¿Quién me inspiró a ser periodista? La verdad detrás de mi vocación c136x

Cuando era niña, mientras otros veían dibujos animados, a mí me pasaba algo completamente diferente. Yo estaba allí, en ese televisor, viendo historias, casos no resueltos, crímenes, viajes y mucho más. Yo no entendía por qué estaba tan fascinada con algo completamente diferente para mi edad. Tampoco entiendo si realmente en aquel momento lograba discernir el mensaje. Sin embargo, me atrapaba en esas historias reales. Me quedaba envejecida, reflexionaba y aprendía muchísimo. Y siempre me preguntaba qué se debe sentir estar allí, qué se debe sentir conocer a esas personas, entrevistarlos, llevar toda esa historia.

Y eso fue con muchos años rodando mi cabeza. Y nunca me puse a pensarlo hasta ahora cuando, buscando en el Mes de la Mujer, quién eran esos referentes de los que quería hablar.

Y me di cuenta que mi historia profesional se vio marcada muchísimo en tres mujeres venezolanas que aparecían en la pantalla de televisión de mi país. Una era Ana Bacarela, Valentina Quintero y Marieta Santana. Tres mujeres distintas, tres estilos de hacer periodismo distintos. Pero quédense para que conozcan un poco de cómo estas mujeres lograron marcar mi carrera profesional. Yo soy Helene Wilwood y esto es Activando tu Día.

Lo primero es Valentina Quintero. Esta mujer fue una primera gran inspiración para mí. Yo recuerdo que me paraba muy tempranito a ver Bitácora y además viajaba porque ella recorría por toda Venezuela, en esos pueblos recónditos. Y yo lo veía y me asombraba cómo comía cosas o se trepaba un árbol, cruzaba ríos, hacía cosas increíbles.

Y no era solo como turismo, si no era eso. Era buscar como la tradición, la identidad en espacios que yo no sabía que existían en mi país. Entonces su forma de narrar, que ahora le llamamos storytelling, no era típica, presentadora de lo que uno veía en la televisión. Era como muy refinada, pero a la vez como autóctona.

Entonces era como fácil de entender, hasta para mí, que era una niña en ese momento. Ella mantenía la historia, de verdad que sí, me gustaba, conversaba con la gente y lo hacía como con amor, ¿no? No sé, eso es lo que yo les acelero de mi propia experiencia. Ustedes pueden dejar en los comentarios también. Pero gracias a ella yo entendí que el periodismo no es solo de grandes titulares, sino que el periodismo está ahí, en la calle, en los pueblos, en lo obvio, en lo mucho más obvio, en la génesis de las cosas, en lo que omitimos.

Y que de verdad se puede desarrollar un amor profundo por una comunidad, por un país, y enaltecerlo y sacar las cosas positivas que hay allí. Entonces, la verdad que sí, entendí muchísimo. Y después les voy a decir cómo entendí todo esto, porque era una niña, ¿no? Ahora después les voy a explicar cómo la entendí de adulto.

Porque, bueno, años después, cuando tomo micrófono y decido contar mi propia historia, entendí que sin darme cuenta, ella había sembrado esa semilla en mí, una manera de ver, de narrar y lugares a donde yo voy, y que los veo de forma diferente. Lo otro fue, que les decía que es totalmente distinto, es una periodista que se llama Marieta Santana.

De verdad, era increíble, porque el periodismo que pregunta lo que nadie preguntaba. Era súper incómodo para los entrevistados, sí, pero era muy sagaz. O sea, ella era como muy valiente, además con el cabello corto, mientras todo el mundo tenía un estereotipo cabello largo, entonces se veía como ruda, y sentaba, y decía, y ahí iba un público, y hacía reportajes, y llamaba a puerta cerrada.

Entonces, bueno, de verdad que sí, Valentina me mostró el lado humano del periodismo, Marieta Santana me enseñó la fuerza de la investigación. De verdad, miren, yo era una niña, como les digo, pero me atrapaba cerrarme a la puerta cerrada. O sea, era un programa fuerte, y sin rodeos, entonces yo no sé cómo me dejaban verlo, pero donde se hablaba hasta de crímenes, de justicia, temas políticos, era como que así,