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TEMAS INSPIRADORES 24g3q
Por Charlie García
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Todos los días de lunes a viernes mi Marvin de Díaz y Charlie García platican de temas inspiradores en la www.radiovariedades.publipaq.com y el extracto es grabado en un podcast que se comparte a través de esta plataforma. 3n4u
Todos los días de lunes a viernes mi Marvin de Díaz y Charlie García platican de temas inspiradores en la www.radiovariedades.publipaq.com y el extracto es grabado en un podcast que se comparte a través de esta plataforma.
LECCIÓN 144
Episodio en TEMAS INSPIRADORES
LECCIÓN 144 Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios. (127) No hay otro amor que el de Dios. (128) En el mundo que veo no hay nada que yo desee. ¿Qué me enseña esta lección? (127) No hay otro amor que el de Dios. El único amor verdadero es el amor incondicional y esta es la herencia que nuestro Creador nos dispensa, pues su Esencia es Amor, su Regalo es Amor y su Creación es fruto de su Amor. Como Hijos de Dios, Somos Hijos del Amor. El Amor se complace en la manifestación de la Unidad; es el principio que da coherencia a todo lo creado pues establece un vínculo afín a todo lo manifestado: Todo Somos Uno en la Mente de Nuestro Creador. El ego, confunde el amor con la posesión. Su amor es limitado y responde a una necesidad de compensar su sentimiento de culpabilidad. Cuando expresa amor hacia otra persona, está intentando de encontrar el perdón que ha de redimir su miedo al pasado, en el que creyó atacar al otro en un intento de salvaguardar su integridad. El amor no emite juicio y es libre de perdonar. Es libre de toda limitación y su expresión siempre aporta luz y corrige los errores de percepción. El amor es la manifestación de los milagros. ¿Tienes miedo a perder aquello que amas? (128) En el mundo que veo no hay nada que yo desee. ¿Qué puede desear aquel que lo tiene todo? ¿Acaso el Ser que Somos no goza de la abundancia de su Padre? ¿Acaso el Estado del Ser, ha sido expulsado del Paraíso Terrenal, donde gozaba de la Plenitud y Dicha Divina? Esa separación, esa creencia de haber sido expulsado del Paraíso Terrenal, nos ha llevado a albergar la falsa creencia de que somos pecadores y dignos de ser castigados por ello. La culpa nos mantiene alejado de ese Estado de Gracia y nos sitúa en el terreno del castigo, del dolor, del sufrimiento, de la necesidad, del trabajo y del rigor. El mundo externo, el mundo físico no puede ofrecer al Espíritu más que la confirmación de que Somos Seres de Luz con capacidad creadora, con capacidad de poder expresar nuestra Divinidad. Ninguna otra cosa puede aportar felicidad al Hijo de Dios, que el tener la certeza de su identidad. ¿Qué deseas del mundo que percibes?
26:47
LECCIÓN 143
Episodio en TEMAS INSPIRADORES
LECCIÓN 143 Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios. (125) En la quietud recibo hoy la Palabra de Dios. (126) Todo lo que doy es a mí mismo a quien se lo doy. ¿Qué me enseña esta lección? (125) En la quietud recibo hoy la Palabra de Dios. ¿Cómo podremos oír la voz de nuestro Ser, si mantenemos nuestra mente ocupada en dar respuesta a los asuntos procedentes del mundanal ruido? Debemos adiestrar nuestra mente de modo que preste atención tan sólo a lo que es verdad y deseche todo aquello que provenga del mundo de la ilusión. Al igual que los músculos del cuerpo requieren de un continuo ejercitamiento para alcanzar voluminosidad y fortaleza, nuestra mente precisa de concentración y persistencia para lograr controlar la llamada de la naturaleza instintiva y pasional, propia de la personalidad egoica. La Luz debe permanecer, permanentemente encendida, de modo que en todo momento y en todo lugar, seamos conscientes de las elecciones que tomamos. Si nuestra mente sirve a nuestro verdadero Ser, todo será Abundante y Pleno; si se identifica con el cuerpo físico, la paz será una ilusión y la búsqueda de la felicidad una quimera. ¿A quién sirve tu mente? (126) Todo lo que doy es a mí mismo a quien se lo doy. Somos Hijos de Dios, creados en un acto de Expansión de la Mente del Creador. Somos Uno con nuestro Padre y Uno en la Filiación. Somos Uno en la Mente de Dios. En esa Unidad radica la Verdad de lo que Somos. Nuestro Ser es Uno en la Unidad de la Mente. En cambio, nuestros cuerpos, los percibimos separados. Si nuestra mente se identifica con el cuerpo, verá separación y percibirá en el otro, su propio estado mental. Los errores del otro serán juzgados como pecados y condenados. El perdón es entendido como una vía de salvar al otro de si mismo, pero este gesto responde a un juicio condenatorio. Ese es el gran error que mantiene al ego prisionero del miedo, de la culpa, del sufrimiento, de la venganza y del dolor. Sin darse cuenta, sin ser consciente de ello, está proyectando en los demás sus propias sombras; identifica en el comportamiento del otro sus propias debilidades y trata de “corregirlas” criticando y juzgándolas condenatoriamente. Dar es recibir, pues lo que damos al otro nos lo estamos dando a nosotros mismos. Aquello que damos es una siembra, y tarde o temprano tendremos que recoger la cosecha de lo sembrado. Si no recibimos, es indicio de que no hemos dado. ¿Qué errores condenas en el otro? Corrígelos en ti, y agradece a tu hermano que se haya ofrecido como tu espejo.
23:40
Lección 142
Episodio en TEMAS INSPIRADORES
Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios. 3Esto es un hecho, y representa la verdad de lo que eres y de lo que tu Padre es. 4Éste fue el pensamiento mediante el cual el Padre creó a Su Hijo, estableciéndolo así como co-creador con Él. 5Éste es el pensamiento que garantiza plenamente la salvación del Hijo. 6Pues en su mente no puede haber otros pensamientos, salvo los que su Padre comparte con él. 7La falta de perdón es lo que impide que este pensamiento llegue a su conciencia. 8No obstante, es verdad eternamente. 3. Comencemos nuestra preparación tratando de entender las múltiples formas tras las que se puede ocultar muy cuidadosamente la falta de verdadero perdón. 2Puesto que son ilusiones, no se perciben simplemente como lo que son: defensas que te impiden ver y reconocer tus pensamientos rencorosos. 3Su propósito es mostrarte otra cosa y demorar la corrección mediante autoengaños diseñados para que ocupen su lugar. 4. Tu mente, sin embargo, alberga sólo lo que piensas con Dios. 2Tus auto-engaños no pueden ocupar el lugar de la verdad, 3de la misma manera en que un niño que arroja un palo al mar no puede cambiar el ir y venir de las olas, evitar que el sol caliente las aguas o impedir que el plateado reflejo de luna se vea por la noche en ellas. 4Así es como daremos comienzo a cada período de práctica de este repaso, preparando nuestras mentes para que comprendan las lecciones que nos corresponde leer y comprendan el significado que tienen para nosotros. 5. Comienza cada día dedicando cierto tiempo a preparar tu mente para que aprenda la libertad y la paz que cada idea que repases ese día puede ofrecerte. 2Haz que tu mente tenga una actitud receptiva, despéjala de todo pensamiento engañoso y deja que sólo éste la ocupe completamente y elimine los demás: 3Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios. 4Cinco minutos que le dediques a este pensamiento serán suficiente para encauzar el día según las pautas que Dios ha fijado y para poner Su Mente a cargo de todos los pensamientos que has de recibir ese día. 6. Éstos no procederán únicamente de ti, pues los compartirás con Él. 2Y así, cada uno de ellos te traerá mensajes de Su Amor, devolviéndole a Él mensajes del tuyo. 3De esta forma es como estarás en comunión con el Señor de las Multitudes, tal como Él Mismo lo ha dispuesto. 4Y así como Su compleción se une a Él, del mismo modo Él se unirá a ti que te completas al unirte a Él y al Él unirse a ti. 7. Después de haberte preparado, lee simplemente cada una las dos ideas que se han asignado para el repaso de ese día. 2Luego cierra los ojos y repítelas lentamente para tus adentros. 3No hay prisa ahora, pues estás utilizando el tiempo para el propósito que se le dio. 4Deja que cada palabra refulja con el significado que Dios le ha dado, tal como se te ha dado a ti a través de Su Voz. 5Deja que cada idea que repases ese día te conceda el regalo que Él ha depositado en ella para que tú lo recibas de parte de Él. 6Y no utilizaremos en nuestra práctica otro formato que éste. 8. Cada vez que el reloj marque la hora, trae a la mente el pensamiento con el que comenzó el día y pasa un momento de recogimiento con él. 2Luego repite las dos ideas correspondientes a ese día sin ninguna sensación de premura, con tiempo suficiente para que puedas ver los regalos que encierran para ti, y deja que se reciban allí donde se dispuso que fuesen recibidos. 9. No vamos a añadir otros pensamientos, sino que dejamos que estos mensajes sean lo que realmente son. 2No necesitamos otra cosa que esto para que se nos dé felicidad y descanso, eterna quietud, perfecta certeza y todo lo que nuestro Padre dispone que recibamos como nuestra herencia de parte de Él. 3Y concluiremos cada día de práctica a lo largo de este repaso tal como lo comenzamos, repitiendo en primer lugar el pensamiento que hizo de ese día una ocasión especial de bendición y felicidad para nosotros, y que, mediante nuestra fe, sustituyó en el mundo la luz por la oscuridad, el gozo por los pesares, la paz por el sufrimiento y la santidad por el pecado. 10. Dios te da las gracias a ti que practicas de esta manera el cumplimiento de Su Palabra. 2Y cuando expongas tu mente de nuevo a las ideas del día antes de irte a dormir, Su gratitud te envolverá en la paz en la que Su Voluntad dispone que estés para siempre, y que ahora estás aprendiendo a reivindicar como tu herencia. LECCIÓN 142 Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios. (123) Gracias Padre por los regalos que me has concedido. (124) Que no me olvide de que soy uno con Dios. ¿Qué me enseña esta lección? (123) Gracias Padre por los regalos que me has concedido. El mayor regalo que nos ha concedido Dios es habernos creado de Sí Mismo y habernos dado la posibilidad de adquirir su Condición Creadora. ¿Qué hijo no estaría agradecido al Ser que le ha dado la Existencia? ¿Qué Padre abandona a su hijo a su suerte? ¿Qué Padre no alimenta y protege a su descendencia? Tan sólo los estados demenciales, son capaces de enturbiar la feliz alianza de un hijo y un padre. Nuestra mente, nuestro corazón, deben, al unísono, exclamar con plena certeza y confianza, que Somos Hijos de Dios, herederos legítimos de nuestro Hacedor y gozamos de su Perfección y de su Plenitud. ¿Qué regalos le ofreces y compartes con tus hijos? Todas nuestras creaciones son nuestros hijos, ¿Cómo nos relacionamos con ellas? (124) Que no me olvide de que soy uno con Dios. El olvido de que somos Uno con Dios, nos ha llevado a la falsa creencia de que estamos separados de la Fuente de la Creación. El olvido de que somos Uno con Dios, ha dado lugar al miedo y hemos identificado el Rostro de nuestro Creador, con el temeroso rostro del Rigor. El olvido de que somos Uno con Dios, nos ha llevado a sentirnos indignos; pecadores; culpables, merecedores del castigo redentor; merecedores del sufrimiento y del dolor. El olvido de que somos Uno con Dios, nos hizo creer que habíamos perdido nuestra inocencia y de que ya no éramos merecedores de la Protección de nuestro Padre. Pero hoy, hemos recuperado la memoria de lo que Somos; hemos despertado del largo sueño que nos ha mantenido fieles a creencias erróneas. Hoy soy consciente de que Soy como Dios me Creó: Perfecto; Pleno; Dichoso y Feliz. ¿Cómo te sientes al ser consciente de que eres Hijo de Dios? ¿Cómo afrontarás la vida, ahora que eres consciente de lo que eres?
21:38
LECCIÓN 141
Episodio en TEMAS INSPIRADORES
CUARTO REPASO Introducción 1. Damos comienzo ahora a un nuevo repaso, conscientes esta vez de que nos estamos preparando para la segunda parte del aprendizaje en la que se nos enseña cómo aplicar la verdad. 2Hoy empezaremos a prepararnos para lo que sigue más adelante. 3Tal es nuestro propósito para este repaso y para las lecciones que siguen. 4Así pues, repasaremos las lecciones más recientes y sus pensamientos centrales de forma que faciliten el estado de preparación que ahora queremos alcanzar. 2. Hay un tema central que unifica cada paso del repaso que ahora emprendemos, el cual puede enunciarse de manera muy simple con estas palabras: 2Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios. 3Esto es un hecho, y representa la verdad de lo que eres y de lo que tu Padre es. 4Éste fue el pensamiento mediante el cual el Padre creó a Su Hijo, estableciéndolo así como co-creador con Él. 5Éste es el pensamiento que garantiza plenamente la salvación del Hijo. 6Pues en su mente no puede haber otros pensamientos, salvo los que su Padre comparte con él. 7La falta de perdón es lo que impide que este pensamiento llegue a su conciencia. 8No obstante, es verdad eternamente. 3. Comencemos nuestra preparación tratando de entender las múltiples formas tras las que se puede ocultar muy cuidadosamente la falta de verdadero perdón. 2Puesto que son ilusiones, no se perciben simplemente como lo que son: defensas que te impiden ver y reconocer tus pensamientos rencorosos. 3Su propósito es mostrarte otra cosa y demorar la corrección mediante autoengaños diseñados para que ocupen su lugar. 4. Tu mente, sin embargo, alberga sólo lo que piensas con Dios. 2Tus auto-engaños no pueden ocupar el lugar de la verdad, 3de la misma manera en que un niño que arroja un palo al mar no puede cambiar el ir y venir de las olas, evitar que el sol caliente las aguas o impedir que el plateado reflejo de luna se vea por la noche en ellas. 4Así es como daremos comienzo a cada período de práctica de este repaso, preparando nuestras mentes para que comprendan las lecciones que nos corresponde leer y comprendan el significado que tienen para nosotros. 5. Comienza cada día dedicando cierto tiempo a preparar tu mente para que aprenda la libertad y la paz que cada idea que repases ese día puede ofrecerte. 2Haz que tu mente tenga una actitud receptiva, despéjala de todo pensamiento engañoso y deja que sólo éste la ocupe completamente y elimine los demás: 3Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios. 4Cinco minutos que le dediques a este pensamiento serán suficiente para encauzar el día según las pautas que Dios ha fijado y para poner Su Mente a cargo de todos los pensamientos que has de recibir ese día. 6. Éstos no procederán únicamente de ti, pues los compartirás con Él. 2Y así, cada uno de ellos te traerá mensajes de Su Amor, devolviéndole a Él mensajes del tuyo. 3De esta forma es como estarás en comunión con el Señor de las Multitudes, tal como Él Mismo lo ha dispuesto. 4Y así como Su compleción se une a Él, del mismo modo Él se unirá a ti que te completas al unirte a Él y al Él unirse a ti. 7. Después de haberte preparado, lee simplemente cada una las dos ideas que se han asignado para el repaso de ese día. 2Luego cierra los ojos y repítelas lentamente para tus adentros. 3No hay prisa ahora, pues estás utilizando el tiempo para el propósito que se le dio. 4Deja que cada palabra refulja con el significado que Dios le ha dado, tal como se te ha dado a ti a través de Su Voz. 5Deja que cada idea que repases ese día te conceda el regalo que Él ha depositado en ella para que tú lo recibas de parte de Él. 6Y no utilizaremos en nuestra práctica otro formato que éste. 8. Cada vez que el reloj marque la hora, trae a la mente el pensamiento con el que comenzó el día y pasa un momento de recogimiento con él. 2Luego repite las dos ideas correspondientes a ese día sin ninguna sensación de premura, con tiempo suficiente para que puedas ver los regalos que encierran para ti, y deja que se reciban allí donde se dispuso que fuesen recibidos. 9. No vamos a añadir otros pensamientos, sino que dejamos que estos mensajes sean lo que realmente son. 2No necesitamos otra cosa que esto para que se nos dé felicidad y descanso, eterna quietud, perfecta certeza y todo lo que nuestro Padre dispone que recibamos como nuestra herencia de parte de Él. 3Y concluiremos cada día de práctica a lo largo de este repaso tal como lo comenzamos, repitiendo en primer lugar el pensamiento que hizo de ese día una ocasión especial de bendición y felicidad para nosotros, y que, mediante nuestra fe, sustituyó en el mundo la luz por la oscuridad, el gozo por los pesares, la paz por el sufrimiento y la santidad por el pecado. 10. Dios te da las gracias a ti que practicas de esta manera el cumplimiento de Su Palabra. 2Y cuando expongas tu mente de nuevo a las ideas del día antes de irte a dormir, Su gratitud te envolverá en la paz en la que Su Voluntad dispone que estés para siempre, y que ahora estás aprendiendo a reivindicar como tu herencia. LECCIÓN 141 Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios. (121) El perdón es la llave de la felicidad. (122) El perdón me ofrece todo lo que deseo. ¿Qué me enseña esta lección? (121) El perdón es la llave de la felicidad. ¿Acaso crees que puedes alcanzar la felicidad si te recreas en la culpa? Si te sientes culpable, verás y condenarás la culpa en el otro. Intentas ocultar la pesada carga de la culpa, aceptando el castigo como vía de redención y de salvación. ¿Cómo puedes pensar que el dolor, el sufrimiento, la enfermedad, te van a liberar de la cárcel que te mantiene prisionera de la culpa? La única llave que te puede abrir las puertas de la Salvación, la encontrarás en el perdón. Perdonar significa que tu Amor ha sustituido a tu miedo. (122) El perdón me ofrece todo lo que deseo. ¿Te conformaría con menos, sabiendo que el perdón te abre las puertas del Paraíso? No se puede perdonar, si no se ama. La pérdida de esa capacidad de amar y su sustitución por el miedo, fue lo que originó el comienzo del sueño y la creencia en un mundo ilusorio e irreal. Recuperar la condición primigenia que caracterizaba la llamada etapa “Paradisíaca”, supone el despertar de la conciencia y el reencuentro con la Unidad perdida. El perdón, es el reconocimiento del poder del amor por encima de la creencia errónea en la separación y la caída en la concepción del pecado. La creencia en la separación, nos hace escasos y necesitados, mientras que la práctica del perdón, nos hace abundantes y dichosos. ¿Dónde crees que debe empezar tu perdón?
10:55
LECCIÓN 139
Episodio en TEMAS INSPIRADORES
Aceptaré la Expiación para mí mismo. 1. Con esto se acaban todas las decisiones. 2Pues con ésta lección llegamos a la decisión de aceptarnos a nosotros mismos tal como Dios nos creó. 3¿Y qué es elegir sino tener incertidumbre con respecto a lo que somos? 4No hay duda que no esté arraigada en esto. 5No hay pregunta que no sea un reflejo de ello. 6No hay conflicto que no entrañe la simple pregunta: "¿Qué soy?" 2. Mas ¿quién podría hacer esta pregunta sino alguien que se ha negado a reconocerse a sí mismo? 2Sólo esta negativa a aceptarte a ti mismo es lo que hace que la pregunta parezca sincera. 3Lo único que cualquier cosa viviente puede saber con certeza es lo que ella es. 4Desde esta perspectiva de certeza, contempla otras cosas que tienen tanta certeza como ella misma. 3. Tener incertidumbre con respecto a lo que indudablemente eres es una forma de auto-engaño tan monumental, que es difícil concebir su magnitud. 2Estar vivo y no conocerte a ti mismo es creer que en realidad estás muerto. 3Pues, ¿qué es la vida sino ser lo que eres? 8Y ¿qué otra cosa sino tú podría estar viva en tu lugar? 4¿Quién es el que duda? 5¿De qué es de lo que duda? 6¿A quién le pregunta? 7¿Quién le puede responder? 4. Está simplemente declarando que él no es quien realmente es, y, por lo tanto, al creer ser otra cosa, se convierte en inquisidor de lo que esa otra cosa es. 2Sin embargo, no podría estar vivo si no supiese la respuesta. 3Si pregunta como si no supiese, ello es señal de que no quiere ser lo que es. 4Mas él ha aceptado lo que es puesto que vive; también ha juzgado contra ello y negado su valor; y ha decidido que desconoce la única certeza mediante la cual vive. 5. De esta manera, se vuelve inseguro con respecto a su vida, pues lo que ésta es, él mismo lo ha negado. 2Esta negación es lo que hace que tengas necesidad de la Expiación. 3Tu negación no cambió en nada lo que eres. 4Pero tú has dividido tu mente en dos partes: una que conoce la verdad y otra que no. 5Tú eres tú mismo. 6De esto no hay duda. 7Sin embargo, lo dudas. 8Mas no te preguntas qué parte de ti es la que puede realmente poner en duda lo que eres. 9Aquello que hace esa pregunta no puede realmente ser parte de ti. 10Pues le hace la pregunta a alguien que sabe la respuesta. 11Mas si fuese parte de ti, entonces la certeza sería imposible. 6. La Expiación pone fin a la extraña idea de que es posible dudar de ti mismo y no estar seguro de lo que realmente eres. 2Esto es el colmo de la locura. 3Sin embargo, es la pregunta universal del mundo. 4¿Qué puede eso significar sino que el mundo está loco? 5¿Por qué compartir su locura aceptando la desafortunada creencia de que lo que aquí es universal es verdad? 7. Nada de lo que el mundo cree es verdad. 2Pues el mundo es un lugar cuyo propósito es servir de hogar para que aquellos que dicen no conocerse a sí mismos puedan venir a cuestionar lo que son. 3Y seguirán viniendo hasta que se acepte la Expiación y aprendan que es imposible dudar de uno mismo, así como no ser consciente de lo que se es. 8. Lo único que se te puede pedir es tu aceptación, pues lo que eres es algo incuestionable. 2Lo que eres fue establecido para siempre en la santa Mente de Dios y en la tuya propia. 3Está tan lejos de cualquier duda o de que se cuestione que inquirir lo que debe ser es prueba suficiente de que crees en la contradicción de que no sabes aquello que es imposible que no sepas. 4¿Es esto una pregunta, o bien una afirmación que se niega a sí misma? 5No sigamos tolerando que nuestras santas mentes se entretengan en semejantes insensateces. 9. Tenemos una misión aquí. 2No vinimos a reforzar la locura en la que una vez creímos. 3No nos olvidemos del objetivo que aceptamos. 4Vinimos a alcanzar mucho más que nuestra propia felicidad. 5Lo que aceptamos ser, proclama lo que todo el mundo no puede sino ser junto con nosotros. 6No les falles a tus hermanos, pues, de lo contrario, te estarás fallando a ti mismo. 7Contémplalos con amor, para que puedan saber que forman parte de ti y que tú formas parte de ellos. 10. Esto es lo que la Expiación enseña, y lo que demuestra que la unidad del Hijo de Dios no se ve afectada por su creencia de que no sabe lo que es. 2Acepta hoy la Expiación, no para cambiar la realidad, sino simplemente para aceptar la verdad de lo que eres, y luego sigue tu camino regocijándote en el infinito Amor de Dios. 3Esto es lo único que se nos pide hacer. 4Esto es lo único que haremos hoy. 11. Dedicaremos cinco minutos por la mañana y cinco por la noche a tener presente nuestro cometido de hoy. 2Comenzaremos con este repaso acerca de nuestra misión: 3Aceptaré la Expiación para mí mismo, pues aún soy tal como Dios me creó. 4No hemos perdido el conocimiento que Dios nos dio cuando nos creó semejantes a Él. 5Podemos recordarlo por todos, pues en la creación todas las mentes son una. 6Y en nuestra memoria yace el recuerdo de lo mucho que en verdad amamos a nuestros hermanos, de lo mucho que cada mente es parte de nosotros, de cuán fieles nos han sido realmente y de cómo el Amor de nuestro Padre los incluye a todos. 12. Como muestra de gratitud por toda la creación, y en el Nombre de su Creador y de Su Unidad con todos los aspectos de la creación, reiteramos hoy nuestra dedicación a nuestra causa cada hora, dejando a un lado todos los pensamientos que nos pudiesen desviar de nuestro santo propósito. 2Durante varios minutos deja que tu mente quede libre de todas las disparatadas telarañas que el mundo quiere tejer en torno al santo Hijo de Dios. 3Y date cuenta de lo frágiles que son las cadenas que parecen mantener fuera de tu conciencia el conocimiento de ti mismo, según repites: 4Aceptaré la Expiación para mí mismo, pues aún soy tal como Dios me creó. ¿Qué me enseña esta lección? Esta lección me da la oportunidad de afirmar qué soy. Esta cuestión tan sólo puede encontrar un argumento verídico y real, en virtud a nuestro Origen, es decir, a la naturaleza de nuestro Creador. No puedo Ser diferente a mi Hacedor. Desde este punto de vista, afirmaré que Soy lo que Dios ES. Este análisis nos sitúa en la eterna pregunta: ¿qué es Dios? Intentar dar respuesta a esta cuestión con los ojos del cuerpo, nos llevará a una negación evidente, pues, la mente empírica da credibilidad a lo que ve. Al Ser Dios invisible para el ego, su credibilidad pasa a ser un acto de fe. Pero el ego, no tan sólo recibe percepciones a través de lo palpable, sino que también acepta itir como verdadero aquello que es capaz de sentir y pensar. Desde este enfoque, la idea y el sentimiento de Dios, adopta un valor a considerar. Luego, la respuesta a la cuestión ¿qué soy? nos lleva a considerar un triple aspecto: soy un cuerpo físico; soy un cuerpo emocional y soy un cuerpo mental. Con el cuerpo físico actuo, con el emocional, siento y con el mental, pienso. Desde la perspectiva del ego, la respuesta se resumiría en que somos un Triple Cuerpo. Pero esa definición, no es real, pues el contenido de esos vehículos están sujetos al cambio y todo lo que verdaderamente Es, en esencia verdadero, no puede cambiar. Tendremos que buscar la identidad real, la que goce de la perfección, de la eternidad, de la intemporalidad. Esa identidad es la “materia divina” con la que hemos sido creados. Somos una Esencia Espiritual dotada de los atributos de nuestro creador. Esta Esencia es la única verdad, y aun manifestándose en distintos escenarios evolutivos, no podemos confundirla con los ropajes a través de los cuales se expresa: un sentimiento; un pensamiento, un acto. La identificación pasajera con estos vehículos temporales y transitorios, da lugar a la creencia en la separación. Esta es la razón por la cual, se hace necesaria la “expiación”, pues hay que corregir ese error de interpretación y recuperar la conciencia de unidad. Ejemplo-Guía: "Una cuestión ancestral: ¿qué soy?" Cuando leí por primera vez esta Lección, me pregunté porqué no se había tocado con anterioridad, de manera tan directa, la cuestión del ¿qué soy?. Considero esencial tener claro la respuesta a esta pregunta. Hemos hablado del significado de las cosas, del valor de las cosas, de la realidad o ilusión del mundo. Hemos hablado de Dios y del Cielo. Hemos hablado, de nuestra Semejanza con el Creador. Lo interpreto como una preparación del camino. Y cuando utilizo este término, lo hago de forma alegórica, para aludir a lo esencial, a la elección de utilizar nuestra mente bajo la creencia en la separación o por el contrario, utilizar nuestra mente bajo la certeza de que somos uno con todo lo creado. El verdad, el camino somos nosotros mismos. El camino, es un instante santo que produce la evidencia interior de lo que somos realmente. El camino es el Cristo que fluye y emana desde nuestro interior, desde la inagotable Fuente del Amor. Responder a la pregunta, ¿qué soy? es esencial, pues de acuerdo a nuestra respuesta, estaremos determinando cómo viviremos la vida, desde la muerte o desde la Vida. Si creemos ser un cuerpo físico, ya lo hemos hablado a lo largo de estas lecciones, es la elección con la que nos hemos identificados cuando creemos ser lo que percibimos. Esta elección ha dado lugar a una visión basada en la separación, en el miedo, en el pecado, en el dolor y en la muerte. Si creemos ser Espíritu, también lo hemos hablado, es la elección con la que recordamos lo que realmente Somos, el Hijo de Dios, heredero legítimo del Creador, llamado a Ser un Dios Potencial. Elegir recordar, nos lleva a desaprender las leyes del mundo de la percepción y adoptar las Leyes de Cielo, donde la realidad se manifiesta a través de la Unidad, el Amor y la Inteligencia Creadora. Si creemos ser un cuerpo, plantearemos nuestra vida para alcanzar el bien-estar. Esta meta nos lleva inevitablemente a experimentar la desdicha y la desilusión, pues lo material está regido por la ley de la temporalidad y la pérdida de lo que hemos hecho nuestro nos produce un profundo dolor. Si creemos ser Espíritu, la vida se plantea desde la visión del bien-ser. Esto no es una meta, sino una toma de consciencia del Ser. Cuando vivimos la vida, desde la consciencia del Bien-ser, experimentamos un permanente estado de Felicidad, la cual se ve colmada cuando compartimos lo que Somos desde la Filiación Una. Reflexión: ¿Ser o hacer? ¿Ser o tener?
20:41
Leccion 132
Episodio en TEMAS INSPIRADORES
Libero al mundo de todo lo que jamás pensé que era. 1. ¿Qué es lo que mantiene al mundo prisionero sino tus propias creencias? 2¿Y qué puede salvar al mundo excepto tu propio Ser? 3El poder de las creencias es ciertamente formidable. 4Los pensamientos que albergas son poderosos, y los efectos que las ilusiones producen son tan potentes como los efectos que produce la verdad. 5Los locos creen que el mundo que ven es real, y así, no lo ponen en duda. 6No se les puede persuadir cuestionando los efectos de sus pensamientos. 7Sólo cuandose pone en tela de juicio la fuente de éstos alborea finalmente en ellos la esperanza de libertad. 2. La salvación, no obstante, puede alcanzarse fácilmente, pues todo el mundo es libre de cambiar de mentalidad, y al hacerlo todos sus pensamientos cambian también. 2Ahora la fuente de los pensamientos ha cambiado, pues cambiar de mentalidad significa que has efectuado un cambio en la fuente de todas las ideas que tienes ahora, que jamás hayas tenido o que algún día puedas tener. 3Liberas al pasado de todo lo que antes pensabas. 4Liberas al futuro de todas tus viejas ideas de ir en busca de lo que realmente no deseas encontrar. 3. El único tiempo que queda ahora es el presente. 2Aquí, en el presente, es donde el mundo queda liberado. 3Pues al dejar que el pasado quede cancelado y al liberar el futuro de tus viejos temores, encuentras escape y se lo ofreces al mundo. 4Has esclavizado al mundo con todos tus temores, dudas y aflicciones, con todo tu dolor y todas tus lágrimas; y todas tus penas lo oprimen y lo mantienen prisionero de tus creencias. 5La muerte lo azota por doquier porque albergas en tu mente amargos pensamientos de muerte. 4. El mundo en sí no es nada. 2Tu mente tiene que darle significado. 3Y lo que contemplas en él es la representación de tus deseos, de modo que puedas verlos y creer que son reales. 4Tal vez pienses que no fuiste tú quien construyó este mundo, sino que viniste en contra de tu voluntad a lo que ya estaba hecho, un mundo que no estaba precisamente esperando a que tus pensamientos le confiriesen significado. 5Pero la verdad es que encontraste exactamente lo que andabas buscando cuando viniste. 5. No hay ningún mundo aparte de lo que deseas, y en eso radica, en última instancia, tu liberación. 2Cambia de mentalidad con respecto a lo que quieres ver, y el mundo cambiará a su vez. 3Las ideas no abandonan su fuente. 4Esta idea central se menciona con frecuencia en el texto, y debes tenerla presente si quieres entender la lección de hoy. 5No es el orgullo el que te dice que fuiste tú quien construyó el mundo que ves y que ese mundo cambia según tú cambias de mentalidad. 6. Pero sí es el orgullo el que sostiene que has venido a un mundo que está completamente separado de ti, que es insensible a lo que piensas y totalmente diferente de lo que pudieras pensar que es. 2¡El mundo no existe! 3Éste es el pensamiento básico que este curso se propone enseñar. 4No todo el mundo está listo para aceptar esto, y cada cual irá tan lejos a lo largo del camino que conduce a la verdad, como se permita a sí mismo ser guiado. 5Regresará e irá todavía más lejos, o tal vez, retrocederá un poco para luego regresar de nuevo. 7. Mas la curación es el regalo que se les hace a aquellos que están listos para aprender que el mundo no existe y que pueden aceptar esta lección ahora. 2El hecho de que estén listos hará que la lección les llegué en una forma que ellos puedan entender y reconocer. 3Algunos la entienden de súbito al borde de la muerte y se levantan para enseñarla. 4Otros la encuentran en una experiencia que no es de este mundo, lo cual les demuestra que el mundo no existe porque lo que contemplan tiene que ser la verdad a pesar de que contradice claramente al mundo. 8. Y algunos la encontrarán en este curso y en los ejercicios que hoy llevaremos a cabo. 2La idea de hoy es verdad porque el mundo no existe. 3Y, si en verdad éste no es más que un producto de tu imaginación, puedes entonces liberarlo de todo loque jamás pensaste que era, cambiando simplemente todos aquellos pensamientos que le daban su apariencia. 4Los enfermos se curan a medida que abandonas todo pensamiento de enfermedad, y los muertos resucitan cuando permites que los pensamientos de vida reemplacen a todos los pensamientos de muerte que jamás albergaste. 9. Ahora tenemos que subrayar nuevamente una lección que ya se ha mencionado antes, pues contiene los sólidos cimientos de la idea de hoy. 2Eres tal como Dios te creó. 3No hay lugar en el que puedas sufrir, ni tiempo que pueda alterar tu eterna condición. 4¿Cómo iba a poder existir un mundo de espacio y tiempo, si tú sigues siendo tal como Dios te creó? 10. ¿Qué es la lección de hoy sino otra manera de decir que conocer tu Ser es la salvación del mundo? 2Liberar al mundo de toda clase de dolor no es otra cosa que cambiar de mentalidad con respecto a ti mismo. 3El mundo no existe aparte de tus ideas porque las ideas no abandonan su fuente, y tú mantienes el mundo intacto en tu mente mediante tus pensamientos. 11. Mas si tú eres tal como Dios te creó no puedes pensar estando separado de Él, ni fabricar lo que no comparte Su intemporalidad y Su Amor. 2¿Son acaso éstos inherentes al mundo que ves? 3¿Crea acaso este mundo tal como Él lo hace? 4A menos que lo haga, no puede ser real ni tiene existencia alguna. 5Si tú eres real, el mundo que ves es falso, pues la creación de Dios es diferente del mundo desde cualquier punto de vista. 6Y así como fue Su Pensamiento el que te creó, así también son tus pensamientos los que dieron lugar al mundo y los que tienen que liberarlo para que puedas conocer los Pensamientos que compartes con Dios. 12. ¡Libera al mundo! 2Tus verdaderas creaciones están esperando a que lo liberes para concederte la paternidad, y no una paternidad de ilusiones, sino una de verdad como la de Dios. 3Dios comparte Su Paternidad contigo que eres Su Hijo, pues Él no hace distinciones entre lo que Él es y lo que sigue siendo Él Mismo. 4Lo que Él crea no está separado de Él, y no hay ningún lugar en el que el Padre acabe y el Hijo comience como algo separado. 13. El mundo no existe porque es un pensamiento separado de Dios, concebido para separar al Padre del Hijo y aislar una parte de Dios Mismo, destruyendo de esta manera Su Plenitud. 2¿Podría acaso ser real un mundo que emana de esta idea? 3¿Dónde se le podría encontrar? 4Niega las ilusiones, pero acepta la verdad. 5Niega que seas una sombra superpuesta brevemente sobre un mundo moribundo. 6Libera a tu mente, y contemplarás un mundo liberado. 14. Nuestro propósito hoy es liberar al mundo de todos los pensamientos vanos que jamás hayamos tenido acerca de él y acerca de todos los seres vivientes que vemos en él. 2No pueden estar ahí, 3ni nosotros tampoco. 4Pues nos encontramos, junto con todos ellos, en la morada que nuestro Padre creó para nosotros. 5Y nosotros, que seguimos siendo tal como Él nos creó, queremos liberar hoy al mundo de cada una de nuestras ilusiones para así poder ser libres. 15. Comienza cada una de las dos sesiones de quince minutos de práctica de hoy con lo siguiente: 2Yo que sigo siendo tal como Dios me creó quiero liberar al mundo de todo lo que jamás pensé que era. 3Pues yo soy real porque el mundo no lo es. aY quiero conocer mi propia realidad. . 4Luego simplemente descansa, alerta pero sin tensión, y permite que en la quietud se efectúe un cambio en tu mente, de manera que el mundo pueda quedar libre junto contigo. 16. No es necesario que te des cuenta de que cuando envías estos pensamientos para bendecir al mundo, la curación les llega a muchos de tus hermanos en remotos lugares del mundo, así como a aquellos que ves a tu alrededor. 2Y te percatarás de tu propia liberación, aunque tal vez aún no comprendas del todo que nunca habrías podido liberarte solo. 17. Haz que la liberación que a lo largo del día envías a todo el mundo mediante tus ideas sea cada vez mayor, y siempre que sientas la tentación de negar el poder de este simple cambio de mentalidad, di: 2Libero al mundo de todo lo que jamás pensé que era, y en lugar de ello elijo mi propia realidad.
15:51
LECCIÓN 129
Episodio en TEMAS INSPIRADORES
Más allá de este mundo hay un mundo que deseo. 1. Este pensamiento es el que naturalmente sigue al que practicamos, ayer. 2No puedes detenerte en la idea de que el mundo no tiene valor, pues a menos que veas que hay algo más por lo que sentirte esperanzado, no podrás evitar caer en la depresión. 3No estamos haciendo hincapié en que renuncies al mundo, sino en que lo intercambies por algo mucho más satisfactorio, algo rebosante de alegría y capaz de ofrecerte paz. 4¿Crees acaso que este mundo puede ofrecerte eso? 2. Quizá valga la pena dedicar un rato a reflexionar una vez más sobre el valor de este mundo. 2Tal vez estés dispuesto a conceder que nada se pierde con renunciar a cualquier pensamiento que le adjudique algún valor. 3El mundo que ves es ciertamente despiadado, inestable y cruel, indiferente en lo que a ti respecta, presto a la venganza y lleno de odio inclemente. 4Da únicamente para más tarde quitar, y te despoja de todo aquello que por un tiempo creíste amar. 5En él no se puede encontrar amor duradero, porque en él no hay amor. 6Dicho mundo es el mundo del tiempo, donde a todo le llega su fin. 3. ¿Cómo podría ser una pérdida, entonces, encontrar un mundo en el que es imposible perder, en el que el amor perdura eternamente y en el que el odio no existe y la venganza no tiene sentido? 2¿Cómo podría ser una pérdida hallar todas las cosas que realmente anhelas, y saber que no tienen fin y que perdurarán a través del tiempo exactamente tal como las deseas? 3Incluso esas cosas se intercambiarán finalmente por aquello de lo que no podemos hablar, pues desde allí te trasladarás a donde las palabras son completamente inútiles, a un silencio en el que el lenguaje, si bien no es hablado, se entiende perfectamente. 4. La comunicación, inequívoca y clara como la luz del día, permanece ilimitada por toda la eternidad. 2Y Dios Mismo le habla a Su Hijo, así como Su Hijo le habla a Él. 3El lenguaje en el que se comunican no tiene palabras, pues lo que se dicen no puede ser simbolizado. 4Su conocimiento es directo, perfectamente compartido y perfectamente uno. 5¡Qué lejos te encuentras de esto tú que sigues encadenado a este mundo! 6Y, sin embargo, ¡qué cerca te encontrarás cuando lo intercambies por el mundo que sí deseas! 5. Ahora el último paso es seguro; ahora te encuentras sólo a un instante de la intemporalidad. 2Desde aquí sólo puedes mirar hacia adelante, pues nunca más querrás mirar hacia atrás para ver el mundo que ya no deseas. 3He aquí el mundo que viene a ocupar su lugar, a medida que liberas a tu mente de las nimiedades que el mundo te ofrece para mantenerte prisionero. 4No les atribuyas ningún valor, y desaparecerán. 5Valóralas, y te parecerán reales. 6. Ésas son tus opciones. 2¿Qué puedes perder si eliges no valorar lo que no es nada? 3Este mundo no te ofrece nada que realmente desees, mas el que eliges en su lugar ¡ése ciertamente lo deseas! 4Deja que se te conceda hoy. 5Ese mundo espera tan solo a que lo elijas para ocupar el lugar de todas las cosas que buscas, pero que no deseas. 7. Practica estar dispuesto a efectuar este cambio diez minutos por la mañana, diez por la noche y una vez más entremedias. 2Comienza con lo siguiente: 3Más allá de este mundo hay un mundo que deseo. 4Elijo ver ese mundo en lugar de éste, pues no hay nada aquí que realmente desee. 5Cierra entonces los ojos al mundo que ves, y en la silenciosa oscuridad contempla cómo unas luces que no son de este mundo se van encendiendo una por una, hasta que deja de ser relevante donde comienza una y donde termina la otra al fundirse todas en una sola. 8. Hoy las luces del Cielo se inclinan ante ti, para derramar su luz sobre tus párpados mientras descansas más allá del mundo de las tinieblas. 2He aquí una luz que los ojos no pueden contemplar. 3Y, sin embargo, la mente puede verla claramente, y entender. 4Hoy se te concede un día de gracia, y nos sentimos agradecidos por ello. 5Hoy nos damos cuenta de que lo que temías perder era sólo la pérdida. 9. Ahora comprendemos que es imposible perder. 2Pues por fin hemos visto su opuesto, y damos gracias de que la elección ya se haya llevado a cabo. 3Recuerda cada hora la decisión que has tomado, y dedica un momento a confirmar tu elección dejando a un lado cualquier pensamiento que tengas en ese momento y poniendo toda tu atención brevemente en lo siguiente: 4El mundo que veo no me ofrece nada que yo desee. 5Más allá de este mundo hay un mundo que deseo. ¿Qué me enseña esta lección? Si en la lección anterior, se no revelaba algo tan importante como es reconocer que en el mundo terrenal, con el que se encuentra identificado el ego, no podremos encontrar la felicidad, en esta lección, se produce una nueva revelación, no menos importante, pues nos señala el lugar donde podremos dirigir nuestra atención con el propósito de encontrar lo que buscamos: la felicidad. Esa felicidad no puede ser patrimonio de un mundo basado en lo temporal y transitorio, sino que debe ser la consecuencia de una realidad estable y eterna y, esa realidad, no se encuentra fuera de nosotros, sino que forma parte de lo que realmente Somos, nuestro Ser Espiritual. Se hace necesario pues, educar nuestra mente para que no quede ocupada en prestarle atención al mundo material, no debe ofrecerle valor alguno, ya que, en la medida en que le aportemos un valor, lo estaremos haciendo nuestra realidad y condicionará nuestro comportamiento. ¿Qué valores deben ocupar, entonces, nuestra atención? La Unidad; el Amor Incondicional y la Inteligencia Creadora son los Valores Primordiales, de los cuales se derivan otros, como, la Abundancia; la Justicia; la Armonía; la Belleza; la Igualdad, etc. Cuando busquemos la Unidad en el otro, lo que realmente estamos haciendo es reconociendo nuestra igualdad de Filiación. De esa relación santa, no puede menos que dar lugar a la Felicidad. Ejemplo-Guía: ¿Debo abandonar este mundo para encontrar el que realmente deseo? No puedo negar, que esta pregunta ha ocupado mi mente cuando leí por primera vez esta Lección. Fue un pensamiento instantáneo que llegó a preocuparme, aunque una reflexión más profunda me sacó de la incertidumbre y me ofreció una respuesta más tranquilizadora: El objetivo de desear el mundo verdadero no nos exige abandonar físicamente el mundo ilusorio. Ese deseo verdadero debe llevarnos a una nueva visión. ¿Cuál? No desear el mundo ilusorio a pesar de permanecer en él. Realmente, lo que estamos haciendo es aplicar el objetivo del Curso de Milagros, cambiar nuestras falsas creencias y adoptar una nueva visión que nos lleve a elegir de nuevo. Permanecer en este mundo no debe convertirse en una opción. La verdadera elección es no identificarse con él, de tal modo, que pongamos en sus manos nuestra realidad y nuestra felicidad. Si estamos hablando de opciones, la única a la que debemos prestar atención es a la hora de elegir un mundo u otro. Realmente, plantearlo como una elección no deja de ser un juego de nuestra mente, pues en verdad, el único mundo real es el espiritual y si itimos que podemos elegir el mundo ilusorio, estamos itiendo su realidad. Si integramos en nuestra conciencia lo que acabamos de plantear, lo que realmente estamos haciendo es vivir la vida desde la ausencia de miedo, desde la libertad o lo que es lo mismo, desde el Amor. Si nuestro único deseo se pone al servicio de la Voluntad, ello significa que nuestra visión es la Unidad. Ese deseo nos acerca a nuestro Estado Real, seres de Luz y de Amor, lo que se traduce en un comportamiento que no persigue los objetivos del mundo ilusorio, que no cae en tentación de la posesión y en la tentación de desea un mundo diferente al que nuestro Creador ha dispuesto. Reconozco que es todo un reto, imaginar un mundo en el que vivamos en él, pero que no participemos en su dinámica natural. Pongo un ejemplo. La identificación que hacemos con los club de fútbol. Nuestra afiliación a ellos nos lleva a vivir sus resultados como si nos fuese la vida en ello. Si vence nuestro equipo, nos sentimos felices. Si pierde, casi entramos en depresión. Llegamos la competitividad a extremos exagerados. Pues bien, esa visión pertenece, claramente, a la identidad del ego. Si cambiamos de manera de ver las cosas y dejamos de darle valor a lo que antes se lo dábamos, el fútbol dejará de despertar esas emociones, pues en lo más profundo de nuestro corazón desearemos que gane el contrario, aunque si lo llevamos al terreno del juicio del Espíritu Santo, el resultado más favorable será el empate. Seguramente, nos estaremos planteando vivencias menos banales que el tema del fútbol, como por ejemplo, ¿qué respuesta debemos dar al agresor, al ladrón, al violador, al asesino? ¿Debemos dejar impune sus actos? Es un tema sensible que debemos aprender a gestionar. No voy a desarrollar los tipos de respuesta que debemos dar, pues no considero que deba decir a nadie cómo actuar, ni me siento dueño de la razón, pero sí puedo compartir un punto de vista que considero esencial y que os propongo reflexionar. La cuestión no es cómo actuar, sino que creencia ponemos en ello, qué sentimiento, qué deseo es el que nos mueve. ¿Nos mueve el odio? ¿Nos mueve el Amor? ¿Denunciarlo y desear que tome conciencia de lo que ha hecho sin que medie odio de por medio, es lo correcto? ¿Perdonar su acto y no darle importancia, es lo correcto? Mi consciencia me dice que, haga lo que haga, debe estar inspirado por el Amor. Reflexión: ¿Cómo te hace sentir la siguiente afirmación?: En este mundo no se puede encontrar amor duradero, porque en él no hay amor.
19:12
LECCIÓN 127
Episodio en TEMAS INSPIRADORES
No hay otro amor que el de Dios 1. Tal vez creas que hay diferentes clases de amor. 2Tal vez creas que hay un tipo de amor para esto y otro para aquello; que es posible amar a alguien de una manera y a otra persona de otra. 3El amor es uno. 4No tiene partes separadas ni grados; no hay diferentes clases de amor ni tampoco diferentes niveles; en él no hay divergencias ni distinciones. 5Es igual a sí mismo, sin ningún cambio en ninguna parte de él. 6Ninguna persona o circunstancia puede hacer que cambie. 7Es el Corazón de Dios y también el de Su Hijo. 2. El significado del amor queda velado para todo aquel que crea que el amor puede cambiar, 2pues no se da cuenta de que un amor cambiante es algo imposible. 3Y así, cree que algunas veces puede amar y otras odiar. 4Cree también que se puede profesar amor sólo a una persona, y que el amor puede seguir siendo lo que es aunque se le niegue a los demás. 5El que crea estas cosas acerca del amor demuestra que no entiende su significado. 6Si el amor pudiese hacer tales distinciones, tendría que discernir entre justos y pecadores, y percibir al Hijo de Dios fragmentado. 3. El amor no puede juzgar. 2Puesto que en sí es uno solo, contempla a todos cual uno solo. 3Su significado reside en la unicidad*. 4Y no puede sino eludir a la mente que piensa qué el amor es algo parcial o fragmentado. 5No hay otro amor que el de Dios, y todo amor es de Él. 6Ningún otro principio puede gobernar allí donde no hay amor. 7El amor es una ley que no tiene opuestos. 8Su plenitud es el poder que mantiene a todas las cosas unidas, el vínculo entre Padre e Hijo que hace que Ambos sean lo mismo eternamente. 4. Ningún curso cuyo propósito sea enseñarte a recordar lo que realmente eres podría dejar de subrayar que no puede haber diferencia entre lo que realmente eres y lo que es el amor. 2El significado del amor es tu propio significado, el cual Dios Mismo comparte. 3Pues lo que tú eres es lo que Él es. 4No hay otro amor que el Suyo, y lo que Él es, es lo único que existe. 5Nada lo limita, y, por lo tanto, tú eres tan ilimitado como Él. 5. Ninguna ley que el mundo obedezca puede ayudarte a entender el significado del amor. 2Las creencias del mundo fueron concebidas para ocultar el significado del amor y para mantenerlo oculto y secreto. 3No hay ni un solo principio de los que el mundo defiende que no viole la verdad de lo que es el amor, y de lo que, por ende, eres tú también. 6. No busques tu Ser en el mundo. 2El amor no se puede encontrar en las tinieblas ni en la muerte. 3Sin embargo, es perfectamente evidente, para los ojos que ven y para los oídos que oyen la Voz del amor. 4La práctica de hoy consiste en liberar a tu mente de todas las leyes que crees que debes obedecer, de todas las limitaciones que rigen tu vida y de todos los cambios que crees forman parte del destino humano. 5Hoy vamos a dar el paso más ambicioso de los que requiere este curso en tu avance hacia el objetivo que ha establecido. 7. Si hoy consigues tener el más leve vislumbre de lo que significa el amor, habrás salvado una distancia inconmensurable hacia tu liberación y te habrás ahorrado un tiempo que no se puede medir en años. 2Juntos, pues, regocijémonos de dedicarle algún tiempo a Dios y de comprender que no hay mejor manera de emplear el tiempo que ésa. 8. Dedica hoy quince minutos en dos ocasiones a escaparte de todas las leyes en las que ahora crees. 2Abre tu mente y descansa. 3Cualquiera puede escaparse del mundo que parece mantenerte prisionero si deja de atribuirle valor. 4Deja de otorgarle valor a sus míseras ofrendas y absurdos regalos, y permite que el regalo que Dios te hace los reemplace a todos. 9. Invoca a tu Padre con la certeza de que Su Voz te responderá. 2Él Mismo lo ha prometido, 3y Él Mismo pondrá una chispa de verdad en tu mente cada vez que renuncies a una creencia falsa, o a una tenebrosa ilusión de tu realidad y de lo que significa el amor. 4Él irradiará hoy a través de tus vanos pensamientos y te ayudará a comprender la verdad del amor. 5Con amorosa ternura morará contigo a medida que dejes que Su Voz le enseñe a tu mente abierta y despejada el significado del amor. 6Y bendecirá la lección con Su Amor. 10. Hoy la legión de años que tendrías que esperar en el futuro para tu salvación desaparece ante la intemporalidad de lo que estás aprendiendo. 2Demos gracias por habernos librado de un futuro que hubiese sido igual que el pasado. 3Hoy dejamos atrás el pasado para nunca jamás volver a recordarlo. 4Y alzamos los ojos para contemplar un presente muy distinto, en el cual se vislumbra un futuro que en nada se parece al pasado. 11. El mundo que acaba de nacer aún se encuentra en su infancia. 2Y lo veremos crecer fuerte y saludable, para derramar su bendición sobre todos aquellos que vengan a aprender a desprenderse del mundo que pensaban había sido engendrado con odio para ser el enemigo del amor. 3Ahora todos ellos se liberan junto con nosotros. 4Ahora todos ellos son nuestros hermanos en el Amor de Dios. 12. Nos acordaremos de ellos en el transcurso del día, ya que no podemos excluir de nuestro amor a ninguna parte de nosotros si queremos conocer a nuestro Ser. 2Por lo menos tres veces por hora piensa en alguien que te acompaña en esta jornada, y que vino a aprender lo mismo que tú tienes que aprender. 3Y cuando te venga a la mente, comunícale este mensaje de parte de tu Ser: 4Te bendigo, hermano, con el Amor de Dios, el cual quiero compartir contigo. 5Pues quiero aprender la gozosa lección de que no hay otro amor que el de Dios, el tuyo, el mío y el de todos.
26:03
LECCIÓN 126
Episodio en TEMAS INSPIRADORES
Todo lo que doy es a mí mismo a quien se lo doy. 1. La idea de hoy, que es completamente ajena al ego y a la manera de pensar del mundo, es de suma importancia para la inversión de pensamiento al que este curso dará lugar. 2Si creyeses lo que la idea de hoy afirma, no te resultaría difícil perdonar completamente, tendrías certeza con respecto a tu objetivo y no tendrías ninguna duda acerca de tu rumbo. 3Entenderías los medios a través de los cuales se alcanza la salvación, y no vacilarías en emplearlos ahora mismo. 2. Examinemos lo que crees en lugar de esta idea. 2Te parece que los demás están separados de ti, que son capaces de adoptar comportamientos que no tienen repercusión alguna sobre tus pensamientos; y que los que tú adoptas no tienen repercusión alguna sobre los de ellos. 3Tus actitudes, por lo tanto, no tienen ningún efecto sobre ellos, y sus súplicas de ayuda no guardan relación alguna con las tuyas. 4Crees además que ellos pueden pecar sin que ello afecte la percepción que tienes de ti mismo, mientras que tú puedes juzgar sus pecados y mantenerte a salvo de cualquier condenación y en paz. 3. Cuando "perdonas" un pecado, no ganas nada con ello directamente. 2Es una ofrenda de caridad a alguien que no se la merece, a fin de demostrar simplemente que tú eres mejor y que te encuentras en un plano superior a él. 3Él no se ha ganado la limosna de tu tolerancia -que tú le concedes sabiendo que no es digno de tal dádiva- ya que sus pecados lo han situado muy por debajo de una verdadera igualdad contigo. 4No tiene derecho a tu perdón, el cual supone un regalo para él, pero no para ti. 4. De este modo, el perdón es básicamente algo falso: un capricho caritativo, benévolo tal vez, pero inmerecido; una dádiva que a veces se concede y a veces se niega. 2Puesto que es inmerecido, es justo no otorgarlo, pero no es justo que tú tengas que sufrir por haberte negado a concederlo. 3El pecado que perdonas no es tu pecado. 4Alguien que se encuentra separado de ti lo cometió. 5Y si tú entonces eres magnánimo con él y le concedes lo que no se merece, la dádiva es algo tan ajeno a ti como lo fue su pecado. 5. Si esto fuese verdad, el perdón no tendría ningún fundamento sobre el que basarse con certeza y seguridad. 2Sería una excentricidad, según la cual algunas veces decides conceder indulgentemente un indulto inmerecido. 3Conservarías, no obstante, el derecho a no eximir al pecador de la justa retribución por su pecado. 4¿Crees que el Señor de los Cielos iba a permitir que la salvación del mundo dependiera de esto? 5¿No sería acaso Su interés por ti ciertamente ínfimo, si permitiese que tu salvación dependiese de un capricho? 6. No entiendes lo que es el perdón. 2Tal como lo ves, no es sino un freno al ataque abierto que no requiere corrección alguna en tu mente. 3Tal como lo percibes, no te puede brindar paz. 4No constituye un medio por el que liberarte de aquello que ves en otro, pero no en ti mismo. 5No tiene poder alguno para restaurar en tu conciencia tu unidad con él. 6Eso no es lo que Dios dispuso para ti. 7. Al no haberle concedido al Padre el regalo que Él te pide, no puedes reconocer Sus regalos; y crees que Él no te los ha dado. 2Sin embargo, ¿te pediría Él un regalo que no fuese para ti? 3¿Podría acaso quedar satisfecho con gestos vacíos y considerar que tales míseros regalos son dignos de Su Hijo? 4La salvación es un regalo mucho mejor que eso. 5Y el verdadero perdón, que es el medio por el que se alcanza la salvación, no puede sino sanar a la mente que da, pues dar es recibir. 6Lo que no se ha recibido, no se ha dado, pero lo que se ha dado tiene que haberse recibido. 8. Hoy trataremos de entender la verdad según la cual el que da y el que recibe son uno. 2Vas a necesitar ayuda para poder entender esto, ya que es una idea completamente ajena a los pensamientos a los que estás acostumbrado. 3Mas la Ayuda que necesitas ya está aquí. 4Deposita tu fe en Él hoy, y pídele que esté contigo a la hora de practicar con la verdad. 5Y si sólo logras captar un pequeño atisbo de la liberación que reside en la idea que practicamos hoy, éste será ciertamente un día glorioso para el mundo. 9. Dedica hoy quince minutos en dos ocasiones a tratar de entender la idea de hoy. 2Esta idea es el pensamiento mediante el cual el perdón pasa a ocupar el lugar que le corresponde entre tus prioridades. 3Es el pensamiento que liberará a tu mente de cualquier obstáculo que te impida comprender el significado del perdón y lo valioso que es para ti. 10. Mientras permaneces en silencio, cierra los ojos al mundo que no comprende lo que es el perdón, y busca amparo en el sereno lugar en el que los pensamientos quedan transformados y donde las falsas creencias se abandonan. 2Repite la idea de hoy, y pide poder entender lo que realmente significa. 3Estáte dispuesto a dejarte enseñar. 4Alégrate de oír lo que te dice la Voz de la verdad y de la curación, y entenderás las palabras que Él te diga y reconocerás que son tus propias palabras. 11. Tan a menudo como puedas hoy, recuérdate a ti mismo que tienes un objetivo, una meta que hace que éste sea un día de especial importancia para ti y para todos tus hermanos. 2No permitas que tu mente se olvide de este objetivo por mucho tiempo, sino que di para tus adentros: 3Todo lo que doy es a mí mismo a quien se lo doy. 4La Ayuda que necesito para comprender que esto es verdad, está conmigo ahora. 5Y confiaré en Él plenamente. 6Permanece luego en silencio por un momento y deja que tu mente sea receptiva a Su corrección y a Su Amor. 7Y creerás lo que le oigas decir, pues recibirás lo que Él te dé.
23:01
LECCIÓN 125
Episodio en TEMAS INSPIRADORES
En la quietud recibo hoy la Palabra de Dios. 1. Deja que hoy sea un día de quietud y de sosegada escucha. 2La Voluntad de tu Padre es que hoy oigas Su Palabra. 3Por eso te llama desde lo más recóndito de tu mente donde Él mora. 4Óyele hoy. 5No podrá haber paz hasta que Su Palabra sea oída por todos los rincones del mundo, y tu mente, escuchando en quietud, acepte el mensaje que el mundo tiene que oír para que pueda dar comienzo la serena hora de la paz. 2. Este mundo cambiará gracias a ti. 2Ningún otro medio puede salvarlo, pues el plan de Dios es simplemente éste: el Hijo de Dios es libre de salvarse a sí mismo, y se le ha dado la Palabra de Dios para que sea su Guía, y Ésta se encuentra para siempre a su lado y en su mente, a fin de conducirlo con certeza a casa de Su Padre por su propia voluntad, la cual es eternamente tan libre como la de Dios. 3No se le conduce a la fuerza, sino con amor. 4No es juzgado, sino santificado. 3. Hoy oiremos la Voz de Dios en la quietud, sin la intromisión de nuestros insignificantes pensamientos ni la de nuestros deseos personales, y sin juzgar en modo alguno Su santa Palabra. 2Tampoco nos juzgaremos a nosotros mismos hoy, pues lo que somos no puede ser juzgado. 3Nos hallamos mucho más allá de todos los juicios que el mundo ha formado contra el Hijo de Dios. 4El mundo no lo conoce. 5Hoy no prestaremos oídos al mundo, sino que aguardaremos silenciosamente la Palabra de Dios. 4. Santo Hijo de Dios, oye a tu Padre. 2Su Voz quiere darte Su santa Palabra para que disemines por todo el mundo las buenas nuevas de la salvación y de la santa hora de la paz. 3Nos congregamos hoy en el trono de Dios, en el sereno lugar de tu mente donde Él mora para siempre en la santidad que creó y que nunca ha de abandonar. 5. Él no ha esperado a que tú le devuelvas tu mente para darte Su Palabra. 2Él no se ocultó de ti cuando tú te alejaste por un breve período. 3Para Él, las ilusiones que abrigas de ti mismo no tienen ningún valor. 4Él conoce a Su Hijo, y dispone que siga siendo parte de Él a pesar de sus sueños y a pesar de la locura que le hace pensar que su voluntad no es su voluntad. 6. Él te habla hoy. 2Su Voz espera tu silencio, pues Su Palabra no puede ser oída hasta que tu mente no se haya aquietado por un rato y tus vanos deseos hayan sido acallados. 3Aguarda Su Palabra en silencio. 4Hay una paz en ti a la que puedes recurrir hoy a fin de que te ayude a preparar a tu santísima mente para oír la Voz que habla por su Creador. 7. En tres ocasiones hoy, y en aquellos momentos que sean más conducentes a estar en silencio, deja de escuchar al mundo durante diez minutos y elige en su lugar escuchar plácidamente la Palabra de Dios. 2Él te habla desde un lugar que se encuentra más cerca de ti que tu propio corazón. 3Su Voz está más cerca de ti que tu propia mano. 4Su Amor es todo lo que eres y todo lo que Él es; Su Amor es lo mismo que tú eres y tú eres lo mismo qué El es. 8. Es tu voz la que escuchas cuando Él te habla. 2Es tu Palabra la que Él pronuncia. 3Es la Palabra de la libertad y de la paz, de la unión de voluntades y propósitos; sin separación o división en la única Mente del Padre y del Hijo. 4Escucha hoy a tu Ser en silencio, y deja que te diga que Dios nunca ha abandonado a Su Hijo y que tú nunca has abandonado a tu Ser. 9. Sólo necesitas estar muy quieto. 2No necesitas ninguna otra regla que ésta para dejar que la práctica de hoy te eleve muy por encima del pensamiento del mundo y libere tu visión de lo que ven los ojos del cuerpo. 3Sólo necesitas estar quieto y escuchar. 4Oirás la Palabra en la que la Voluntad de Dios el Hijo se une a la Voluntad de su Padre en total armonía con ella y sin ninguna ilusión que se interponga entre lo que es absolutamente indivisible y verdadero. 5A medida que transcurra cada hora hoy, detente por un momento y recuérdate a ti mismo que tienes un propósito especial en este día: recibir en la quietud la Palabra de Dios.
25:15
LECCIÓN 124
Episodio en TEMAS INSPIRADORES
Que no me olvide de que soy uno con Dios. 1. Hoy volvemos a dar gracias de que nuestra Identidad se encuentre en Dios. 2Nuestro hogar está a salvo; nuestra protección garantizada en todo lo que hacemos, y tenemos a nuestra disposición el poder y la fuerza para llevar a cabo todo cuanto emprendamos. 3No podemos fracasar en nada. 4Todo lo que tocamos adquiere un brillante resplandor que bendice y que sana. 5En unión con Dios y con el universo seguimos adelante llenos de regocijo, teniendo presente el pensamiento de que Dios Mismo va con nosotros a todas partes. 2. ¡Cuán santas son nuestras mentes!. 2Todo cuanto vemos refleja la santidad de la mente que es una con Dios y consigo misma. 3¡Cuán fácilmente desaparecen los errores y la muerte da paso a la vida eterna! 4Nuestras luminosas huellas señalan el camino a la verdad, pues Dios es nuestro Compañero en nuestro breve recorrido por el mundo. 5Y aquellos que vienen para seguirnos reconocerán el camino porque la luz que nos acompaña se rezaga; si bien, no se separa de nosotros según seguimos adelante. 3. Lo que recibimos es el eterno regalo que hemos de dar a aquellos que han de venir después, así como a los que vinieron antes o a los que estuvieron con nosotros por algún tiempo. 2Y Dios, que nos ama a todos con el amor equitativo con el que fuimos creados, nos sonríe y nos ofrece la felicidad que dimos. 4. Hoy no pondremos en duda Su Amor por nosotros, ni cuestionaremos Su protección ni Su cuidado 2Ninguna absurda ansiedad podrá venir a interponerse entre nuestra fe y nuestra conciencia de Su Presencia. 3Hoy somos uno con Él en reconocimiento y en recuerdo. 4Lo sentimos en nuestros corazones. 5Sus Pensamientos se encuentran en nuestras mentes y nuestros ojos ven Su hermosura en todo cuanto contemplamos. 6Hoy vemos únicamente lo amoroso y lo que es digno de amor. 5. Lo vemos en lo que aparenta ser doloroso, y el dolor da paso a la paz. 2Lo vemos en los que están desesperados; en los tristes y en los compungidos, en los que creen estar solos y amedrentados y a todos se les devuelve la tranquilidad y la paz interior en la que fueron creados. 3Y lo vemos igualmente en los moribundos y en los muertos, restituyéndolos así a la vida. 4Y podemos ver todo esto porque primero lo vimos en nosotros mismos. 6. A aquellos que saben que son uno con Dios jamás se les puede negar ningún milagro. 2Ni uno solo de sus pensamientos carece del poder de sanar toda forma de sufrimiento en cualquier persona, sea ésta de tiempos pasados o aún por venir, y de hacerlo tan fácilmente como en las que ahora caminan a su lado. 3Sus pensamientos son intemporales, y no tienen nada que ver con el tiempo ni con la distancia. 7. Nos unimos a esta conciencia al decir que somos uno con Dios. 2Pues con estas palabras afirmamos también que estamos sanos y salvos, y que podemos salvar y sanar. 3Ahora queremos dar lo que hemos recibido. 4Pues queremos conservar los regalos que nuestro Padre nos dio. 5Hoy deseamos tener la experiencia de que somos uno con Él, de modo que el mundo pueda compartir con nosotros nuestro reconocimiento de la realidad. 6Al nosotros tener esta experiencia el mundo se libera. 7Y al negar que estamos separados de nuestro Padre, el mundo sana junto con nosotros. 8. ¡Que la paz sea contigo hoy! 2Asegura tu paz practicando la conciencia de que eres uno con tu Creador, tal como Él es uno contigo. 3En algún punto hoy, cuando te parezca más conveniente, dedica media hora al pensamiento de que eres uno con Dios. 4Ésta es la primera vez que intentamos llevar a cabo una sesión prolongada para la cual no se establecen reglas ni se sugieren palabras especiales con las que dirigir la meditación. 5Hoy confiaremos en que la Voz de Dios nos hablará cuando lo crea oportuno, seguros de que no habrá de fallar. 6Mora en Él durante esa media hora. 7Él se encargará del resto. 9. ¡El beneficio que ello te ha de aportar no será menor porque creas que no está pasando nada. 2Quizá no estés listo hoy para aceptar estas ganancias. 3Pero en algún punto y en algún lugar, llegarán a tu conciencia, y no podrás sino reconocerlas cuando afloren con certeza en tu mente. 4Esta media hora estará enmarcada en oro, y cada minuto será como un diamante incrustado alrededor del espejo que este ejercicio te ofrece. 5Y verás en él la faz de Cristo, reflejando la tuya. 10. Tal vez hoy, tal vez mañana, veas tu propia transfiguración en el espejo que esta santa media hora te presenta para que te mires en él. 2Cuando estés listo, la encontrarás allí, en tu mente, en espera de ser hallada. 3Recordarás entonces el pensamiento al que dedicaste esta media hora, y lleno de agradecimiento te darás cuenta de que jamás habrías podido invertir mejor el tiempo. 11. Tal vez hoy, tal vez mañana, mires en ese espejo y comprendas que la inmaculada luz que ves emana de ti; que la hermosura que en él contemplas es la tuya propia. 2Considera esta media hora como el regalo que le haces a Dios, con la certeza de que lo que Él te dará a cambio será una sensación de amor que sobrepasa tu entendimiento; una dicha tan profunda que excede tu comprensión y una visión tan santa que los ojos del cuerpo no la pueden ver. 3Sin embargo, puedes estar seguro de que algún día, tal vez hoy, tal vez mañana, entenderás, comprenderás y verás. 12. Añade más gemas al marco dorado que rodea al espejo que hoy se te ofrece repitiendo cada hora para tus adentros: 2Que no me olvide de que soy uno con Dios, en unión con todos mis hermanos y con mi Ser, en eterna paz y santidad.
23:43
LECCIÓN 123
Episodio en TEMAS INSPIRADORES
Gracias Padre por los regalos que me has concedido. 1. Sintámonos agradecidos hoy. 2Hemos llegado a sendas más llevaderas y a caminos más despejados. 3Ya no nos asalta el pensamiento de volver atrás, ni resistimos implacablemente a la verdad. 4Aún hay cierta vacilación, algunas objeciones menores y cierta indecisión, pero puedes sentirte agradecido por tus logros, los cuales son mucho más grandes de lo que te imaginas. 2. Dedicar ahora un día a sentirte agradecido te aportará el beneficio adicional de poder tener un atisbo de lo grande que ha sido tu progreso y de los regalos que has recibido. 2Alégrate hoy, con amoroso agradecimiento, de que tu Padre no te haya abandonado a tu suerte, ni de que te haya dejado solo vagando en las tinieblas. 3Agradece que te haya salvado del ser que creíste haber hecho para que ocupara Su lugar y el de Su creación. 4Dale gracias hoy. 3. Da gracias de que Él no te haya abandonado, y de que Su Amor ha de refulgir por siempre sobre ti, eternamente inmutable. 2Da gracias asimismo por tu inmutabilidad, pues el Hijo que Él ama es tan inmutable como Él Mismo. 3Agradece que se te haya salvado. 4Alégrate de tener una función que desempeñar en la salvación. 5Siéntete agradecido de que tu valía exceda con mucho los míseros regalos que le diste a quien Dios creó como Su Hijo y de que excede también los mezquinos juicios que emitiste en contra suya. 4. Elevaremos hoy nuestros corazones llenos de agradecimiento por encima de la desesperanza, y alzaremos nuestros ojos agradecidos, que ya no mirarán al suelo. 2Hoy entonaremos el himno de gratitud, en honor al Ser que Dios ha dispuesto que sea nuestra verdadera Identidad en Él. 3Hoy le sonreiremos a todo aquel que veamos y marcharemos con paso ligero según seguimos adelante a llevar a cabo nuestro cometido. 5. No caminamos solos. 2Y damos gracias de que a nuestra soledad haya venido un Amigo a traernos la Palabra salvadora de Dios. 3Gracias a ti por escucharlo. 4Su Palabra es muda si no se la oye. 5Al darle las gracias a Él se te dan a ti también. 6Un mensaje que no se haya oído no puede salvar al mundo, por muy poderosa que sea la Voz que lo comunique o por muy amoroso que sea el mensaje. 6. Gracias a ti que has oído, pues así te vuelves el mensajero que lleva la Voz de Él consigo y que la deja resonar por todo el mundo. 2Acepta hoy las gracias que Dios te da, al darle tú las gracias a Él. 3Pues Él quiere ofrecerte las gracias que tú le das, puesto que acepta tus regalos llenos de amorosa gratitud y te los devuelve multiplicados miles y cientos de miles de veces más. 4Él bendecirá tus regalos compartiéndolos contigo. 5Y así, el poder y fortaleza de éstos crecerán hasta llenar el mundo de gozo y gratitud. 7. Acepta las gracias que Él te da y dale las tuyas durante quince minutos en dos ocasiones hoy. 2Y comprenderás a Quién le das las gracias, y a Quién le da Él las gracias según tú se las das a Él. 3Esta santa media hora que le dediques te será devuelta a razón de años por cada segundo; y debido a las gracias que le das, tendrá el poder de brindarle la salvación al mundo miles y miles de años más pronto. 8. Acepta las gracias que Él te da, y comprenderás con cuánto amor te conserva en Su Mente, cuán profundo e infinito es el cuidado que te prodiga y cuán perfecta es Su gratitud hacia ti. 2Acuérdate de pensar en Él cada hora y de darle las gracias por todo lo que Él le ha dado a Su Hijo para que éste pueda elevarse por encima del mundo, y recordar a su Padre y a su Ser. ¿Qué me enseña esta lección? El mayor regalo que he recibido, es tener consciencia de quién soy verdaderamente. Por ello, doy gracias a Dios. Doy gracias, por haberme permitido ver que todos y cada uno de mis hermanos conforman el rostro de Dios. Estoy aprendiendo, cada día, a mirarlos de una forma diferente. Trato de trascender la imagen de su cuerpo y en su lugar, veo la luz de su ser espiritual, repleto de amor. En vez de ver su enemistad, su maldad, su odio, su ataque, veo su inocencia y su impecabilidad. Doy gracias a Dios, pues su Espíritu es la Fuerza que me aporta la certeza de que estoy contribuyendo al Plan de Salvación y que estoy cumpliendo con mi función, la de amar y perdonar. Doy gracias a Dios, pues me permite poner en sus manos todos los asuntos que me mantienen ocupados y faltos de paz. Doy gracias a Dios, pues Él me acompaña y me guía… Doy gracias a Dios, porque me ha permitido ver la realidad; porque me ha permitido ver que nunca he sido expulsado del Paraíso dispuesto por El para que gocemos de su Dicha y de su Paz.
18:59
LECCIÓN 122
Episodio en TEMAS INSPIRADORES
El perdón me ofrece todo lo que deseo. 1. ¿Qué podrías desear que el perdón no pudiese ofrecerte? 2¿Deseas paz? 3El perdón te la ofrece. 4¿Deseas ser feliz, tener una mente serena, certeza de propósito y una sensación de belleza y de ser valioso que transciende el mundo? 5¿Deseas cuidados y seguridad, y disponer siempre del calor de una protección segura? 6¿Deseas una quietud que no pueda ser perturbada, una mansedumbre eternamente invulnerable, una profunda y permanente sensación de bienestar, así como un descanso tan perfecto que nada jamás pueda interrumpirlo? 2. El perdón te ofrece todo eso y más. 2El perdón pone un destello de luz en tus ojos al despertar, y te infunde júbilo con el que hacer frente al día. 3Acaricia tu frente mientras duermes, y reposa sobre tus párpados para que no tengas sueños de miedo o de maldad, de malicia o de ataque. 4Y cuando despiertas de nuevo, te ofrece otro día de felicidad y de paz. 5El perdón te ofrece todo esto y más. 3. El perdón permite que se descorra el velo que oculta la faz de Cristo de aquellos que contemplan el mundo sin piedad. 2Te permite reconocer al Hijo de Dios, y borra de tu memoria todo pensamiento muerto, de manera que el recuerdo de tu Padre pueda alzarse en el umbral de tu mente. 3¿Qué podrías desear que el perdón no pudiese darte? 4¿Qué otros regalos aparte de éstos merecen procurarse? 5¿Qué imaginado valor, efecto trivial o promesa pasajera que nunca se ha de cumplir puede ofrecerte más esperanza que la que te brinda el perdón? 4. ¿Por qué habrías de buscar una respuesta distinta de la que lo contesta todo? 2He aquí la respuesta perfecta, la que se da a toda pregunta imperfecta, a las súplicas sin sentido, a tu reticencia a escuchar, a tu poco esmero y a la confianza parcial que tienes. 3¡He aquí la respuesta! 4Deja de buscar. 5No hallarás ninguna otra en su lugar. 5. El plan de Dios para tu salvación no puede cambiar ni fracasar. 2Siéntete agradecido de que siga siendo exactamente como Él lo planeó. 3Su plan se alza inmutable ante ti como una puerta abierta, llamándote desde adentro en cálida bienvenida, exhortándote a que entres y a que te sientas como en tu casa, donde te corresponde estar. 6. ¡He aquí la respuesta! 2¿Preferirías quedarte afuera cuando el Cielo en su totalidad te espera adentro? 3Perdona y serás perdonado. 4Tal como des, así recibirás. 5No hay más plan que éste para la salvación del Hijo de Dios. 6Regocijémonos hoy de que así sea, pues la respuesta que aquí se nos da es clara y explícita, y su sencillez hace que sea inmune al engaño. 7Todas las complejidades que el mundo ha tejido de frágiles telarañas desaparecen ante el poder y majestuosidad de esta simplísima afirmación de la verdad. 7. ¡He aquí la respuesta! 2No le des la espalda para irte a vagar sin rumbo otra vez. 3Acepta ahora la salvación. 4Es el regalo que te hace Dios, no el mundo. 5El mundo no puede dar ningún regalo de valor a la mente que ha aceptado como suyo lo que Dios le ha dado. 6Dios dispone que hoy se reciba la salvación y que los enredos de tus sueños no sigan ocultándote su insustancialidad. 8. Abre hoy los ojos y contempla un mundo feliz, donde reinan la paz y la seguridad. 2El perdón es el medio por el que este mundo feliz viene a ocupar el lugar del infierno. 3Dicho mundo se alza en la quietud para salir al encuentro de tus ojos abiertos y llenar tu corazón de una profunda tranquilidad, según afloran en tu conciencia verdades ancestrales en eterno renacimiento. 4Lo que entonces recordarás jamás podrá describirse. 5Sin embargo, tu perdón te lo ofrece. 9. Teniendo presente los regalos que el perdón concede, emprenderemos nuestra práctica de hoy con la esperanza y la fe de que éste será el día en que alcanzaremos la salvación. 2Hoy la buscaremos gustosamente y con ahínco, sabiendo que tenemos la llave en nuestras manos; y aceptaremos la respuesta que el Cielo ha dado al infierno que nosotros mismos nos hemos labrado, pero en el que ya no queremos permanecer por más tiempo. 10. Dedicaremos gustosamente un cuarto de hora por la mañana y por la noche a la búsqueda que garantiza que al infierno le llegará su fin. 2Comienza lleno de esperanza, pues hemos llegado al punto donde el camino se vuelve mucho más fácil. 3Y ahora el trecho que todavía nos queda por recorrer es corto. 4Estamos en verdad muy cerca del momento que se ha señalado como el final de sueño. 11. Sumérgete en una sensación de felicidad al comienzo de estas sesiones de práctica, pues en ellas hallarás la segura recompensa de preguntas que ya han sido contestadas, así como lo que tu aceptación de esas respuestas te brinda. 2Hoy se te concederá experimentar la paz que ofrece el perdón y la dicha que te proporciona el descorrimiento del velo. 12. Ante la luz que hoy has de recibir, el mundo se desvanecerá hasta desaparecer por completo, y verás surgir otro mundo para describir al cual no tienes palabras. 2Ahora nos encaminamos directamente hacia la luz, y recibimos los regalos que han sido salvaguardados para nosotros desde los orígenes del tiempo, los cuales han estado aguardando el día de hoy. 13. El perdón te ofrece todo lo que quieres. 2Hoy se te conceden todas las cosas que deseas. 3No pierdas de vista tus regalos a lo largo del día, cuando regreses nuevamente a enfrentarte a un mundo de constantes cambios y sombrías apariencias. 4Mantén tus regalos claramente en tu conciencia, según ves lo inmutable en medio del cambio y la luz de la verdad tras toda apariencia. 14. No caigas en la tentación de dejar que tus regalos queden sepultados en el olvido, por el contrario, mantenlos firmes en tu mente tratando de pensar en ellos por lo menos un minuto cada cuarto de hora. 2Recuerda cuán preciados son con el siguiente recordatorio, el cual tiene el poder de mantenerlos en tu conciencia a lo largo del día: 3El perdón me ofrece todo lo que quiero. 4Hoy he aceptado que esto es verdad. 5Hoy he recibido los regalos de Dios. ¿Qué me enseña esta lección? El miedo es la falta de amor y la falta de amor, dio origen al pecado, cuyas consecuencias ha desencadenado que el hombre se sienta escindido del mundo donde reina la Gracia, la Dicha, la Paz y la Felicidad, ese Mundo Paradisíaco que Dios dispuso para la Humanidad y del cual se ha creído expulsado tras su iniciativa de comer del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal. Nos creemos pecadores; hemos establecido en nuestro inconsciente colectivo, que ya no gozamos de la Misericordia Divina; que estamos bajo la tutela de un Padre Celestial que en justicia nos ha condenado a sufrir para alcanzar la redención y la salvación. ¡Cuánto pesa sobre nuestra conciencia ese “negligente” acto! Sí, creemos en un Dios cruel que nos ha castigado por nuestros pecados y como lo creemos, lo vivimos. Hemos fabricado toda una ilusión que justifique que somos merecedores del castigo y nos sentimos culpables por nuestras acciones. Esta lección nos enseña, que el perdón nos ofrecerá todo lo que creemos que hemos perdido. Nos lleva de nuevo a habitar en el mítico Paraíso Terrenal y gozar de la confianza de nuestro Creador. Ese perdón debe dirigirse en primer lugar hacia nosotros mismos y liberarnos de la culpa que nos mantiene prisioneros del error de haber pecado. Si así lo hacemos, estaremos preparados para perdonar al mundo, pues ese mundo es el reflejo de nuestras propias creencias. Ejemplo-Guía: "Perdona y se feliz" No, no es un eslogan publicitario. Si lo fuese, todavía nos quedaría la esperanza de poder adquirir ese bien tan preciado que ha de conducirnos al disfrute y al gozo de la felicidad. Pero, el perdón no se puede comprar, pero sí adquirir. Y debemos interpretar el verbo adquirir como la acción de aprender y como ya dijera en la lección anterior, la acción de recordar esa cualidad que forma parte intrínseca de nuestro verdadero Ser, el amor, el perdón. No podemos negar, que esa afirmación, "Perdona y se feliz", conlleva un motivador mensaje. Tú al igual que yo, somos buscadores de la felicidad, y lo somos por la sencilla razón de que creemos que la hemos perdido, aunque no es así. Sí, somos buscadores de la felicidad. Pues bien, la lección de hoy nos revela el camino más directo para conseguir adquirir la llave que ha de permitirnos entrar en el reino de la felicidad. ¿Estamos dispuestos a perdonar? Si es así, si perdonamos, la recompensa es conseguir todo aquello que verdaderamente deseamos. ¿A quién debemos perdonar? ¿Tan sólo a nuestros enemigos? En verdad, podemos hacer un esfuerzo e identificar a todas las personas a las que creemos que debemos perdonar; podemos, igualmente, identificar a todas aquellas situaciones que tengamos seleccionadas como susceptibles de ser perdonadas, pero podemos simplificar esa búsqueda, que no es más que un juego de la mente dual. ¿Cómo hacerlo? Muy sencillo, perdonando el único error que creemos haber cometido y al que hemos llamado "pecado": la separación. En efecto, para poder perdonar, debemos estar limpios de culpas, y el acto que nos llevó a creernos separados de nuestro Creador y de Su Creación, debe ser expiado, corregido y perdonado. Desde nuestra condición egoica no sabemos cómo realizar ese acto de perdón, en primer lugar porque culpa al Creador de habernos sentenciados a ganar el pan con el sudor de nuestra frente, de habernos hecho débiles y temporales. Siendo esto así, no podemos llevar la oscuridad hacia la luz, sino que debemos activar en nosotros la luz que habita en nuestro verdadero Ser. Debemos entregar al Espíritu Santo todos nuestros sentimientos de culpa y solicitar su expiación. Este acto debemos realizarlo desde la certeza de que lo que estamos haciendo es poner nuestra mente al servicio del Espíritu. A partir de ese momento, una vez que hemos perdonado lo esencial, el error de creernos separados, adquirimos una nueva visión, la cual se traducirá en nuevas elecciones, en nuevas decisiones, que estarán basadas en el acto mental de desaprender aquellas creencias adquiridas y en su lugar, permitir un nuevo renacer, el surgir de la única y verdadera creencia: somos Hijos de Dios. La nueva visión se manifestará en todas nuestras acciones. El pensamiento de posesión, de escasez, de culpa y miedo, que antes gobernaba todo nuestros actos, da paso a un nuevo "bien-ser", que se caracterizará por la ausencia de juicios condenatorios, de ataques, de castigos, de necesidad y la presencia de perdón, de impecabilidad, de inocencia, de felicidad. Reflexión: ¿Existe algo más valioso que el perdón, para ti?
24:19
LECCIÓN 121
Episodio en TEMAS INSPIRADORES
El perdón es la llave de la felicidad. 1. He aquí la respuesta a tu búsqueda de paz. 2He aquí lo que le dará significado a un mundo que no parece tener sentido. 3He aquí la senda que conduce a la seguridad en medio de aparentes peligros que parecen acecharte en cada recodo del camino y socavar todas tus esperanzas de poder hallar alguna vez paz y tranquilidad. 4Con esta idea todas tus preguntas quedan contestadas; con esta idea queda asegurado de una vez por todas el fin de la incertidumbre. 2. La mente que no perdona vive atemorizada, y no le da margen al amor para ser lo que es ni para que pueda desplegar sus alas en paz y remontarse por encima de la confusión del mundo. 2La mente que no perdona está triste, sin esperanzas de poder hallar alivio o liberarse del dolor. 3Sufre y mora en la aflicción, merodeando en las tinieblas sin poder ver nada, convencida, no obstante, de que el peligro la acecha allí. 3. La mente que no perdona vive atormentada por la duda, confundida con respecto a sí misma, así como con respecto a todo lo que ve, atemorizada y airada. aLa mente que no perdona es débil y presumida, tan temerosa de seguir adelante como de quedarse donde está, de despertar como de irse a dormir. aTiene miedo también de cada sonido que oye, pero todavía más del silencio; la oscuridad la aterra, mas la proximidad de la luz la aterra todavía más. 2¿Qué puede percibir la mente que no perdona sino su propia condenación? 3¿Qué puede contemplar sino la prueba de que todos sus pecados son reales? 4. La mente que no perdona no ve errores, sino pecados. 2Contempla el mundo con ojos invidentes y da alaridos al ver sus propias proyecciones alzarse para arremeter contra la miserable parodia que es su vida. 3Desea vivir, sin embargo, anhela estar muerta. 4Desea el perdón, sin embargo, ha perdido toda esperanza. 5Desea escapar, sin embargo, no puede ni siquiera concebirlo, pues ve pecado por doquier. 5. La mente que no perdona vive desesperada, sin la menor esperanza de que el futuro pueda ofrecerle nada que no sea desesperación. 2Ve sus juicios con respecto al mundo, no obstante, como algo irreversible, sin darse cuenta de que se ha condenado a sí misma a esta desesperación. 3No cree que pueda cambiar, pues lo que ve da testimonio de que sus juicios son acertados. 4No pregunta, pues cree saber. 5No cuestiona, convencida de que tiene razón. 6. El perdón es algo que se adquiere. 2No es algo inherente a la mente, la cual no puede pecar. 3Del mismo modo en que el pecado es una idea que te enseñaste a ti mismo, así el perdón es algo que tiene que aprender, no de ti mismo, sino del Maestro que representa tu otro Ser. 4A través de Él aprendes a perdonar al ser que crees haber hecho, y dejas que desaparezca. 5Así es como le devuelves tu mente en su totalidad a Aquel que es tu Ser y que jamás puede pecar. 7. Cada mente que no perdona te brinda una oportunidad más de enseñarle a la tuya cómo perdonarse a sí misma. 2Cada una de ellas está esperando a liberarse del infierno a través de ti, y se dirige a ti implorando el Cielo aquí y ahora. 3No tiene esperanzas, pero tú te conviertes en su esperanza. 4Y al convertirte en su esperanza, te vuelves la tuya propia. 5La mente que no perdona tiene que aprender, mediante tu perdón, que se ha salvado del infierno. 6Y a medida que enseñes salvación, aprenderás lo que es. 7Sin embargo, todo cuanto enseñes y todo cuanto aprendas no procederá de ti, sino del Maestro que se te dio para que te mostrase el camino. 8. Nuestra práctica de hoy consiste en aprender a perdonar. 2Si estás dispuesto, hoy puedes aprender a aceptar la llave de la felicidad y a usarla en beneficio propio. 3Dedicaremos diez minutos por la mañana y otros diez por la noche a aprender cómo otorgar perdón y también cómo recibirlo. 9. La mente que no perdona no cree que dar y recibir sean lo mismo. 2Hoy trataremos, no obstante, de aprender que son uno y lo mismo practicando el perdón con alguien a quien consideras un enemigo, así como con alguien a quien consideras un amigo. 3Y a medida que aprendas a verlos a ambos como uno solo, extenderemos la lección hasta ti y veremos que su escape supone el tuyo. 10. Comienza las sesiones de práctica más largas pensando en alguien que no te cae bien, alguien que parece irritarte y con quien lamentarías haberte encontrado; alguien a quien detestas vehementemente o que simplemente tratas de ignorar. 2La forma en que tu hostilidad se manifiesta es irrelevante. 3Probablemente ya sabes de quién se trata. 4Ese mismo vale. 11. Cierra ahora los ojos y, visualizándolo en tu mente, contémplalo por un rato. 2Trata de percibir algún atisbo de luz en alguna parte de él, algún pequeño destello que nunca antes habías notado. 3Trata de encontrar alguna chispa de luminosidad brillando a través de la desagradable imagen que de él has formado. 4Continúa contemplando esa imagen hasta que veas luz en alguna parte de ella, y trata entonces de que esa luz se expanda hasta envolver a dicha persona y transforme esa imagen en algo bueno y hermoso. 12. Contempla esta nueva percepción por un rato, y luego trae a la mente la imagen de alguien a quien consideras un amigo. 2Trata de transferirle a éste la luz que aprendiste a ver en torno de quien antes fuera tu "enemigo". 3Percíbelo ahora como algo más que un amigo, pues en esa luz su santidad te muestra a tu salvador, salvado y salvando, sano e íntegro. 13. Permite entonces que él te ofrezca la luz que ves en él, y deja que tu "enemigo" y tu amigo se unan para bendecirte con lo que tú les diste. 2Ahora eres uno con ellos, tal como ellos son uno contigo. 3Ahora te has perdonado a ti mismo. 4No te olvides a lo largo del día del papel que juega la salvación en brindar felicidad a todas las mentes que no perdonan, incluyendo la tuya. 5Cada vez que el reloj dé la hora, di para tus adentros: 6El perdón es la llave de la felicidad. 7Despertaré del sueño de que soy mortal, falible y lleno de pecado, y sabré que soy el perfecto Hijo de Dios. ¿Qué me enseña esta lección? Muchos no relacionan, aún, el dolor físico con el dolor emocional. Sin embargo, si observásemos con atención como funciona la acción de Dar y Recibir, veríamos con total claridad, que tanto el dolor como el sufrimiento que experimentamos a través de nuestro cuerpo, es la consecuencia del dolor y el sufrimiento que ocupa nuestra mente. Relacionar la manifestación del dolor de nuestro cuerpo con un sentimiento de odio hacia alguien, no forma parte del pensamiento de nuestro ego. La creencia en la venganza, cuando nos sentimos atacados nos lleva a justificar nuestro odio y rencor hacia la persona que nos ataca. Si sembramos dolor o rencor, ¿qué esperamos cosechar? Respondemos con dolor o rencor, hacia el ataque del otro, porque elegimos interpretar ese gesto como un ataque. Ahora bien, podemos ver las cosas de otra manera. Podemos dejar de vernos separados del mundo que nos rodea y ver en cada uno de nuestros hermanos el verdadero Ser de Luz que habita en su interior. Si vemos tan sólo el envoltorio, el cuerpo, y las acciones que se desencadenan del ser temeroso que trata de dirigirlo, entonces no encontraremos nunca la paz. Si elegimos perdonar, estaremos reconociendo al Ser verdadero y estaremos abriendo las puertas que nos conduce a la felicidad. Ejemplo-Guía: "Perdonando a nuestros enemigos..., perdonando a nuestra propia oscuridad" Esta Lección nos invita a experimentar la fuerza del amor. Y lo hace a través de la práctica del perdón. Cómo bien expresa la Lección, el perdón es algo que se adquiere, algo que se aprende y yo me atrevería a decir, que es algo que se recuerda, pues en verdad somos esencias de amor. Bien, este ejercicio nos queda bien explicado en el desarrollo de esta Lección. Tan sólo tenemos que identificar a aquella persona que tenemos catalogada en el grupo de "enemigos" y buscar en ella cualquier expresión de luz que nos invite a contemplarla desde la visión del perdón. ¿Tienes dificultad para realizar esta visualización? ¿No sabes cómo ver la luz en el otro? Te comparto lo que suelo hacer para ayudarme a encontrar esa luz. Mientras que vea al otro como un ser separado de mi, tendré dificultad para encontrar en él su aspecto luminoso. Esto ocurre por la sencilla razón de que estoy mirándolo desde la oscuridad. Separación y oscuridad es lo mismo. Por lo tanto, lo primero que hago es cambiar esa vieja creencia y en su lugar elijo verlo desde la unidad, es decir, cuando lo miro, lo hago como si me estuviese mirando en un espejo en el que su imagen es mi imagen proyectada. Cuando tomo esa decisión, cuando al mirar al otro, lo hago con la certeza de que lo que estoy viendo en él, es la proyección de mi propio yo, entonces, no puedo menos que agradecerle desde el corazón la ayuda que me presta, pues gracias a su presencia, tengo a una información de la que no soy consciente. Cuando al mirarlo, lo que veo, me lleva a juzgarlo y a condenarlo, lo que en verdad estoy haciendo es juzgarme y condenarme a mi mismo. Esta visión es profundamente liberadora. El otro pasa de ser el enemigo, a la condición de maestro. Si veo en él la envidia, debo preguntarme, de forma inmediata, dónde se encuentra en mí la envidia. Fijaros de la importancia de esta propuesta. Fijaros, igualmente, de la invitación que nos hace la Lección, cuando nos indica que busquemos la imagen de un amigo y cuando lo hayamos hecho, lo envolvamos en la luz que hemos visto en el enemigo. En verdad, lo que nos está diciendo es que no importa, la catalogación que hagamos del otro, enemigo o amigo, lo que verdaderamente importa, es que estamos viéndonos a nosotros mismos en ellos. Si al visualizar al enemigo o al amigo, vemos aspectos positivos y aspectos negativos en ellos, dichos aspectos es lo de menos, la llave que ha de llevarnos a la felicidad, es reconocer, que ambos están reflejando la proyección que hacemos de nosotros mismos. No podremos dar lo que no tenemos, por lo tanto, si vamos a envolver de luz, tanto al enemigo como al amigo, previamente, debemos encontrar esa luz en nosotros mismos. Este ejercicio, nos ayuda a comprender, que dando es como recibiremos y conservaremos. Esta práctica, es un ejercicio de alquimia, pues lo que realmente estamos haciendo es transformar los "metales pesados", es decir, nuestros viejos miedos, en el metal más preciado, el oro, símbolo de la Consciencia. Reflexión: Me miro en el espejo de mi enemigo. ¿Qué percibo?
23:08
LECCIÓN 120
Episodio en TEMAS INSPIRADORES
Para los repasos de mañana y noche: 1. (109) Descanso en Dios. 2Hoy descanso en Dios y dejo que Él obre en mí y a través de mí, mientras descanso en Él en silencio y con absoluta certeza. 2. (110) Soy tal como Dios me creó. 2Soy el Hijo de Dios. 3Hoy dejo a un lado todas las enfermizas ilusiones que albergo acerca de mí mismo y dejo que mi Padre me diga quién soy. 3. A la hora en punto: 4Descanso en Dios. 3Media hora más tarde: 4Soy tal como Dios me creó. ¿Qué me enseña esta lección? 1. (109) Descanso en Dios. No se trata de una actitud pasiva, todo lo contrario, “Descansar en Dios” es la elección más importante y activa que podemos tomar. Esta decisión conlleva el servir a nuestra personalidad espiritual, la única y verdadera. Esta decisión nos lleva a no dar valor a la llamada de los instintos corporales provenientes del ego. Nos lleva a dejar de ver lo ilusorio, el conflicto, los problemas que acucian nuestros pensamientos llevándonos a identificarnos con el dolor y el sufrimiento, con la tristeza y la desolación. Descansar en Dios, es tener la certeza de que somos Hijos de Dios y que hemos recibido la herencia que nos corresponde: la felicidad, la paz, la dicha, el amor, la abundancia, la eternidad. Descansar en Dios es sentirse a salvo, sano y pleno. Es tener la certeza de que somos perfectos e impecables. Tema de reflexión: ¿Qué me impide gozar del descanso de Dios? 2. (110) Soy tal como Dios me creó. Soy tal como Dios me creó, esto es, Perfecto. Libre de toda limitación. Libre de pecado, de culpa. Libre de la ilusión y poseedor de la verdad. Libre de culpa y libre de ser perdonado. Libre de la necesidad de ser castigado. Soy todo Amor. Soy Uno con todos mis Hermanos. Soy portador de dicha, de paz y de felicidad. Soy Hijo de Dios. Tema de reflexión: ¿Cómo te sientes, teniendo la certeza de que eres el Hijo de Dios?
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LECCIÓN 119-1
Episodio en TEMAS INSPIRADORES
¿Qué me enseña esta lección? 1. (107) La verdad corregirá todos los errores de mi mente. El error principal del que emanan otros errores, es la creencia en la separación. Esa creencia nos ha llevado a identificarnos con el envoltorio material del cuerpo físico, llevándonos a pensar que ese cuerpo es todo lo que somos. Poseído de esa efímera identidad, atacamos aquello que nos recuerda nuestra creencia en la separación. El otro es nuestro enemigo y nuestras relaciones especiales se fundamentan en la búsqueda de acallar el sentimiento de culpabilidad que nos invade. Un sentimiento de deuda pendiente, nos lleva al encuentro de relaciones que en vez de aportarnos felicidad, nos lleva a sacrificarnos. La verdad nos lleva a ser consciente de que nuestra única realidad es que Somos Seres de Luz, emanados por la Mente Creadora de nuestro Padre. Todos los seres humanos formamos parte de una misma Filiación. Tema de reflexión: Mis relaciones especiales. ¿Qué me aportan? 2. (108) Dar y recibir son en verdad lo mismo. Cuando la verdad nos eleve por encima de la visión de la separación y nos acerque al Plano de la Unidad, se producirá en nosotros la evidencia de que cuando damos a los demás, estaremos, al mismo tiempo, recibiendo. Cuando sea capaz de ver, que tú y yo somos Uno, aquello que te dé, lo estaré recibiendo yo, al mismo tiempo. Si doy amor, estaré recibiendo amor; si en cambio, doy odio, recibiré tu odio. Cuanta sabiduría encierra esta lección, ya que, si somos conscientes de que recibimos lo que damos, dejaremos de sentirnos víctimas cuando lo que recibimos no nos es grato. Nuestra respuesta ante este tipo de experiencia, debe llevarnos a tomar consciencia de lo que los demás nos aportan, pues en ello va implícita una maravillosa lección. Tema de reflexión: ¿Crees que recibimos, aquello que damos?
22:58
LECCIÓN 119
Episodio en TEMAS INSPIRADORES
LECCIÓN 119 Para los repasos de mañana y noche: 1. (107) La verdad corregirá todos los errores de mi mente. 2Me equivoco al pensar que hay algo que pueda hacerme daño. 3Soy el Hijo de Dios, Cuyo Ser descansa a salvo en la Mente de Dios. 2. (108) Dar y recibir son en verdad lo mismo. 2Hoy lo perdonaré todo, para así poder aprender a aceptar la verdad acerca de mí, y llegar a reconocer mi impecabilidad. 3. A la hora en punto: 2La verdad corregirá todos los errores de mi mente. 3Media hora más tarde: 4Dar y recibir son en verdad lo mismo.
23:06
LECCIÓN 118
Episodio en TEMAS INSPIRADORES
Para los repasos de mañana y noche: 1. (105) Mías son la paz y la dicha de Dios. 2Hoy aceptaré la paz y la dicha de Dios en grato intercambio por todos los sustitutos de la felicidad y de la paz que yo mismo inventé. 2. (106) Déjame aquietarme y escuchar la verdad. 2Permite que mi débil voz se acalle, para poder oír así la poderosa Voz de la Verdad Misma asegurarme que yo soy el perfecto Hijo de Dios. 3. A la hora en punto: 2Mías son la paz y la dicha de Dios. 3Media hora más tarde: 4Déjame aquietarme y escuchar la verdad. ¿Qué me enseña esta lección? 1. (105) Mías son la paz y la dicha de Dios. En el mundo de percepción fabricado por el ego, la paz y la dicha es una conquista que está condicionada por el tipo de relación que experimentamos. Vivir en paz y gozar de la dicha, depende de los regalos que recibamos de los demás, por lo que ponemos en sus manos su logro. Sin embargo, cuando despertamos y la visión de lo que verdaderamente somos se muestra a nuestra mente, a nuestra consciencia, la paz y la dicha forman parte de la esencia del Ser. La paz y la dicha es el regalo que Dios pone a nuestra disposición al habernos creado a Su Imagen y Semejanza. La paz y la dicha deben formar parte de nuestras acciones creadoras, pues es inevitable que, cuando expandimos nuestra mente, no se manifiesten los atributos con los que hemos sido dotados. ¿Dónde estás buscando la paz? ¿Qué precio estás dispuesto a pagar para lograr la paz? ¿Crees que tu paz depende de los demás? 2. (106) Déjame aquietarme y escuchar la verdad. Escuchar la voz del ego, supone dejarte llevar por las ensordecedoras voces del conflicto, de la sinrazón, de los enfrentamientos, de la venganza, de las tribulaciones, del miedo, del ataque, de la culpa y del castigo. Quedar preso de la telaraña tejida por las redes del ego, es quedar prisionero de la turbulencia que nos impide gozar de un momento de paz y de dicha. Es necesario acallar esas voces y sustituir ese enmarañado diálogo, por palabras y frases que nos permitan expresar la verdad que se manifiesta cuando nos sentimos en paz y dueños de la dicha divina. Hoy ha sido un día turbulento en el ámbito profesional. He vivido momentos de gran tensión que apenas si me permitían pensar con lucidez. A pesar de ello, he encontrado el modo de no caer presa del desequilibrio y en parte de la desesperación. He conseguido mantenerme en paz y con un sentimiento de dicha, gracias a que he elegido vivir mi paz y mi dicha y he envuelto, aquello que me rodeaba, con el espíritu de la paz y de la dicha. He sido consciente de la tensión de los momentos, pero también he sido consciente de la fortaleza de la que somos poseedores cuando nos manifestamos con plena consciencia espiritual. ¿Qué sueles hacer cuando vives una experiencia de conflicto? ¿Qué tiempo dedicas diariamente a la práctica de aquietar tu mente?
26:31
LECCIÓN 117
Episodio en TEMAS INSPIRADORES
Para los repasos de mañana y noche: 1. (103) Dios, al ser Amor, es también felicidad. 2Quiero recordar que el amor es felicidad y que nada más me puede hacer feliz. 3Elijo, por lo tanto, no abrigar ningún sustituto para el amor. 2. (104) Busco únicamente lo que en verdad me pertenece. 2EI amor, al igual que la dicha, constituyen mi patrimonio. 3Éstos son los regalos que mi Padre me dio. 4Aceptaré todo lo que en verdad me pertenece. 3. A la hora en punto: 2Dios, al ser Amor, es también felicidad. 3Media hora más tarde: 4Busco únicamente lo que en verdad me pertenece. ¿Qué me enseña esta lección? 1. (103) Dios, al ser Amor, es también felicidad. Albergamos la falsa creencia de que merecemos el castigo de Dios por haberle fallado. Nos sentimos pecadores y buscamos en el castigo, la redención de nuestros pecados. Vemos el Rostro de nuestro Padre, con la faz transfigurada por la cólera y la ira… Le tenemos miedo y temor. ¿Cómo podemos sentirnos feliz si alimentamos esta creencia? ¿Cómo podemos pensar que nuestro Padre, que nos ha creado a Su Imagen y Semejanza, libre de toda limitación, puede ser el brazo ejecutor del rigor, del dolor, de la pena? Dios es Amor y nosotros, Sus Hijos, somos Amor. Cuando esta Verdad forme parte de nuestra consciencia, entonces viviremos en una eterna felicidad. Tema de reflexión: El amor hacia los hijos. 2. (104) Busco únicamente lo que en verdad me pertenece. Somos Todo lo que es Verdadero. Somos Amor. Somos Dicha. Somos Paz. Somos Libertad. Somos Abundancia. Somos Plenitud. Somos Perfecto. Somos Eternos. En Verdad, Somos Dios en Formación. ¿Por qué vamos a elegir la senda del dolor, de la tristeza, del sufrimiento, del miedo, del castigo, de la necesidad? Busco únicamente lo que en verdad me pertenece y esa verdad, la he encontrado en mi interior. Tema de reflexión: ¿Qué estás buscando?
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LECCIÓN 116
Episodio en TEMAS INSPIRADORES
Para los repasos de mañana y noche: 1. (101) La Voluntad de Dios para mí es perfecta felicidad. 2La Voluntad de Dios para mí es perfecta felicidad. 3Lo único que me puede hacer sufrir es la creencia de que hay otra voluntad aparte de la Suya. 2. (102) Comparto con Dios Su Voluntad de que yo sea feliz. 2Comparto lo que la Voluntad de mi Padre dispone para mí, Su Hijo. 3Lo que Él me ha dado es lo único que quiero. 4Lo que Él me ha dado es lo único que existe. 3. A la hora en punto: 2La Voluntad de Dios para mí es perfecta felicidad. 3Media hora más tarde: 4Comparto con Dios Su Voluntad de que yo sea feliz. ¿Qué me enseña esta lección? 1. (101) La Voluntad de Dios para mí es perfecta felicidad. Cuan equivocado estamos, cuando pensamos que somos herederos del pecado. Cuan equivocado estamos, cuando partiendo de la creencia del pecado buscamos el castigo como la única vía de redención. Cuan equivocados estamos, cuando entendemos que para encontrar la salvación debemos sufrir, sacrificarnos e incluso morir. Nada más lejos de la realidad. Todas esas creencias deben ser expiadas, pues dan cuerpo al error. La Voluntad de Dios para su creación es la felicidad. Debemos regocijarnos de esa verdad y liberarnos del pesado fardo que nos mantiene prisionero de la tristeza. Tema de reflexión: ¿Qué necesitas para ser feliz? 2. (102) Comparto con Dios Su Voluntad de que yo sea feliz. ¿Acaso encuentras satisfacción en el dolor? ¿Acaso encuentras felicidad en el sufrimiento? ¿Acaso encuentras libertad en el castigo? ¿Acaso encuentras paz en el sacrificio? ¿Te sientes bien aportándole significado a la culpa? ¿Encuentras valor dándole cabida al miedo? Comparto con Dios Su Voluntad de que yo sea feliz. Tema de reflexión: ¿Qué te impide ser feliz?
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