ECOS DE LOS CEREZOS 6z706o

El eco de los cerezos el pueblo de ana mizuki escondido entre montañas y ríos caudalosos siempre había sido un lugar lleno de vida sus calles empedradas serpentean entre casas tradicionales de madera y los cerezos florecían cada primavera tiñendo el aire con su dulce aroma para aiko de veinticuatro años es este rincón del mundo era más que un hogar era el refugio donde su corazón siempre volvía incluso después de que los sueños la llevarán lejos había pasado los últimos cinco años estudiando arte en tokio su regreso al pueblo tras graduarse estaba lleno de promesas y de anhelos traía consigo un cuaderno lleno de bocetos una paleta de colores desgastada y una carta sin abrir esa carta con la caligrafía de su madre había llegado semanas antes pero hay co no había encontrado el valor para leerla algo en el sobre le hacía sentir que contenía un secreto pesado un hilo que si se tiraba podría deshacer el delicado tejido de su vida cuando llegó a la vieja casa familiar la encontró casi igual que siempre las paredes de madera olían a tiempo y el jardín estaba lleno de hierbas altas que nadie había cuidado en meses suma dre midori había fallecido hacía un año y el lugar parecía reflejar su ausencia su padre harto no estaba cuando llegó había salido temprano a trabajar en los campos de arroz que tanto cuidaba esa noche mientras la luna iluminaba las hojas de los cerezos aiko se sentó en el tatami de su habitación en tendió una lámpara y con manos temblorosas abrió la carta de su madre las palabras escritas con tinta negra fluían como un río cargadas de emoción querida aiko si estás leyendo esto significa que has vuelto a casa no sé cuánto tiempo habrá pasado desde que escribí estas palabras pero espero que encuentr tres en ellas el amor que siempre he querido darte hay algo que necesito contarte algo que he guardado en silencio durante demasiado tiempo tu padre no es tu padre biológico antes de casarme con naruto conocí a un hombre llamado satoshi fue un amor breve intenso y trágico cuando descubrí que estaba embarazada él ya no estaba en mi vida harto aceptó casarse conmigo y criarte como su hija con el amor más puro que he visto en alguien nunca quise que lo supieras porque temía ro ver tu mundo pero ahora siento que mereces conocer la verdad te amo con todo mi corazón mamá el silencio que siguió a la lectura de la carta fue tan profundo que incluso los suspiros del viento parecían contenerse aiko se quedó inmóvil con la carta temblando en sus manos un torbellino de emociones la envi elvio confusión enojo tristeza y un eco de curiosidad por ese hombre llamado satoshi un nombre que hasta ese momento era desconocido a la mañana siguiente enfrentó a haruko con la carta él no intentó negarlo sus ojos cansados por los años la miraron con una mezcla de tristeza y alivio quería contártelo tantas veces aiko dijo con voz quebrada pero siempre pensé que era más importante proteger tu felicidad para mí siempre ha sido mi hija aiko lloró en silencio sin saber cómo encajar las piezas de su identidad decidió sin embargo buscar a satoshi no era por deslealtad hacia bruto sino porque necesitaba respuestas entender la mitad de su historia que hasta entonces había estado en sombras su búsqueda la llevó a una ciudad cercana donde descubrió que satoshi había fallecido hacía años en un accidente automovilístico sólo encontró a una mujer yumi que había sido su hermana yumi le recibió con una mezcla de incredulidad y ternura al hablar con ella a co comenzó a armar el rompecabezas de quien había sido su padre biológico un hombre apasionado por la música que soñaba con tocar el camisón en escenarios internacionales yumi le entregó una caja que satoshi había dejado dentro había fotos partituras y un diario al leer las páginas escritas por su padre hay consintió que lo conocía que entendía su amor por la vida y su lucha por encontrar un equilibrio entre sus sueños y la realidad regresó a ana mizuki con la caja sintiendo una ex araña mezcla de vacío y plenitud su arte cambió sus cuadros antes llenos de cerezos y paisajes bucólicos ahora estaban impregnados de emociones crudas la pérdida el amor la búsqueda de uno mismo se convirtió en una artista conocida en la región pero su éxito no llenaba el vacío que sentía un día mientras paseaba por los campos agobio a harto cuidando los cerezos su espalda estaba encorvada y sus manos estaban cubiertas de tierra en ese momento entendió algo profundo la paternidad no siempre está definida por la sangre sino por el amor la dedicación y los sacrificios silenciosos papá dijo aiko con vos