Marine Le Pen, la ‘extrema derecha’ y la política de Jesús 4p3k2d

Hola amigo, les saluda Pedro Tárquiz y tenemos como cada semana, salvo excepciones, a César Vidal al otro lado de la línea. Muy bienvenido, como siempre, César. Muy bien hallado, Pedro, en un Washington que se ha convertido en primaveral. Hace dos noches tuve que encender el ventilador. Con eso te digo bastante para poder dormir. Bueno, antes de entrar en el tema que vamos a abordar hoy, que tiene que ver con lo que se llama política de extrema derecha, queremos felicitarte por el que ya aparece la primera copia de tu ejemplar de la Biblia de Estudio, que hemos comentado aquí en otras entrevistas.

Sabes que ya se puede comprar en preventa en Amazon, pero seguramente hay gente que la va a tener en sus manos, Dios mediante, a finales de mayo, inicios de junio, y tendremos un par de presentaciones importantes aquí en Estados Unidos. Seguramente tendremos otras en distintos lugares. Creo que ha sido un trabajo de años improbo. Pues, como decíamos antes, el tema de extrema derecha vamos a cogerlo a partir de lo que ha sucedido con Marine Le Pen, que ha sufrido un juicio con una sentencia que podría llegar a inhabilitarla y dicen que es porque hay una razón política detrás, que es que tenía muchas posibilidades de las próximas elecciones ser la candidata más votada, incluso llegar a aspirar a la presidencia. ¿Qué es lo que crees tú que realmente ha ocurrido? Hay varias cuestiones previas.

Vamos a ver, existe una costumbre en que los partidos y los políticos que son antiglobalistas ya de entrada se les cuelga el San Benito de extrema derecha y arreando con los faroles. De estos partidos ninguno es de extrema derecha, es decir, ni Orbán es de extrema derecha. En términos económicos es un liberal. En términos de política internacional sería un partidario de la neutralidad, pero Hungría está en la OTAN y no le queda más remedio que tragar con la situación que existe.

Y en otros términos es antiglobalista porque, por ejemplo, es partidario de la vida de la familia. Es lo mismo que pasa con Fico en Eslovaquia, que tampoco es ni de lejos de extrema derecha. Es lo mismo que pasa con Abascal, con todas las diferencias que pueda haber entre unos partidos y otros, y con Vox en España. Es lo mismo que pasa y, bueno, ahí la cosa todavía estaría más diluida. Mucha gente estaría dispuesta a encuadrarla en la derecha seca, son el centro derecha que la extrema derecha, con Giorgia Meloni.

Y es lo mismo que pasa con Marine Le Pen. Es decir, esa referencia a la extrema derecha pues es una manera de satanizar a determinadas opciones de carácter político. Lo mismo que pasa con Alternativa por Alemania, por poner otro caso bastante importante. Por regla general nadie habla de extrema izquierda.

Es decir, que esto es algo curioso porque sí que hay una extrema izquierda y, además, yo creo que claramente identificada, pero el calificativo de extrema se suele omitir porque se considera insultante. ¿Y quién es Marine Le Pen? Bueno, vamos a ver. Marine Le Pen habría que encuadrarla dentro de una línea de política patriota que, aparte de ser una política patriota, es muy moderadamente contraria a la agenda globalista.

Es decir, muy moderadamente porque, por ejemplo, en cuestiones de ideología de género, Marine Le Pen no es una persona beligerante, ni muchísimo menos, porque en cuestiones de defensa de la vida de la familia, pues tampoco es especialmente beligerante, ni muchísimo menos. ¿Pero qué es lo que hace que a Marine Le Pen se la califique como de extrema derecha? Su padre posiblemente sí hubiera podido encuadrarse en una extrema derecha porque, además, era un hombre que tenía una experiencia durísima de la guerra de Argelia.

Pero la verdad es que Marine Le Pen ha ido centrando cada vez más el partido y eso explica que de las tres elecciones presidenciales a las que se ha presentado en 2012, en 2017 y en 2022, cada vez haya ido avanzando más y la sensación que da es que, efectivamente, podría ganar las próximas elecciones presidenciales. De hecho, en las últimas elecciones presidenciales las perdió en segunda vuelta, pero pasó a la segunda vuelta y las perdió con casi el 42% del voto. Es decir, que fue una victoria grande la de Macron, pero vamos tampoco para lanzar las campanas al vuelo.