Cuarto Milenio: Tattarisuo 6dv6b

Una mano de mujer flota ingrávida en un moderno museo finlandés. Sería una perfecta diapositiva para empezar una inmersión en lo que muchos llamaron como fenómeno terror nórdico. ¿Se acuerda del terror nórdico? Esto es lo increíble, es la verdad. Como tantas modas, el código da Vinci, el tema de los cátaros, los modernos vampiros juveniles, las historias de magos adolescentes, todo tiene una subida y un abandono.

Durante un tiempo, hace unos 15 años, las librerías se llenaron de historias como los hombres que no han las mujeres, Stieg Larsson. Evidentemente todo el resto de editoriales del mundo intentaron pillar un trozo de ese éxito. El muñeco de nieve de John Nesbo son novelas. La bruja de Camilla Lackberg.

Y mucha gente dijo, ¿cómo está esta gente del norte? ¿Qué mundo viven? Es un mundo un poco tenebroso. Pasó lo mismo con el terror japonés cinematográfico. De pronto el mundo entero dijo, esta gente tiene un don para contar ciertas historias. Pero esas historias, evidentemente, están absolutamente preñadas de un ecosistema que viene de lo ancestral y muy antiguo.

Nuestro querido Diego Marañón, que es un gran cazador de historias, tenía un recorte de un viejo periódico finlandés. Hace mucho tiempo, hace prácticamente un siglo. Y me manda un correo electrónico, era todo muy de terror nórdico. Me mandaba un viejo edificio, que ahora descubrirán qué es. No les digo nada. Un viejo edificio con una chimenea.

Y me dice Diego, en la quietud de la madrugada, Iker, aquí hay una historia, seguro, para lo increíble es la verdad. Y nos ponemos a indagar. Y cuando yo indagaba junto a él, hay algunas imágenes, esto hay que decir que son fuertes, fuertes, no vamos a abusar de ellas.

Pero es un caso que, como no había terror nórdico conocido editorial, pues hubiese sido hoy esto, hubiera sido un superéxito mundial. Pero a veces las historias tienen sus propios tiempos. Y las casualidades han hecho que la historia del manantial de Tatarisúo fluya ahora hasta nosotros. Le he hecho hasta una música. Me quedé tan impresionado con esta historia que sí, a veces ocurre.

Espero que se funda bien en este viaje. ¿Vamos al terror nórdico? ¿Somos protagonistas de él? Un lugar cualquiera, donde nunca pasaba nada.

Tatarisúo. Agosto de 1930. Leo Lofman, muchacho de 14 años, regresa de la escuela estenuado. Tiene sed y se acerca al solitario manantial de Tatarisúo.

Se agache intentando beber. Y entonces descubre algo que le aterroriza. Una mano cortada. Una mano derecha. Una mano de mujer. La temperatura había permitido una buena conservación. Se avisó a la policía pero el caso se olvidó. Aproximadamente un año después, un camionero llamado Weinhof Voynen, en el mismo punto, descubre algo más pequeño pero igualmente inquietante.

Un pulgar humano le señalaba desde el agua.