In ictu oculi - Programa 33 5p6j1v

En Radio Proverso Inictu Oculi, tu programa sobre arte dirigido y presentado por Lourdes Paez Morales.

En el madrileño Paseo de Recoletos, esquina Salustiano Olózaga, se encuentra un palacio construido por el arquitecto Narciso Pascual y Colomer, que es el palacio del marqués de Salamanca.

En la vista aérea que realiza en el siglo XIX Alfred Guesdon, del que hablamos ya en el capítulo 24, justo pues al lado de las ventas de la Puerta de Alcalá, del Pósito y de la fábrica de Carruajes, aparece ya este palacete, que es de estilo italiano. La azarosa edificación del mismo pues corre paralela a la fortuna y también los infortunios de este marqués de Salamanca, del que hoy vamos a hablar por muchos motivos.

Comenzamos. ¿Quién era el marqués de Salamanca? Pues bien, el marqués, que era malagueño de nacimiento, se llamaba José de Salamanca y Mayor, y se le concede en 1866, por parte de Isabel II, este marquesado en virtud de los múltiples servicios que había ofrecido a la corona española. Los más destacados fueron la lucha contra el absolutismo de Fernando VII y el posterior apoyo a la regente María Cristina en favor de su hija Isabel II frente a la facción carlista. Por cierto, el marquesado se le llamó de Salamanca por su apellido, por el apellido de este personaje, porque poca vinculación tuvo realmente con la ciudad universitaria.

Pero hoy queremos hablar de una faceta de este personaje que está directamente relacionada con nuestro programa, dado que tuvo una estrecha relación con el arte, pero también, en este caso, con la arqueología. Y es que el marqués de Salamanca, sobre todas las cosas, era un emprendedor. Fue promotor de numerosas vías ferroviarias en España, no en vano fue el promotor de esa famosa primera línea ferroviaria Barcelona-Mataró, pero continuó también su negocio ferroviario más allá de nuestra frontera, apoyando la creación de nuevas líneas ferroviarias en otros países como Francia, Alemania, Portugal, Estados Unidos e incluso Italia.

Y es esta última donde surge esta historia que vamos a contar hoy en Initu Oculi. En esta época, en las décadas centrales del siglo XIX, el ferrocarril, como sabemos, pues comienza a llegar a los lugares más recontos de cada país. Pues es durante el trazado de estas líneas ferroviarias como acaban aflorando multitud de yacimientos. De hecho, en Almería concretamente, que la tenemos cerquita, la explotación de la cuenca minera del río Almanzora, desde la década de 1840, pues tuvo a finales del siglo XIX, con esa continuación de las excavaciones mineras, pues su continuación, como digo, en herrerías y en villaricos.