
Descripción de Las máscaras que usamos 3b6d5j
Dicen que hay un momento en la vida en que, sin buscarlo, uno se queda a solas consigo mismo. Puede ser una noche cualquiera, al apagar la luz… o tal vez en mitad del bullicio, cuando de pronto, algo dentro se calla y surge una pregunta que no puede seguir escondida: ¿Quién soy, cuando ya no estoy actuando? Porque actuamos, aunque no siempre lo sepamos. A veces con pequeños gestos, otras con papeles enteros que interpretamos durante años. En el trabajo, en la familia, con amigos, en la intimidad, hasta con nosotros mismos. Cambiamos el tono, el gesto, la risa, la postura. Nos adaptamos, nos protegemos, nos disfrazamos… y a fuerza de hacerlo, terminamos creyendo que somos ese disfraz. Pero… ¿y si no lo fuéramos? 104h3q
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
¿Me preguntas cómo me convertí en un loco? Ocurrió de este modo. Un día, mucho tiempo antes de que muchos dioses nacieran, desperté de un sueño profundo y observé que habían robado mis máscaras. Las siete máscaras que moldeé y lucí a lo largo de siete vidas. Corrí con la cara de descubierta por las calles abarrotadas, gritando, ¡ladrones, ladrones, malditos ladrones! Hombres y mujeres se reían de mí. Algunos corrían a sus casas, asustados por mi causa.
Cuando llegué al mercado, un joven se puso a gritar desde el tejado, ¡es un loco! Miré hacia arriba para contemplarle. El sol besó mi propia cara desnuda por primera vez. Por vez primera, el sol besó mi propia cara desnuda y mi alma fue inflamada por el amor al sol.
Y ya nunca más quise mis máscaras. Y, como si estuviera en trance, grité, ¡Benditos, benditos sean los ladrones que robaron mis máscaras! Así me convertí en un loco.
Y he encontrado libertad y seguridad en mi locura. La libertad de la soledad y la seguridad de ser entendido, ya que quienes nos entienden se hacen algo esclavos nuestros.
Pero permita que no esté demasiado orgulloso de mi seguridad. Incluso un ladrón en una cárcel está a salvo de otro ladrón.
¿Cómo me convertí en un loco? De Gibran, Cajal y Gibran. El loco.
Cuando empachan la normalidad. Viajo buscando en la adversidad. Mientras me indiquen la salida.
Nunca escucha a quien no se anima. Fotografío al observar. Pienso solo porque hay que vivir.
Yo solo vivo porque siento. Sé que hable con placer.
Comentarios de Las máscaras que usamos 6o2t4f