
Descripción de Orgullo y Pasión. Capítulo 6 4o6b60
Los protagonistas ya no son capaces de negar lo que sienten. Todos parecen confabular en favor de la parejita. _____________________________________________ Hola! Ayúdame uniéndote a Ivoox desde los siguientes enlaces: * Anual https://www.ivoox.vip/?-code=c7cb5289b6e940372f0f816d1de4fe6e * Mensual https://www.ivoox.vip/?-code=9af38537eef891dabb408d0e292f3c38 *Plus https://www.ivoox.vip/plus?-code=208ff5ca551218eda9d25aad9113bc8c 401a48
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Hoy presentamos, Orgullo y pasión. Capítulo 6
Efectivamente debí regresar en bus, afortunadamente no era tarde y por este día
no tenía nada importante que estudiar o hacer, por lo que me lo tomé con calma,
y me fui sentado mirando el paisaje mientras pensaba en lo que estaba viviendo.
Lo único que me tenía algo preocupado era que mi vida, sentimental, no estaba para nada en calma,
si bien estaba seguro que mi primita tenía parte de mi corazón y creo que yo parte de ella,
el tener sexo con Coté y con Nora me hacía dudar de esos sentimientos,
¿es normal follar con otras chicas mientras hay una que te encanta?
Sé que no es normal follar con una chica en presencia de la que uno ama, pero,
¿por qué ella no explota y manda la mierda a Nora? Fer me querrá como yo creo que me quiere,
¿qué haré con Nora? La verdad es que en el viaje no logré ninguna conclusión,
pero dicen que hay dos tipos de problemas, los que se solucionan solos y los que no
tienen solución, el tiempo dirá de cuál de ellos estoy viviendo.
Volví a casa y me encontré con la sorpresa que los abuelos y Fer estaban viendo una
película del cable en su cuarto, los saludé y Oma me invitó a unirme a ellos y pese a que
tenía algo de hambre, acepté con gusto, me tendí en la orilla de la cama al lado de Oma.
Como los cuatro ocupábamos la totalidad de la cama, tuve que abrazar a Oma para no caerme,
como sea nos acomodamos lo mejor que pudimos, pero yo permanecí con el brazo pasando por sobre Oma.
De tal forma que mis dedos tocaban el brazo de Fer que estaba en medio de los abuelos,
en eso sentí como unos dedos de Fer rozaban los míos y luego los entrelazaban,
que les puedo decir fue súper tierno. La película fue muy entretenida,
pese a que al final casi me hace llorar y eso que yo no lloro ni con Lassie,
siendo devorado por lobos o flipar atacado por un tiburón, por si a alguno le interesa,
se llamaba No se aceptan devoluciones y es mexicana.
Estaba pensando en eso cuando de pronto Oma se incorpora y podría apostar que se dio cuenta
de que Fer y yo teníamos nuestros dedos entrelazados, pero no hizo ningún comentario.
—Bueno, niños, vamos a cenar, tú también, Federico.
—¿Ya voy, vieja, ya voy? —dijo el abuelo.
Cenamos como de costumbre, Fer me miraba en forma extraña, pero por más que intentaba
interpretar su mirada, no sabía interpretarla. Finalmente, todos nos fuimos a la cama,
pues la universidad no perdona a los dormilones. Cuando ya estaba con pijama,
de pronto Fer entró intempestivamente a mi cuarto, cerrando rápidamente.
—¿Qué haces? —te tengo que decir algo.
—¿No puedes esperar a mañana? Los abuelos aún están dando vueltas.
—Te quiero. —Yo también, pero debes ir a acostarte.
—¿No me entendiste? —Sí, claro, me quieres como todos nos
queremos en la familia. —No, pardillo, te quiero como hombre.
—Y yo te quiero a ti como mujer —le contesté.
—¡Uf! ¡Qué alivio! —jajaja dijo y se colgó a mi cuello besándome.
Fue un beso tierno y bastante prolongado, el problema es que los abuelos aún estaban
deambulando por ahí y no teníamos ninguna explicación que fuera posible de dar.
—Debes irte. —¿Por qué?
—Los abuelos. —Tranquilo,
solo nos estábamos coordinando para mañana, jejeje.
Los dos en pijama en mi cuarto con la puerta cerrada son viejos, no tontos.
—Tú y tus miedos, me voy. —Sí, debes irte,
le dije y le di un palmazo en el culo cuando se dio vuelta.
—¿Eres un pardillo sinvergüenza aprovechador? —Aprendí de la mejor.
Finalmente salió del cuarto y los abuelos no se dieron cuenta, o por lo menos eso pienso.
Luego me acosté y como ya casi una tradición más que una costumbre, me hice una soberana paja a la
salud de Fer y Nora, o, bueno, y con el apoyo recurrente de Coté. Como verán mis fantasías
están pletóricas de las tres arpías locas que me rodean. Sí. Incluía a Coté, la que ya no es la
inocente y bellada que yo creía, por lo que sí, también la incluí. Al otro día me levanté como
de costumbre en mi horario, estaba por entrar a la ducha cuando entra intempestivamente Fer,
casi me da un síncope cardíaco, pues no me lo esperaba.
—Fer, ¿qué haces? —Estoy que memeo.
—Hazte a un lado. —Pero Oma está levantada.
—Sí, pero no me voy a mear por ese motivo. Ja, ja, ja. Métete a la ducha.
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