Descubriendo el sabor del semen p3. G 444o1v

Gracias por estar en sintonía. Si aún no estás suscrito, te invito a hacerlo y no te pierdas ninguno de nuestros episodios. Ahora sí comencemos. Descubriendo el sabor del semen. Parte 3.

Mi cama recibe una visita nocturna que me impide distinguir el sueño de la realidad. El ofrecimiento de tener un biberón a mano cuando necesitara mi hermano lo tomó al pie de la letra y no tardé mucho en poder comprobarlo. Apenas dos días después mientras dormía. Aquella noche me había ido a acostarme pronto porque estaba cansado. Mi hermano, sin embargo, se quedó en furia en la terraza con mis padres, con lo cual nada más lanzarme a la cama morfeo se apoderó de mí.

Al rato de estar durmiendo, al menos así me lo pareció a mí, porque no tenía noción del tiempo, empiezo a experimentar excitación. Mi polla comienza a resurgir de letargo porque en mi sueño me la estaban tocando, como lo hacía Sofía. Sin embargo, no era capaz de ver a nadie en el sueño, simplemente el goce de que alguien te esté tocando. La sensación era extremadamente agradable y cada vez era más consciente de la excitación que estaba experimentando.

Para entonces la polla podía ser perfectamente el mástil donde reposa una bandera. Las sensaciones eran tan agradables que no quería despertarme, sin embargo, cada vez más la excitación me estaba desvelando. Me movía para poder gozar más de aquel sueño que estaba teniendo. De pronto, las sensaciones son más placenteras todavía puesto que comienza a mezclarse la erección con una humedad semejante a cuando mi hermano introducía mi miembro en su boca.

Los deseos de tocarme cada vez eran mayores, necesitaba despertar para hacerme una paja que culminara aquel estado de excitación. No tenía plena seguridad de que aquel sueño me llevara a eyacular y lo necesitaba, quería agarrar aquella polla y hacer que explosionara de placer. Mi sorpresa fue mayúscula cuando al despertar descubro que no era un sueño, sino que mi hermano me había devuelto la visita nocturna de días atrás, tenía mi polla metida en su boca, contemplar aquella imagen, creo que todavía me excitó más y la polla dentro de la boca se hizo todavía más dura. No supe qué decir en ese momento, sólo le pregunté a mi hermano con un escueto qué haces. A lo que él repuso diciendo, pues que no tomé el vaso de leche y como me ofreciste que podía tomar cuando quisiera, pues me apetecía tomar. Le dejé hacer sin más.

Volvió a pasar su lengua por el glande que para entonces ya estaba bien lubricado y con su cabecita rojita comenzando a soltar algo de líquido fruto de la excitación. Conforme salía, su lengua lo recogía con suma dulzura y sin brusquedades. Agarró nuevamente el grueso de la polla que, sin ser muy grande de largo, sí tenía un grosor considerable. Mientras ésta permanecía en su mano, pasa su lengua por los huevos, lamiéndolos e introduciéndose uno y otro en su boca.

Algo nuevo comencé a experimentar. Yo estaba tendido sobre la cama con las piernas ligeramente levantadas, mientras su mano derecha agarraba mi polla, masajeándola lentamente y su boca hacía estragos en mis testículos. En ese instante, noto como algo se aproxima al agujerito de mi culo.

Un dedo de su mano izquierda comienza a escarbar el ano, masajeándolo al mismo tiempo que su boca comía huevos y la otra masajeaba el pene. Ese dedito comenzó a introducirse un poquito en el interior de mi ano para inmediatamente sacarlo y seguir jugando, masajeando el ano. Su boca dejó de jugar con el testículo que se había introducido para, ahora, pasar su lengua por aquel agujerito que había comenzado a explorar su dedo, sin dejar de agarrar el falo que tenía en sus manos.

Notar la humedad de la lengua queriendo introducirse también el interior de mi culo provocó que de mi polla saliera con más intensidad aquel líquido preseminal que cada vez era más constante. Yo le dejaba hacer, era el mejor de los sueños de los que era capaz de reconocer. Por un momento, no sé si estaba en clase de filosofía con Descartes, pues no era capaz de distinguir si estaba soñando o era realidad. Después de humedecer bien con la saliva la entrada de mi ano, nuevamente la lengua se fue a recoger el líquido preciado que estaba brotando de mi polla.

Mientras su lengua disfrutaba de aquel manjar, nuevamente siento como su dedo quiere entrar en el orificio de mi culo, ahora más lubricado, logrando que éste se introduzca hasta la mitad del dedo. Su boca vuelve a introducirse por entero el grosor de mi pene, mientras un continuo mete y saca está atravesando aquel agujero hasta ahora inexpugnable. Después de unos instantes sufriendo este goce inenarrable mi hermano saca su boca de mi polla se incorpora y me enseña su polla diciéndome, mira cómo la has puesto.

Me la acercó para que la pudiera ver bien en la oscuridad de la noche y estaba verdaderamente chorretosa, seguro que había dejado marcada la sábana donde se posaba. No puede evitarlo y me incorporé levemente para que mi boca la poseyera, cosa que hice sin la mayor dificultad. Mientras su mano derecha quería seguir hurgando en mi agujerito, llegando ahora a introducir dos dedos. Estos ya entraban y salían con relativa facilidad, mientras que mi mano derecha quería seguir hurgando en mi agujerito,