Homilía de Don Alberto Sánchez, 7 de abril de 2025 1n4i4g

¿Vosotros conocéis al Padre? Esta pregunta que Jesús hace a los fariseos o este reproche que Jesús hace a los fariseos quizá también a veces nos las pueda hacer a nosotros.

Vosotros juzgáis según la carne, vosotros ni me conocéis a mí ni a mi Padre, si me conocierais también a mí, conoceríais también a mi Padre.

¡Qué palabras tan duras por parte del Señor! ¿Por qué los fariseos no conocen al Padre y eso que estaban todo el día con oraciones, todo el día cumpliendo los preceptos religiosos, cumplían cientos y cientos de preceptos y en cambio no conocían a Jesús y no conocían al Padre? Es un misterio que como digo también a nosotros a veces nos puede pasar.

La clave es esto de lo que habla Jesús del testimonio, dice no me conocéis porque no escucháis los testimonios que se os dan sobre mí y en concreto aquí Jesús habla de tres testimonios.

El testimonio que da el Padre, el testimonio que da Jesús de sí mismo y el testimonio que dan las Escrituras.

Todos estos testimonios luego se unen a otros testimonios de los que también habla Jesús en el Evangelio de San Juan como puede ser el testimonio de las obras que Jesús hace, el testimonio de Juan en lo autista.

¿Qué es el testimonio? El testimonio es cuando alguien me dice algo asegurándome su verdad, yo doy testimonio de que esto que te estoy contando es verdadero y cuanto más de fiar sea la persona que nos da testimonio, más verdadero es aquello que nos dice como testimonio, no es lo mismo una persona digna de fe que una persona que mienta habitualmente a la que por mucho que hable, pues por muchas cosas que dirán no se le creen.

Entonces para responder a la pregunta ¿conozco a Jesús?, ¿conozco al Padre?, antes tengo que responder a la pregunta ¿Quién me ha dado a mí testimonio de Jesucristo?, ¿Quién me ha dado testimonio del Padre?, ¿Quién me ha hablado de Dios? Y aquí empieza a responderse poco a poco la pregunta, no hemos conocido a Dios de forma abstracta, de forma infusa, no hemos conocido a Dios porque de repente hayamos dicho pues crónico.