Pablo Iglesias entrevista a Monty Peiro, Psicóloga Antropóloga y Músico | A VUELTAS 5032w

Nuestra invitada de hoy acaba de publicar El diablo vino a mi, género, drogas y rock and roll, un libro en el que sintetiza sus años como antropóloga en el escenario y como rockera en la universidad.

Dice que el libro es su venganza particular por todas las veces que tuvo que ocultar que era una cantante de heavy metal para ser tomada en serio como psicóloga y antropóloga, o que tuvo que justificar que no se dedicaba exclusivamente a la música para ser respetada como profesional de la música.

A vueltas con Monti Peiró.

Monti Peiró, muchísimas gracias por venir a Canal RED.

Un placer.

Bueno, has escrito un librazo, El diablo vino a mi, lo que parece un homenaje a Dover, género, drogas y rock and roll.

Claro, tú cuentas que de alguna manera has sido una antropóloga en el rock and roll y una rockera en la universidad, y dices que el libro es de alguna forma una venganza por todas las veces en las que has tenido que ocultar que eras una rockera para que te tomaran en serio como profesional de las ciencias sociales, y en el mundo de la música has tenido que decir que lo de la música no era tu ocupación principal para que te tomaran en serio como artista.

Explica esta venganza.

Sí, es importante para mí porque yo siempre he tenido desde pequeña este estigma de aprendiz de todo, maestro de nada, y muchas veces como que se me ha instado a que me centre, y yo me considero descentrada profesional y me gusta mucho, pero aún así yo siempre he tenido la sospecha de que todas las cosas que iba haciendo, aunque a priori no tuvieran mucho sentido, sí lo tenían, y entonces este libro me permite unir, pues conectar un poco todo lo que yo he hecho, porque claro, yo vengo del mundo del rock y del heavy metal, de cantar a gritos, entonces a lo mejor en entornos más académicos y tal, como que sentía que eso me quitaba seriedad, porque al final era una tía que me subía a pegar berritos a un escenario, y en el mundo del rock también sentía que a lo mejor no estaba, o no se me percibía como 100% comprometida con la música, porque tenía esta otra faceta académica, pero claro, cuando me empieza a interesar el tema del feminismo en el rock, que fue una pulsión que tuve desde el principio, claro, yo leía musicólogas y sentía que les faltaba un poco de carretera, y luego leía muchas biografías de músicas y pensaba, cómo molaría que estas vivencias las pudiéramos analizar un poco más desde la perspectiva de las ciencias sociales para sacar conclusiones más allá de la vivencia personal, y cuando terminé la carrera de Antropología, pensé que era el momento de unirlo todo y conectar la faceta musical con las ciencias sociales, y es una venganza personal para todos aquellos que me dijeron que me centrara, es como, tenía sentido, esto servía para algo al final.

El sexo forma parte como de los mitos culturales asociados al rock, sexo, droga y rock and roll. Ya hubo bromas con esto cuando la polla Records hizo aquel tema de Herpes, Talco y Tecnopop, digamos como desmitificando aquello. Tú cuentas en el libro que el sexo, entendido como un lugar liberador en el rock, es algo que a lo mejor ha podido ser así para los tíos, pero para las mujeres en ningún caso. Explícanos esto.

Sí, yo creo que el sexo, que forma parte de este trinomio fundacional de sexo, droga y rock and roll, que está en la base de la cultura rockera, es algo que cuando eres un adolescente te atrae de la música rock. Hay una performance muy sexualizada y muy sexual, no sé, Iggy Pop, Mick Jagger, Guns N' Roses, Kiss… Yo me crié con estos grupos y me atraía en parte toda esta libertad que prometían, toda esta liberación.

Claro, cuando empiezo a tocar, yo empiezo con un grupo que éramos mujeres y muy pronto nos dimos cuenta de que esto no iba a funcionar igual, de que toda esta libertad que nos prometía el rock, toda esta subversión, toda esta rebeldía, era un código que funcionaba si eres hombre pero si eres mujer era muy distinto, se te volvía en contra.

A nosotras nos acusaban, de acuerdo a su Little Sister, de que se aprovechan de su físico para vender, están ahí porque están buenas, están ahí para llamar la atención. Cuando tú eres un fan del rock te das cuenta de que todas las portadas, todos los videoclips, todo está lleno de mujeres en actitud sexual. Que a veces no tienen nada que ver con el disco ni con nada. Que a veces hay una portada que no tiene nada que ver con la temática del disco pero ahí hay una modelo o en los videoclips siempre hay tías buenas.

Cuando tú eres, en vez de ser un objeto pasivo, cuando no estás arrodillada en una portada de Manowar o no estás bailando en un videoclip de Whitesnake, sino que tú eres el sujeto activo de esa sexualidad, se percibe de manera muy diferente. Si yo salgo en bikini bailando en el videoclip de unos colegas no pasa nada, nadie va a llamar la atención de eso. Pero en nuestro caso sí que era algo que teníamos que hacer malabares para que no nos restara autenticidad.