La inteligencia artificial al servicio de la navegación 122n2t

Las caras del mar, nombres que salvan la vida y salvan la mar. Un podcast de salvamento marítimo.

16 de marzo de 1998. El Peix del Mar 7, un barco de bandera española, faenaba en aguas de Agadir. Trabajaban para el arrastre, marisco, gamba, langostino, en un barco con dos artes, uno por cada brazo. Y de repente ocurrió. Todo fue muy rápido. El barco empezó a escorar, un enganche, una piedra, se paró. Algo no iba bien. No dio tiempo a salir. El barco dio la vuelta tan rápido que se quedó con aire. Aún estuvo 14 horas a flote. Algunos de la tripulación lograron salir buceando y se agolparon en el casco, guilla el sol. En la noche había luna y calmita, pero en marzo, en Agadir, el agua estaba a 16 grados.

Eran 7. Al resto ya no les vieron. No tuvieron tiempo de salir. Allí, en el casco, aguantaron durante 14 horas. Se arroparon entre ellos, abrazados, agarrados para evitar el frío, esperando que llegara la ayuda con la luz del día, que alguien les echara de menos. Los barcos de la misma empresa pasaban cerca, muy cerca, a 600 metros, gritaban, pero no se enteraban de nada. Se tumbaron para darse calor, muy pegaditos como sardinas, recordaba luego el marinero José Antonio Hernández. Te entra sueño, calambres en las piernas, pero había que evitar dormirse.

Sin luces y con el barco dado la vuelta de color gris, pensaban que era un ejercicio que estaba haciendo la armada y se alejaban para no molestar. Estuvieron 28 horas perdidos en el mar. El naufragio fue el día 16 de marzo a las 11 de la noche. No les rescataron hasta las 3 de la madrugada del día 18. Nadie les había echado de menos hasta que los propios compañeros del Peix 6 de la misma empresa se dieron cuenta de que algo pasaba. Habían quedado para hacer un recambio y no había ninguna señal. Después de llamar a Marruecos para comprobar que el barco efectivamente había salido de Agadir en la fecha prevista, empezó la búsqueda por mar y aire.

Las horas jugaban en contra. Sobre las 14 horas del día 17 el barco se hundió. Salieron tres aros salvavidas. A uno se agarró el marinero Eugenio. Un segundo fue para José Antonio y el tercero para el engrasador. El resto de la tripulación se subió en bidones, palés. Estos fueron los primeros en ser encontrados a las 8 de la tarde. José Antonio y Eugenio tuvieron que esperar a las 3 de la madrugada del día siguiente. 28 horas desde que el barco volcó. 1.680 minutos decisivos para vivir o morir. Por fin en la zozobra de la noche alguien los escuchó. Por fin alguien los vio y paró las máquinas. Echaron la escala. José Antonio pudo nadar y subir por sus medios.

Al compañero lo tuvieron que amarrar. Estamos a salvo. De los 15 tripulantes sólo cinco salvaron la vida. Tremendo Grumete Maite ¿verdad? Te veo afectada. Afectada y aliviada de saber que nuestro marinero en la salvamar Alcaíz, en Mazagón, José Antonio Hernández, uno de sus protagonistas, lo pudo contar.

Pero es tremendo. 28 horas perdidos. 28 horas que en la mente de sus protagonistas no se pueden olvidar. Y digo yo, con los medios que tenemos ahora, Carmen, no sé si se podría haber evitado, pero igual sí que se podría haber dado una respuesta más rápida. Bueno, evitado, yo creo que los accidentes, por desgracia, no podemos evitarlos.

Pero lo que sí pienso es que con los medios de los que disponemos actualmente, el resultado pues habría sido distinto. Y es que salvamento marítimo está en continua evolución. Siempre estamos pendientes de las nuevas tecnologías para intentar aplicarlas al salvamento de la vida humana en la mar. Pero estoy segura de que nuestra experta en innovación nos lo podrá explicar mucho mejor que yo.

Hoy tenemos con nosotros a Elena García. Hola Elena, ¿qué tal? ¿Qué tal todo? Muchas gracias por haber aceptado la invitación. Muchas gracias a vosotras. Porque tú eres la verdadera Elena, ¿no? No habrás enviado a una inteligencia artificial en tu lugar. No, la verdad es que todavía no hemos llegado a ese nivel de desarrollo, pero dentro de unos años...