
Descripción de Jordi Sans, waterpolista en Barcelona’92 lh5b
Hacemos memoria de las Olímpiadas de Barcelona conversando con uno de los jugadores de la selección española de waterpolo que consiguió la medalla de plata. Jordi Sans que ha participado en 5 juegos olímpicos, nos cuenta como vivió Barcelona’92 (la villa olímpica, la final de waterpolo, sus vivencias….) Podcast publicado 29 julio 2017 l1b1b
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Trozos de vida, trozos de radio. Manolo Garrido.
Soy Jordi Sanz, exjugador de la selección española de vallarpolo.
He estado en cinco Juegos Olímpicos y, para mí, los Juegos de Barcelona 92 fueron irrepetibles.
Unos Juegos en los cuales se volcó toda una ciudad, todo un país, un voluntariado increíble y, por eso, he estado en cinco Juegos Olímpicos.
Todos han tenido cosas muy especiales, pero, sin ninguna duda, Barcelona 92 fueron unos Juegos irrepetibles.
Pero, Jordi Sanz, Barcelona 92 también fue la final de la plata.
Parece mentira que se recuerde al vallarpolo, no por la plata, sino porque el oro que no se consiguió.
Sí, desgraciadamente es así.
Nosotros teníamos, y esto lo tenemos que decir, teníamos un objetivo muy claro.
El objetivo no era ganar una medalla de oro, el objetivo era hacer una medalla en tu casa, en Barcelona.
Tengo que recordar que el vallarpolo nunca había conseguido una medalla, pero ganamos en semifinales a Estados Unidos y, claro, cuando llegas a una final, ¿quién es el tonto que no quiere ganar esa final? Entonces, lo que para nosotros se había cumplido, que era un objetivo, que era conseguir una medalla, y ya era la medalla de plata, se transformó en una decepción absoluta más nuestra que de la propia gente.
Porque nosotros jugábamos delante de 13.000 personas, jugábamos delante de nuestra familia, de nuestros amigos, de todo el mundo, porque éramos el último deporte que jugaba antes de la clausura, no había ningún deporte más.
Por tanto, todo el mundo estaba ahí y aquello fue aún una decepción más grande para nosotros.
Cuando uno ve las imágenes, la expresión de tristeza, eso es inolvidable, ¿no? Es el momento también triste, ¿no? Sí, sí, lo tengo muy en mente, lo tengo tan en mente que recuerdo que nos tenían que empujar a nuestros directivos para ir a recoger la medalla.
Había gente que no podía casi ni literalmente salir del agua, había gente que estábamos tirados en el suelo y que solo llorábamos y que no éramos capaces ni de levantarnos.
Yo recuerdo cuando subimos en el pódium que les dije a mis compañeros, tenemos que aplaudir al público, porque el público nos aplaudía, pero a rabiar, y nosotros estábamos allí como si no hubiésemos conseguido nada.
Realmente es contradictorio, pero fue una realidad.
Nosotros queríamos ganar ese oro delante de toda nuestra gente y no pudo ser, y además de la manera que fue.
¿También hubo un punto y aparte para el baterpolo en sí a partir de Barcelona 92? Sí, sí, no hay ninguna duda.
O sea, Barcelona 92 a nosotros lo que nos dio es esa catapulta de popularidad, esa catapulta de que se volcaran los medios con nosotros, incluso patrocinadores, y eso a nosotros nos dio mucha motivación.
Tienes que tener en cuenta que había gente muy joven y había gente más veterana.
O sea, eran mis terceros Juegos Olímpicos.
Yo recuerdo perfectamente en el vestuario, hablando con Manuel Estiarte, que estuvimos dos horas para salir del vestuario, decir, nos retiramos del equipo nacional.
O sea, se ha acabado un ciclo después de estos Juegos Olímpicos.
Difícilmente vamos a conseguir volver a estar en una posición de medalla porque a cuatro años vista no sabéis lo que va a pasar en tu vida.
Y el ver el apoyo de toda esa gente, de los medios de comunicación, de los directivos, de todo el mundo, es lo que nos hizo, cuando volvió a salir el sol, porque la verdad es que estuvo bastante tiempo muy nublado, cuando volvió a salir el sol, ponernos nuevos objetivos y tirar para adelante y volvernos a levantar.
Pero, sobre todo, lo más importante es que se juntó una generación con un talento increíble, con cuatro o cinco de los mejores jugadores del mundo y que aquello nos ayudó, aquella medalla de plata, aquella amarga medalla de plata, nos ayudó a madurar para cuatro años después, ser capaces de volver a conseguir una medalla y, esta vez, ser campeones olímpicos, que es tocar el cielo en el deporte.
A nivel deportivo general, los Juegos de Barcelona, Jordi, ¿significaron también un punto y aparte, globalmente, en todas las disciplinas deportivas? Sí, yo creo que sí.
Yo creo que fue cuando se creó el programado, unos años antes.
Esto lo que hizo es permitir a los deportistas que se pudieran entrenar con muchísimas más ganas.
Era evidente de que, no tan solo aquí en Barcelona, sino que cualquier ciudad que organiza unos Juegos Olímpicos invierte muchos más recursos para conseguir más medallas.
No en vano, creo, si no recuerdo mal, que los Juegos de Barcelona, realmente, han sido los Juegos con más medallas que hemos tenido en este país.
Pero, a pesar de eso, yo creo que, en general, los Juegos Olímpicos, en general, han sido los Juegos con más medallas que hemos tenido en este país.
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