Jesús del Gran Poder 4s726f

PASEOS POR LA SIERRA CON ALBERTO GARÍN Si caminas por el centro de Sevilla, por la calle Cardenal Espinola adelante, al fondo puedes ver la torre campanario de la iglesia de la parroquia de San Lorenzo. Una de esas parroquias establecidas tras la reconquista de Sevilla por Fernando III el Santo, allá a mediados del siglo XIII, pero que ha sufrido una cantidad importante de transformaciones, pues los restos edificados más antiguos que quedan de esta iglesia son del siglo XIV, pero la mayor parte de la obra que hoy se observa ya es de tiempos posteriores, de finales del XVI y sobre todo de comienzos del XVII, cuando da traza al templo Diego López Bueno.

Más cuantas reformas que se llevaron adelante durante el siglo XVIII e incluso en el mundo contemporáneo. Y muy especialmente en ese mundo contemporáneo llama la atención un segundo templo anexo a la parroquia original de San Lorenzo, situado al este de esta iglesia de San Lorenzo. Y este segundo templo es la basílica menor de Jesús del Gran Poder, probablemente una de las imágenes que concita mayor devoción en Sevilla y en todo el orbe católico. Es curioso porque, visto desde fuera, esta basílica no parece contarnos la gran obra que encierra al interior. Pero en la plaza de San Lorenzo, que se queda por delante de la basílica del Gran Poder y de la propia parroquia de San Lorenzo, nos van quedando algunos detalles que nos empiezan a contar la historia de lo que sucede dentro de la basílica.

Porque al final, esta plaza es ese gran atrio al que el Cristo del Gran Poder tiene que salir cuando procesiona por Sevilla en Semana Santa, en la madrugada del Viernes Santo. Y en este gran atrio los recuerdos al Cristo del Gran Poder los encontramos por doquier. Indudablemente, aunque la vieja iglesia de San Lorenzo ya no alberga la escultura, contra los muros de esta vieja iglesia encontramos estas imágenes en azulejo tan hermosas, ya de época contemporánea, que nos vienen a recordar que, en efecto, estamos ahí donde se venera esta imagen de Jesús. Muy interesante, porque es una de las características de Jesús del Gran Poder. No importa que la imagen original sea de comienzos del siglo XVII hasta el siglo XXI, sigue concitando una creación artística.

Y eso que en la plaza se ha puesto una escultura dedicada al escultor que elaboró la talla, Juan de Mesa, nacido en Córdoba en 1583, discípulo de Martínez Montañés, a quien ya había dejado para abrir taller propio en 1615, y que fue quien elaboró este Jesús del Gran Poder para 1620. Juan de Mesa moriría relativamente joven, con cuarenta y pocos años, enfermo de tuberculosis. Pues bien, como decíamos antes, esta imagen del Jesús del Gran Poder, que había tenido diferentes lugares para ser albergada, y que llegó a la iglesia de San Lorenzo a partir de 1703, hoy cuenta con basílica propia. Una basílica que en fachada de partida quizás no llamé la atención, sobre todo porque sus arquitectos hicieron una solución entre neorrenacentista y neobarroca, puesto que la construyeron entre 1960 y 1965.

Es por tanto una edificación muy reciente. Por cierto, sus arquitectos fueron dos maestros sevillanos, Alberto Balbotinorta y Antonio Delgado Roch, que decidieron, en esa fachada, no romper con las formas habituales del centro histórico de Sevilla, dominados por las arquitecturas de los siglos XVI, XVII y comienzos del XVIII, y ahí que, insisto, no llama especialmente la atención, más allá de que quizás se vea excesivamente nueva para los parámetros habituales de las iglesias sevillanas. Pero desde el momento que entramos a la basílica, ya entendemos que estamos ante una arquitectura contemporánea, más allá de que las soluciones espaciales sean las propias.