N155 EL SABUESO - Cuentos de Terror 33286a

El sabueso escrito por federico echarte esta historia se me hace difícil contar a día de hoy no asimilo lo ocurrido tan solo han pasado seis meses pero mis recuerdos se presentan vívidamente comenzaré por el principio los terriblemente fríos días de agosto por este hemisferio el invierno manda con fuerzas para mitad de año es la región más al sur de la pampa argentina tierra mayoritariamente sola se trata de un territorio llano cuya extensión se pierde en el lejano horizonte los árboles escasean y abundan más los pequeños arbustos los cuales no quitan el aspecto yermo el paisaje una tarde después del almuerzo junto con mis compañeros de trabajo debimos salir del caserón de nuestro patron julio cipriano guzmán para dirigirnos al pueblo en búsqueda de prohibiciones una cosa y la otra dista veinte kilómetros entre sí por eso el trayecto se haría a caballo de este modo la brigada la componíamos daniel el veterano cumplido corajudo que toda su vida trabajó para dos cipriano sus dos hijos ya mayores se habían mudado buenos aires nosotros éramos su única compañía luego estaba louis el más joven de la cuadrilla flaco y ágil capaz de correrle una carrera una liebre enérgico y predispuesto a cumplir órdenes fui yo quien lo recomendé en la finca por último el gordo lópez llamado pedro el bromista del grupo que con sus ocurrencias lograba transformar una pesada jornada laboral en un agradable encuentro entre colegas y por último quienes habla el líder del grupo para las doce y media nos despedimos de don julio y su mujer habíamos avanzado con nuestra manada de caballos y el caserón comenzaba a perderse a nuestras espaldas además de nuestros animales llevamos ocho mulas que nos servirían para cargar las compras así que iban un total de dos equinos a paso lento pero constante por aquella tierra azotada por el frío viento invernal de la patagonia el mejor amigo del hombre no debía faltar pero falta de uno llevábamos cuatro canes que ya habían sido alimentados antes de partir eran todos marrones uruguayos gran raza de robusto cuerpo destinado la caza de jabalíes fabricados con nuestros ponchos de lana avanzábamos como de costumbre todo era muy ordinario iba en la delantera mi tarea era marcar el ritmo del trayecto detrás venían el viejo danny y el joven louis quienes se dividían la labor de mantener las líneas de desplazamiento con el resto de bestias de carga por último al final de la cola venía pedrito que había traído su guitarra con la cual envolvía el camino de animadas melodías avanzados ya vimos cruzar el agua una larga corriente acuífera de poca profundidad donde la animalada pararía beber el transparente y cristalino líquido corría en dirección sur con agua por demás revitalizadora la claridad nos permitió ver el suelo barroso en el cual había curiosísimas huellas de un animal cuyo tamaño resultaba un poco como eran muy grandes para ser de puma este es el depredador más grande de la región