Prognosis del horizonte venidero - Emilio Carrillo y Andrés Espinosa 1e2m5a

No, es verdad, no he comenzado de la forma natural, que es darte la gracia y la bienvenida.

No, por favor, no.

Pero es que como eres de la casa...

No es necesario entre nosotros, no.

Es que al final estamos compartiendo públicamente algo que nos apetece, ¿no? Y que mi curiosidad llevaba a arte y vamos a compartir con...

Sí, comenzamos ya, por ahí sí te parece bien.

Muy bien, pues me parece estupendo.

Yo creo que cualquier persona que tenga ojos para ver percibe que con relación al clima están pasando cosas que no son frecuentes.

Yo no digo que sean anormales, porque es posible que de una manera o de otra se haya manifestado en otras fases de la historia, pero evidentemente dentro de lo que es nuestra percepción de la realidad, de lo que son las últimas décadas, están pasando cosas que no son frecuentes en absoluto.

Y el cambio climático, como todo, Andrés, como todo lo que hay en esta sociedad, topa siempre con el mismo problema.

Todo topa con el mismo problema.

Y es que todo lo usamos para dividirnos, para separarnos.

Es decir, en lugar de hacer reflexiones en la unión, en los puntos de encuentro, respetando las posiciones distintas de ver las cosas cada uno, pero para enriquecernos precisamente, entendiendo que lo que una persona ve y tú no ves, incluso puede haber desacuerdos, no es una confrontación sino es un enriquecimiento, aquí sucede todo lo contrario.

Cualquier cosa la utilizamos para dividirnos y para separarnos.

Fíjate, con el tema de la famosa crisis sanitaria, que ahora se acaban de cumplir cinco años, un acontecimiento como ese, a mi modesta percepción, un ensayo de ingeniería social, pero en cualquier caso es mi modesta percepción, como la de otras personas, pero lo cierto es que a partir de ahí nos confrontamos los afirmacionistas y los negacionistas, los anti-no sé qué y los pro-no sé qué.

Y es que todo pasa igual.

Y con relación al cambio climático estamos en lo mismo, los afirmacionistas, los negacionistas, los escépticos, y no para buscar puntos de encuentro sino para cada uno encerrarnos en nuestra torre de marfil y a partir de ahí juzgar todo lo que oculta.

En fin, yo la verdad es que de forma muy modesta sí percibo que, como decía Albert Einstein, Andrés, estamos en un sistema depredador.

Esa expresión tan dura, ese calificativo tan duro para el sistema socioeconómico, el sistema productivista, todo lo que es nuestro modelo de vida, Albert Einstein lo calificó de depredador y yo ese calificativo lo hago mío.

A partir de ahí me parece evidente que un sistema depredador afecta a la naturaleza, no puede ser de otra manera, sobre todo cuando es un sistema global que se ha expandido por todo el planeta y con la fuerza que lo ha hecho.

Expuesto esto, por supuesto que el cambio climático siempre ha existido y que la madre tierra, el hermano sol, como decía Francisco de Asís, el hermano sol afecta a la naturaleza y los ciclos solares, las manchas solares, los ciclos de la tierra, por supuesto que sí, el cambio climático nunca es un fenómeno unicasual sino multicasual, pero eso nos quita para darnos cuenta de que en estos momentos la mano del ser humano se ha añadido a todo ese telón de fondo y está repercutiendo de una forma muy notable en eso que llamamos el clima y fundamentalmente en lo que es el propio hábitat de supervivencia de la humanidad, que es lo más curioso, es decir, estamos afectando a cosas que además, mira por dónde, repercuten directamente en nosotros en cuanto a nuestro hábitat de supervivencia.

Y dicho esto, creo que es bastante obvio de que tantos los que dicen que no hay cambio climático, como los que dicen que hay, no miran a las causas.

Los que dicen que no hay, porque como no hay, no hay que mirar a las causas.

Los que dicen que hay, porque curiosamente hablan de los efectos pero no de las causas, no hablan del sistema depredador, no hacen referencia a este sistema productivista, siempre repitiendo el mismo modelo, da igual que sea industrial o tecnológico, siempre es el mismo modelo de consumo energético, siempre de exceso, por decirlo de alguna forma, nunca de equilibrio.

Y en ese contexto, los que afirman que hay cambio climático, las instituciones, las cumbres que organizan cada dos por tres, no miran nunca las causas, miran los efectos.

Y yo creo que además es bastante evidente, y concluyo Andrés, de que aquellos que miran los efectos, los gobiernos, las instituciones, etc., esos efectos los están rentabilizando a beneficio del propio sistema.

Es decir, el sistema que es la causa del cambio climático, ese mismo sistema ignora las causas, hace que nos centremos en los efectos