. Con un hijo de 16. Hombre, pues al final sí es lo mismo.