
20 - W.I.T.C.H, Halloween y otras herejías del montón 2e562e
Descripción de 20 - W.I.T.C.H, Halloween y otras herejías del montón z4f5h
A lo largo de esta semana hemos tenido varias fiestas que nos recuerdan la relación con nuestro pasado y con la muerte. Muchos son los nombres que se les otorgan, entre ellos, el Día de Todos los Santos, Noche de Muertes, Día de los Fieles Difuntos y, particularmente por la globalización, Halloween. No son exactamente lo mismo, y pese a los intentos eclesiásticos de ejercer un fuerte sincretismo religioso, la realidad es que existe una progresiva secularización de estas fiestas. Sus orígenes diversos y la reapropiación religiosa y colonial de simbologías precolombinas y tradiciones paganas han conformado un collage de festividades que, en esencia, nos aportan una serie de ritos, reflexiones y tradiciones sobre la muerte, ya sea para venerarla, honrarla, espantarla e incluso para burlarse de ella. La muerte y el pasado son dos realidades entrelazadas íntimamente. Aquello que perece pone punto final en este mundo y alimenta la historia, deja de caminar con nosotras y pasa a convertirse en pretérito recuerdo, en la mejor de las suertes. La Kaverna, que es muy poco dada a dejar que las tragicomedias de la especie humana se diluyan en el olvido, invita a recordar un colectivo enormemente damnificado a lo largo de la Edad Moderna (bueno, a lo largo de la historia, no seamos equidistantes): el de las brujas. Aquellas mujeres fueron víctimas de un sistema enormemente complejo y sofisticado para la época, con derivaciones políticas, judiciales, económicas, y socioculturales que las apartaron de la vida por ser precisamente mujeres. Imposible hablar de brujas y no citar a Silvia Federici. La pensadora nos recuerda que “la absoluta vaguedad del cargo -el hecho de que era imposible probarlo, mientras al mismo tiempo evocaba el máximo terror posible- significa que podía ser usado para castigar cualquier forma de protesta y generar sospechas incluso sobre los aspectos más corrientes de la vida cotidiana”. Todo era punible, y enormemente subjetivo al poder dominante, precisamente porque lo que se trataba de suprimir era lo diverso, lo disidente. Por ello, mujeres científicas, médicas, propietarias, rebeldes, independientes, sabias, prostitutas, matronas, curanderas, lesbianas, postmenopáusicas, fueron ajusticiadas sin excepción. En definitiva, cualquiera que se apartara de la norma -voluble, cambiante- que dictaban los poderes en ese momento, con especial virulencia ante las dimensiones de la sexualidad, el control de la reproducción y su capacidad para curar. Es un fenómeno que se extendió por toda Europa. Supuso un profundo cambio filosófico, social y político en la sociedad y fue innegablemente orquestado por las autoridades del más alto nivel. Sin embargo, la participación fue transversal, y los juicios afectaron a la vida cotidiana de las aldeas. La acusación era de brujería, pero los delitos que constituían las pruebas para la acusación eran cosas como provocar que la leche se cortase, robar manzanas, ayudar a que una vecina diese a luz o fabricar remedios con hierbas medicinales. Los juicios nos muestran cómo, en la historia europea, los cambios profundos en el poder se produjeron en el nivel local, contra las prácticas diarias de las mujeres campesinas. La campaña de terror supuso el acolchamiento de las sociedades a la disciplina de trabajo capitalista, incompatible con estas prácticas, e intensificó la división entre hombres y mujeres. Las semillas sembradas sobre los hombres -y la represión sobre las mujeres- contribuyeron a la alienación psicológica entre géneros, lo cual supuso la destrucción de la solidaridad de clase y la debilitación del poder colectivo ante desafíos externos. Halloween nos parecía un pretexto enormemente atractivo para recuperar, entre toda la hueste consumista de muertos, zombies, deformidades y agravios corporales que se exponen cual “parade”, el colectivo de las brujas, que tanto padeció y al que tan poco se recuerda, precisamente porque su particularidad histórica es su vinculación a la mujer. Si tal y como afirma la filósofa Amelia Valcárcel “El machismo mata, empobrece y atonta, por ese orden", las brujas, curanderas y otras mujeres apartadas del cánon normativizado de la época sufrieron las más terribles persecuciones, vejaciones y asesinatos a lo largo de los siglos XV-XVIII. Sus efectos fueron tan hondos que todavía hoy podemos sentir su impacto en las relaciones de género y clase actuales. m3e65
Comentarios de 20 - W.I.T.C.H, Halloween y otras herejías del montón x61p