La Kaverna 493h5g

Año 1963: J.F.K. es asesinado el 22 de noviembre. Martin Luther King pronuncia su colosal discurso “I have a dream” ante más de 250.000 personas el 28 de agosto. 19 febrero: Betty Friedman publica “La Mística de la Feminidad”, libro que supone el (re)despertar del Movimiento de Mujeres en EE UU. Entre otras cosas, Friedman afirma que las mujeres deben encontrar su propia identidad, una que no necesariamente se limite a los roles tradicionales de esposa y madre. “El malestar que no tiene nombre” comienza a ser nombrado. Difícil encontrar una fecha que suponga un punto de partida al movimiento contracultural en Estados Unidos. Ninguna lo es, pero a la Kaverna le ha gustado la mecha de 1963, digamos que la cosa coge velocidad a partir de aquí, explota con las revueltas del 67-68 y suavemente va decayendo hasta la retirada de los efectivos en Vietnam y la marcha de Nixon en 1973-4. No nos olvidamos de la parte sensible en la Kaverna, la “más” importante de todas. Musicalmente el recorrido corre paralelo a este collage de cifras. 1963 supone el inicio de la Beatlemania, con dos singles británicos que, en poco tiempo, acaparan las listas de éxitos norteamericanas. La Invasión Británica -nuestra vendetta al desembarco norteamericano de Normandía- comienza muy poco tiempo después. Y les damos con sus propias armas rítmicas, pues precisamente el blues acelerado que estaba decayendo a finales de los 50 en los EE UU es el que sirve de inspiración a las bandas británicas, que resucitan el frenesí por el rock and roll y lo llevan a cotas inimaginables años atrás. Si bien se suele resumir la contracultura y su vertiente musical en el cenit que produjo el festival de Woodstock del verano del 69, lo cierto es que fue una etapa de vastas y complejas vertientes. Para empezar, se suele omitir que fue el “Summer of Love” un precedente directo de los eventos que -principalmente en términos musicales, pero no solo- irían ocurriendo a lo largo de la década de los 60. El año 1963 supone para el movimiento contracultural su particular contrapunto (como la novela de Huxley, otro fiel amigo de las experiencias lisérgicas, y que también moriría ese año). Sin embargo, y lejos de quedarnos en lo puramente espectacular que sería Woodstock, hemos querido reflejar el renacimiento y expansión del rock, de la contracultura y del mundo hippie a través de los hechos acaecidos en el verano del amor del 67 en California. Por cierto, también en el año 1963 las patentes privativas del LSD expiran, se abre la veda a la década más alucinógena del siglo XX. ¿Coincidencia? Bienvenidas a la Kaverna.

En este programa viajamos de nuevo al otro lado del Atlántico para deternernos en uno de los parajes más controvertidos y a la vez singulares de Latinoamérica. Estamos hablando de Colombia. A las kavernícolas de esta parte del mundo nos resulta difícil refernirnos a Colombia y no aludir al conflicto armado que ha lastrado este bello paraje durante 60 años. No obstante, no tenemos intención de permanecer en las aristas del conflicto, pues preferimos, de la mano de nuestra querida amiga Ana, adentrarnos en la complejidad del país, especialmente de la costa del Pacífico, a través de la vasta variedad de sonidos y melodías.

Rendimos homenaje a uno de los géneros más prolíficos del siglo XX: el rock. Pero no a cualquier rock ni de cualquier manera: la importancia capital que tuvo este conglomerado de músicas populares nos impide hablar de toda su complejidad y por ello nos centramos en la primera transición, la genuina, allá por los años 50. Aquel artefacto originalmente conocido como rock and roll, y que asentaba sus orígenes sobre el blues, el R&B y el country, abrió la veda hacia nuevas formas de entender la sonoridad, la velocidad y la intensidad en la música, habida cuenta de la enorme cantidad de subgéneros y estilos que ha amadrinado en su seno. Y no lo hacemos de cualquier manera, como decíamos. La Kaverna no sólo aborda el rock and roll porque sus integrantes se hayan descoyuntado sus caderas bajo el influjo de esta música miles de veces, sino porque hablar del rock nos permite recordar que la gloria se la llevaron los hombres blancos de turno, pero el mestizaje musical, la innovación y la experimentación fueron -nunca mejor dicho- oscurecidas. Ni Elvis fue el más grande, ni Chuck fue el primero. Muchos nombres, blancos y negros, fueron responsables del advenimiento del rock and roll tal y como hoy lo conocemos. Wanda Jackson, Little Richards, Lillian Briggs, Fats Domino, Janis Martin o Sister Rosetta también tuvieron parte de culpa en esto, no nos cabe ninguna duda. Pero no está de más recordar que, as usual, segregación racial y patriarcado se dieron la mano y fueron amiguetes para masculinizar y blanquear un género que eminentemente fue gestado en el sur de los Estados Unidos, en el corazón de la negra Norteamérica, y prácticamente denigrado hasta la llegada de Elvis. Bienvenidas a la Kaverna.

Decía Antonin Artaud que la vida iba de quemar preguntas. Las nuestras son bien humildes, pero han sido necesarias formularlas y quemarlas para pasar página. La primera era sobre si este proyecto era posible tan sólo siendo dos personas. Nunca intuimos la ingente cantidad de dedicación que esto supone si pretendíamos hilar fino, rozar la transversalidad crítica de la vida y además pinchar temazos y pasárselo bien. Massa pa la carabassa. La segunda, así la percibimos, era si dedicándose única y exclusivamente a la radio en sentido clásico -es decir, abandonando la difusión- este proyecto podía ser viable. No era una cuestión de banal comodidad, más bien se trataba de que nuestros sueños comprendieran las realidades en las que vivimos. Pocas preguntas pero ninguna baladí, y ya os imagináis cuáles son las respuestas. La Kaverna deja de ser un proyecto personal de un par de amigos y deviene en monstruo de mil cabezas, algo que siempre debió ser y nunca pudo. Será común o no será, así de sencillo. La segunda pregunta la estamos respondiendo mientras la escribimos. Si, volvemos al redil mediático tras jugar a ser puras y bordear la inanición emocional por falta de séquito al que dirigirnos. Difícil jugar a ser rockstars sin audiencia percibida. Del soul hablamos esta vez, y es que, como decía nuestro impulsor del teatro de la crueldad favorito, “no ha quedado demostrado, ni mucho menos, que el lenguaje de las palabras sea el mejor posible”. El soul quizás tampoco lo sea, pero pocos lenguajes musicales hay que se acerquen tanto al encuentro con nuestro interior que este.

És cert, La Kaverna és un destrellat. Parafraseando a Emil Cioran, si esta kueva nació como un simple y bello accidente, ¿por qué teníamos que tomárnosla tan en serio? Tú, en cambio, Dafne, hija de la Casa PakDanaryen, La Primera de su Nombre, la que siempre Brilla, Azotadora de Desigualdades y Legítima Heredera de la Kaverna, has nacido producto del deseo, ilusión y sueños de tu madre y padre, eres el fruto querido de nuestras queridas amistades, y por ello nos importas, te queremos y te tomamos muy en serio en nuestras paleovidas. Y como acabas de nacer, pues ni cortas ni perezosas, hemos querido dedicarte un programazo para emocionar el día a tu madre y padre, avergonzarte la adolescencia y quién sabe si gustarte el día de mañana. Decía Sigmund Freud, el tipo del sillón raro ese, que la vivienda es un sustituto del seno materno, es la primera morada, probablemente la que siempre fue añorada, en la que una estuvo segura y se sentía tan bien. No te podemos asegurar que en este mundo estarás tan cómoda como en la panxeta de ta mare, pero te prometemos, y con este programa queremos recalcarlo, que la comunidad kavernaria estará ahí cuando la necesites. Eres la primera de una manada de muchas que vendrán. Y supones la bella prueba de que, pese a que todo esté patas arriba en nuestras vidas, la cordura, el afecto y el amor se van imponiendo en nuestras vidas. Este es un humilde regalo que la Kaverna te hace ahora que te acabas de embarcar en la conquista de este mundo, pero, en petit comité, es también un regalo que nos hacemos a nosotras como tribu. No nos lo tengas en cuenta, hard times, ya sabes. Así que comprenderás que, en un mar de dudas, incertidumbres y locuras, pues quererte sea una forma de querernos y de consolidar la primitiva unidad de acción colectiva. Benvinguda a la terreta!

A lo largo de esta semana hemos tenido varias fiestas que nos recuerdan la relación con nuestro pasado y con la muerte. Muchos son los nombres que se les otorgan, entre ellos, el Día de Todos los Santos, Noche de Muertes, Día de los Fieles Difuntos y, particularmente por la globalización, Halloween. No son exactamente lo mismo, y pese a los intentos eclesiásticos de ejercer un fuerte sincretismo religioso, la realidad es que existe una progresiva secularización de estas fiestas. Sus orígenes diversos y la reapropiación religiosa y colonial de simbologías precolombinas y tradiciones paganas han conformado un collage de festividades que, en esencia, nos aportan una serie de ritos, reflexiones y tradiciones sobre la muerte, ya sea para venerarla, honrarla, espantarla e incluso para burlarse de ella. La muerte y el pasado son dos realidades entrelazadas íntimamente. Aquello que perece pone punto final en este mundo y alimenta la historia, deja de caminar con nosotras y pasa a convertirse en pretérito recuerdo, en la mejor de las suertes. La Kaverna, que es muy poco dada a dejar que las tragicomedias de la especie humana se diluyan en el olvido, invita a recordar un colectivo enormemente damnificado a lo largo de la Edad Moderna (bueno, a lo largo de la historia, no seamos equidistantes): el de las brujas. Aquellas mujeres fueron víctimas de un sistema enormemente complejo y sofisticado para la época, con derivaciones políticas, judiciales, económicas, y socioculturales que las apartaron de la vida por ser precisamente mujeres. Imposible hablar de brujas y no citar a Silvia Federici. La pensadora nos recuerda que “la absoluta vaguedad del cargo -el hecho de que era imposible probarlo, mientras al mismo tiempo evocaba el máximo terror posible- significa que podía ser usado para castigar cualquier forma de protesta y generar sospechas incluso sobre los aspectos más corrientes de la vida cotidiana”. Todo era punible, y enormemente subjetivo al poder dominante, precisamente porque lo que se trataba de suprimir era lo diverso, lo disidente. Por ello, mujeres científicas, médicas, propietarias, rebeldes, independientes, sabias, prostitutas, matronas, curanderas, lesbianas, postmenopáusicas, fueron ajusticiadas sin excepción. En definitiva, cualquiera que se apartara de la norma -voluble, cambiante- que dictaban los poderes en ese momento, con especial virulencia ante las dimensiones de la sexualidad, el control de la reproducción y su capacidad para curar. Es un fenómeno que se extendió por toda Europa. Supuso un profundo cambio filosófico, social y político en la sociedad y fue innegablemente orquestado por las autoridades del más alto nivel. Sin embargo, la participación fue transversal, y los juicios afectaron a la vida cotidiana de las aldeas. La acusación era de brujería, pero los delitos que constituían las pruebas para la acusación eran cosas como provocar que la leche se cortase, robar manzanas, ayudar a que una vecina diese a luz o fabricar remedios con hierbas medicinales. Los juicios nos muestran cómo, en la historia europea, los cambios profundos en el poder se produjeron en el nivel local, contra las prácticas diarias de las mujeres campesinas. La campaña de terror supuso el acolchamiento de las sociedades a la disciplina de trabajo capitalista, incompatible con estas prácticas, e intensificó la división entre hombres y mujeres. Las semillas sembradas sobre los hombres -y la represión sobre las mujeres- contribuyeron a la alienación psicológica entre géneros, lo cual supuso la destrucción de la solidaridad de clase y la debilitación del poder colectivo ante desafíos externos. Halloween nos parecía un pretexto enormemente atractivo para recuperar, entre toda la hueste consumista de muertos, zombies, deformidades y agravios corporales que se exponen cual “parade”, el colectivo de las brujas, que tanto padeció y al que tan poco se recuerda, precisamente porque su particularidad histórica es su vinculación a la mujer. Si tal y como afirma la filósofa Amelia Valcárcel “El machismo mata, empobrece y atonta, por ese orden", las brujas, curanderas y otras mujeres apartadas del cánon normativizado de la época sufrieron las más terribles persecuciones, vejaciones y asesinatos a lo largo de los siglos XV-XVIII. Sus efectos fueron tan hondos que todavía hoy podemos sentir su impacto en las relaciones de género y clase actuales.

55 años se cumplen del multitudinario concierto de Wattstax, el comúnmente llamado "Black Woodstock" que vivió la ciudad de Los Ángeles en 1972. No obstante, ciertas diferencias merecen ser recordadas entre ambos eventos: si bien Woodstock fue una respuesta contracultural de las clases medias (en su mayoría blancas) al malestar de los 60, Wattstax fue un evento gestado por y para la comunidad afroamericana. Al mismo tiempo, Woodstock (como otros festivales de la época) se desarrolló en un espacio abierto rural, cuyo para la población negra (más precaria) era más difícil. Wattstax, en cambio, se desarrolló en un ambiente urbano, en un estadio, y fue crucial para la conformación de lo que Elias Canetti definió como “audiencias cerradas”: al estar en un ambiente cerrado, la audiencia no sólo tiene límites físicos hacia lo externo, también incrementa el lazo y sentimiento de pertenencia al evento y al grupo. Debido a Woodstock, los festivales de música son consistentemente representados como espacios utópicos de multiculturalismo, libertad y paz. El mito y ritual de un evento así está basado en el arquetipo de Woodstock, es el fundacional, aunque antes y después hubieran eventos similares. Woodstock flojea, no obstante, cuando se aparta del eje de las clases medias blancas. Si se le añaden factores como la raza, el género y/o la clase se convierte en un modelo más frágil. Wattstax, por otro lado, representó la aparición por la puerta grande de la retórica y el relato de la comunidad afroamericana en un gran festival de música, invisibilizada hasta ese momento. La marginalización y el guetto, las desigualdades y la precariedad en la que vivían las comunidades afroamericanas por primera vez se visibilizan en un evento lúdico político de gran envergadura. Wattstax, cuyo nombre, organización e incluso documental posterior toman como referente el eco de Woodstock, por primera vez supuso la participación emocional y física de la comunidad negra en un festival que fuera suyo, que hablara de ella y que sintiera que se hablaba de sus problemas. Patrocinado por Stax Records, la discográfica de Memphis que fue el hogar, entre otros, de Otis Redding y del mejor soul de la época, con permiso de Motown Records. Artistas de la talla de Isaac Hayes y The Staple Singers aparecieron en el cartel junto con casi dos docenas más, incluidos The Bar-Kays, Carla y Rufus Thomas o los Soul Children. El reverendo Jesse Jackson y el comediante Richard Pryor también estuvieron allí. El concierto, oficialmente llamado Wattstax 72, se organizó como "un día de conciencia negra", como dijo Jessie Jackson durante su discurso. Impacta ver hoy cómo la población afroamericana llenó el Coliseo de Los Angeles Memorial y mantuvieron sus puños en alto mientras la cantante de soul Kim Weston cantaba "Lift Every Voice and Sing", una canción que fue profusamente utilizada durante el siglo pasado como el himno nacional negro. El historiador Nelson George llamó acertadamente a Wattstax como un "símbolo de autosuficiencia negra". Y cierto es que la compañía discográfica Stax, la portadora del sonido de Memphis y por tanto del mejor soul americano, tenía un interés publicitario, pero al menos sabemos que no fue por cuestiones únicamente mercantilistas: la entrada costaba un dólar y muchas fueron regaladas. Wattstax fue la respuesta a la revuelta del barrio de Watts en 1965. Los acontecimientos que incitaron las revueltas son intrincados, pero, de forma sucinta, un ciudadano negro fue arrestado por conducir bajo la influencia del alcohol, su hermano (que era un pasajero), se fue para informar a la madre del hombre, quien se presentó al arresto. Hubo un altercado físico, los tres ciudadanos negros fueron arrestados, y la población del vecindario comenzó a increpar y tirarles cosas a los policías. Ocho días después, 34 muertes, 1,032 heridos y 3,952 arrestos. 600 negocios fueron destruidos y más de $ 40 millones de dólares en daños en un área de casi 120 km cuadrados. El levantamiento de Watts es solo una de las muchas entradas en la larga y complicada historia de las relaciones raciales en este país, cada una con su propia banda sonora ya que la música negra continúa dando una voz crucial, particularmente en tiempos de protesta. Cincuenta años después, seguimos presenciando estas mismas escenas en todo el país. Los festivales y conciertos de hoy dedicados a las audiencias negras casi con seguridad surgieron de aquel experimento. Wattstax fue un intento de mostrar que, sí, la vida continúa, pero eso no oculta ni las injusticias ni los dolores del pasado.

La Política ha guanyat. En Majúscules. De fet, sempre guanya, entesa com la guerra de baixa intensitat, com la continuació de la guerra per altres mitjans. Últimament, a l'Occident ja no tenim massa guerres, de les tota la vida del senyor, de bombes i destrucció, només en tenim Política. Política policial o policia política, però mai guerres, que som ja gent ordenada, demòcrata i super progre. El at 9 d’octubre, diada del poble valencià, les ones de Radio Klara es van quedar sense l’enfoc kavernícola sobre els fets ocorreguts aquell mateix dia a #València. La ultradreta (o la dreta de tota la vida amb el cabell rapat), valencianistes i espanyolistes de pro van ser convocats "accidentalment" al costat d'una concentració antifeixista per a dialogar sobre els teories de violència. Va ser una “conversa” molt interessant: el món de l’esquerra indepe antifeixista es debatia entre les teories del socialisme científic respecte a la violència com a mitjà de transformació social, i la gent que es situava més en la línia de Konrad Lorenz, afirmant que l’amor és el millor antídot contra la violència i agressivitat, especialment afectats pels fets de #Catalunya. Curiosament, el debat finalitzà abruptament amb l’arribada dels nazis i la victòria de les teories freudianes mal enteses: els xicots van aplicar a fons la catarsi que implicava despullar-se dels sentiments de culpa i dels conflictes emocionals, i portar-los al pla conscient mitjançant una forma d’expressió/agressió. Vamos, que cayeron hostias como panes. Al final, Bataille tenia raó, la violència és “com una forma de comunicació superior a la llengua perquè ens obre l'indescriptible". Claro que si, guapi: “Comunicació superior”, ajá. A banda de banderetes, cares al sol i salutacions feixistes per tot arreu, també hem continuat amb la telenovel·la de #Catalunya, que té pinta de convertir-se en el pròxim “Cuéntame cómo pasó” de la televisió nacional, insofrible i etern. Hi haurà happy ending, siga el que siga? La pura veritat és que ens vam quedar amb moltes ganes de cantar l’himne regional en directe, i no podíem deixar ar aquesta oportunitat ahir. Això és el que compta, tota la resta podia i tenia que esperar. A banda d’aquest moment fundacional de submissió a la terreta i a la corona (siga la d’Aragó, siga la dels Borbons), aprofitem per a parlar de músiques que ens recorden a la terreta. Mara Aranda, L’Ham de Foc, Clara Andrés, Feliu Ventura, Pep Gimeno "Botifarra" i Ovidi Montllor se'n venen a La Kaverna aquest dia D+7 amb molt molt de retràs. Ens acompanyes a celebrar el 9 d'octubre una setmana després?

Els 1-0 representen moltes coses per a la Kaverna: a banda de la mort del criptoroquer per excel·lència Silvio al 2001, l'1 d'octubre de 1880 Thomas Edison funda la primera companyia elèctrica del món als Estats Units, la qual cosa suposa l'aparició de la llum artificial a les kavernes i el naixement del racisme modern tal i com l’entenem. Les mil·lenàries i fogoses nits de ió interracials desapareixen en distingir-se per primera vegada i de forma clara la pigmentació de la pell. També l'1-O de 1901 es va constituir la Societat General d'Autors i Editors a Espanya, fatídic dia per a la música lliure i llibertària. L'1-0 seria un dia on no tindríem res a celebrar si no fóra perquè aquell dia de 1931 la Segona República va reconèixer el dret al vot a les dones, o perquè al 1954 Algèria començà la guerra d'alliberament contra el colonialisme francés. També fou guai aquell dia perquè al 1989 Dinamarca es converteix en el primer país del món a reconèixer les unions entre persones del mateix sexe. L'últim gran fet feliç d'aquests 1-0, va succeir fa ben poquet, amb la dimissió del secretari general del PSOE en 2016. De vegades, els os endavant en la història no són definitius… No obstant açò, Catalunya ha instaurat una nou esdeveniment en l'1-O, marcant l'agenda kavernopolítica. La Kaverna no podia abandonar el seguiment de tan insigne celebració performativa. No hem acudit a Catalunya perquè el peatge segueix sent molt car i la subvenció de Radio Klara no ens dóna per a viatges periodístics, però vos ho expliquem tot des de la comoditat que suposa el veure-ho des del sofà de la cova. I tot açò regat amb vi de la Terra Alta i música filocatalonífera. Españoles, ¡Franco ha vuelto!

Com no volíem fer el ridícul tant com Puigdemont amb el Kurdistan, hem preparat a consciència un programazo de ràdio en el qual parlem de Catalunya i la seua rebonica relació d'amor-odi amb la resta de l'Estat. A Catalunya li ha donat per molar aquests dies i La Kaverna estava molt perduda amb tot açò: que si és per un tema d'identitats, de repressions d'egos, de diners, d'amors i ions que s'han anat de mare, que si només volen expressar-se, i ja de pas independitzar-se, o simplement marejar la perdiu. Com la Kaverna no té experiència en qüestions geopolítiques (“una cova sempre serà una cova”, solem dir per ací) hem portat a dues de les nostres millors expertes en temes secessionils, Amparo i Edgar, i a la nostra compi Marta, en qualitat de mediadora internacional. Amb elles debatrem el llarg disbarat de notícies que han anat apareixent al llarg dels últims dies, que han sigut intensos a morir. Totes elles ens proporcionaran l'halo de llum necessari per a que il·lumine el nostre possicionament paleopolítico, i ja de pas vore si les nostres propostes per a solucionar el conflicte tenen sentit o són un complet destarifo. I tot açò regat amb soul, rock clàssic i temazos dels 50 americans, que gens tenen a vore amb el conflicte, però ens dóna absolutament el mateix.

Como estamos hartas de que nos digan cuándo debemos hacer las cosas en cada momento, la Kaverna prefiere vivir a su aire. Ya decidiremos cuándo y cómo se acaba el verano y empieza el nuevo tiempo. En el ecosistema kavernario ni se oye el ronroneo de los dispositivos del sistema amargándonos la vida ni hay pretensión de hacerle caso en la improbable situación de que se nos cuele algún eco. La Kaverna es vuestra, de todas, por ello tratamos de ser termómetro de lo que pasa y alivio ante la tormenta que acecha en la intemperie. Esta semana consideramos que, ante la cada vez más prematura y dura entrada al ciclo vital que supone septiembre, algo fresquito necesitamos para hacer caso omiso al fin del verano, si es que se acaba. Afortunadamente, Latinoamérica y sus ritmos invaden de nuevo la Kaverna para recordarnos que (aún) winter is not here.

Después de viajar a Latinoamérica de la mano de grandes mujeres y de gozar del festival Sud a l'Horta, nos volvemos a la terreta para disfrutar de la "nova cançó" ibérica, de la cual se habla poco, pero anda rompiendo esquemas. SES y La Otra son dos cantautoras en alza que están dando mucha guerra no sólo por su calidad musical, sino por la recuperación de saberes y culturas populares y también el tratamiento del amor y las relaciones emocionales desde una perspectiva crítica y feminista. Ambas son un claro ejemplo de cómo la lucha militante y la música pueden y deben ir unidas.

Los Kavernicolas vuelven al directo de Radio Klara con un programa muy especial. No va sobre ningún tema en particular, ni sobre ningún artista en concreto… este programa va, de alguna forma, sobre nosotros mismos… vamos a abrir nuestros corazoncitos y mediante canciones que han significado algo especial a lo largo de nuestras vidas y nos definen de alguna forma. Vamos a conocernos mejor. Al final, lo que hace un compilador o divulgador es mostrar aquello que le atrae, le interesa o le apasiona. Esa faceta ya está presente en cada uno de nuestros programas, pero hoy queríamos dar un paso más allá, y mostraros algunas canciones o bandas que nos han acompañado de manera especial en nuestras vidas, viajes y desventuras. Bienvenidas a la Kaverna!

Después de un parón veraniego tan necesario como insufrible, la Kaverna vuelve con energías renovadas a las ondas libres y/o libertarias. No volvemos solas, hemos rastreado el cono sur y os traemos las voces más potentes y sensibles de Latinoamérica. Hoy toca bailar, reír, llorar y sentir.

Con la cantidad de festivales veraniegos que nos apabullan con ska, balkan, y otras músicas del estilo desde la kaverna consideramos necesario hacer una vuelta a los orígenes del Ska. Para ello, bandas míticas como The Skatalites, Bad Manners, Laurel Aitken, Selecters y The Specials pasarán por la Kaverna para ofrecernos un programa bailongo y veraniego.

Per commemorar el desè programa de La Kaverna, vam eixir de la nostra zona de confort a Radio Klara per anar a la cova de la Iniciativa Dàhlia, on vam tindre el plaer de fer un programa en directe sobre dones i blues. Una vesprada plena de poesia, música i la bona companyia de Mitrofán y la burbuja inmobiliaria, El indigente cognitivo i Amparo Climent. Sàtira, blues, soul i ritmes rockers fetes per dos de los dones més potents del segle XX: Aretha Franklin i Janis Joplin. Las terceras partes nunca fueron buenas, però aquesta no vos l'aneu a perdre, no?

Brasil pot ser que siga el país que millor condense la riquesa musical producte del mestissatge, del sincretisme religiós i de l'explotació colonial i capitalista. Desafortunadament, una combinació àmpliament coneguda i patida al Sud que ens ha atorga hui per una altra part un capital cultural en termes musicals incommensurable. Tota aquella cultura i societat que barrege i fusione sentiments, gèneres i melodies té cabuda a la vostra cova preferida. Si encara no estàs convençuda, per què no ens escoltes i després ho parlem? Preparat per ballar fins a dir prou!

Tarde noche de terror kavernícola, con Poe como eje central. Tres canciones del disco "Poe is dead" de Carniceros del Norte y un audiocuento producido por nosotros. Para completar el cóctel cierra el programa el Indigente Cognitivo tocando un tema acústico: "Más allá de la Kaverna".

Nina Simone arriba a la Kaverna. La veritat és que mai s'havia anat, sempre ha estat ací amb nosaltres: no es pot concebre un refugi on les emocions, les cures i música feta des de l'ànima no tinga a una dona com Nina Simone. Sobren les presentacions i les biografies d'una artista que mereix tot el nostre respecte i afecte, part integral de la música en majúscules i del activisme radical. Fonament de l'essència de la Kaverna sense cap dubte. Ens acompanyes a gaudir-la?

Ja que no viatgem per motius econòmics (God bless fucking capitalism), la música magrebí ens dóna un respir musical crític i molt intimista. Oum, Souad Massi i Hindi Zahra ens aporten la necessària bocanada d'aire fresquet que ens feia falta, ara que patim una onada de calor i precarietat sense precedents. Vine a la fresqueta la Kaverna i podràs gaudir d'una miqueta de ritmes i veus femenines nord-africans a la Kaverna.