Marion Donovan y la historia del pañal - Las Fuentes de la vida | LBP 6t3n3r

Estás escuchando La Biblioteca Perdida, un podcast de divulgación histórica hecho por y para amantes de la popella de la humanidad. Nuestro programa es semanal, y está compuesto por diferentes secciones y temas. Esta que vas a escuchar es solo una pieza más de las que componen cada entrega. Te rogamos que tengas en cuenta que originalmente se emitió en un programa estructurado de anteriores temporadas, por eso las referencias de actualidad o cuestiones como sorteos están obsoletos. Síguenos en iVox, así como en nuestra página web www.lavibliotecaperdida.info para estar al tanto de nuestras novedades.

Comienza la aventura. Las Fuentes de la Vida. Tal y como anunciábamos en el sumario, hoy inauguramos una nueva sección, Las Fuentes de la Vida. Quizá poco convencional, pero ya sabéis que si algo caracteriza a nuestro programa es la variedad de temas y enfoques desde los que abordamos la historia. Sabéis también que en pocos años la familia bibliotecaria se ha ampliado a través de la mayor aventura que vivimos los seres humanos, de hecho una de las dos únicas aventuras que compartimos con el conjunto de la humanidad.

Y es que en este programa durante más de una década hemos hablado de gestas, conquistas, batallas, hazañas de toda índole, pero pensemos, ¿acaso hay mayor aventura que nacer? ¿Mayor reto o transición que ser alumbrado al mundo? Pero claro, nadie cuenta las hazañas que no recuerda, y sin duda esto le resta épica al asunto.

Porque imaginemos, si fuéramos capaces de recordar la chispa que encendió nuestra gestación, que además, por más que la ciencia explique, seguiremos asimilando la magia. Si pudiéramos narrar lo vivido durante las 9 lunas de refugio en el útero materno, si alguien pudiera transmitir ese momento de caos donde tiemblan las paredes del hogar, rompen las aguas que temecieron y tras un túnel llegamos nada más y nada menos que a un nuevo mundo.

A buen seguro, sería el relato más impresionante y apasionado de cuantos salieran de nuestra mente a lo largo de nuestra vida. Lamentablemente, no podemos saber qué pasa por nuestra recién nacida cabeza en ese trascendental momento en el que damos un pequeño, y metafórico, paso como personas, pero que tenemos en común, como decía, con el resto de la humanidad.

Pero sí que podemos traer pequeñas historias que nos hagan poner en valor esa gran aventura, y para ello, en esta nueva sección, queremos hablar de maternidad, de paternidad, de crianza, de concepción, de cuidados, de nombres grandes y pequeños que nos han llevado a entender o a sobrevivir a esos primeros años de vida, ya sea como pequeños seres indefensos o como progenitores que se desviven en sacarlos adelante. A menudo decimos que las cosas pequeñas también son parte de la historia, y creo, sinceramente, que la cortina de lo cotidiano esconde muchas de las claves no solo para comprender el mundo, sino para hacer del mismo un lugar mejor.

La primera protagonista de esta nueva propuesta será, por justicia dado el tema que nos ocupa, una mujer, Marion Donovan. Si hoy la recordamos, es por su faceta de inventora, y lo presente que ha estado, su mayor aportación a la humanidad, que no es otro que el pañal moderno, incluso el pañal desechable. Si alguien tacha este invento como irrelevante, es que nunca ha tenido que cambiar uno.

Recordad lo que os decía, porque esta es una buena muestra de ello, lo cotidiano sostiene el mundo, y en este caso en particular, los fluidos de las criaturas, claro está. Por cierto, que no sé si en este audio usar eufemismos como este de los fluidos, usar lenguaje infantil en plan pipí y popó, o directamente hablar de orin y de caca de bebé, que también son términos muy cotidianos, aunque no gocen de musicalidad para la radio.

Marion O'Brien, en su nombre original de soltera, nació en Fort Wayne, Indiana, el 15 de octubre de 1917 año, en el que su país, por cierto, los Estados Unidos de América, se sumaban a la gran guerra que asolaba el mundo, pero que particularmente hacía estragos en la vieja Europa, continente, por cierto, del que habían salido los migrantes alemanes.