El Crimen de la Guardia Urbana. 696p4n

Buenas noches, centinelas. Miren, si hubo alguien autorizado en el mundo para hablar
de la risa y del buen humor, ese fue sin duda Charles Chaplin, más conocido y famoso por
ese sobrenombre de Charlotte. Gracias a él sabemos que las risas, las carcajadas y el
buen humor han sido y seguirán siendo siempre el mejor vehículo para atravesar las cosas
más desagradables. Queridas y queridos oyentes, probablemente el centinela de la semana pasada no
pase a la historia como uno de los mejores de todos los que se han grabado en esta santa casa,
pero si hemos conseguido sacarles unas cuantas sonrisas e incluso algunas carcajadas,
lo de por bueno y más que amortizado. Por eso les recomiendo que lo escuchen,
si aún no lo hicieron, porque con este frío que hace y este clima tan desapacible,
no estaría nada mal hacer caso al gran poeta y dramaturgo Víctor Hugo cuando dijo aquello de
la risa es el sol que ahuyenta el invierno del rostro humano. Dicho esto, calcetines y
preservativos usados expuestos al público, pues como los de los Rolling Stones, también el Museo
del Cabello de la Cappadocia turca, el de las relaciones rotas, o el museo londinense Victor
Wynne que exhibe las caquitas de Amy Winehouse o de Kylie Minogue, entre otras mierdas célebres,
pues les digo y les aseguro que estos existen y pueden visitarlos cuando ustedes los deseen,
por el contrario el museo de las ventosidades y de los eructos envasados y que los visitantes
podían oler escuchar incluso donar dejándolos suavemente depositados en una bolsa, ese sí,
ese es un invento mío, por consiguiente, este es el museo falso, falso, inexistente,
pero por si acaso moscas es una costumbre mía y una manía mía, ya está patentado y registrado,
no vaya a ser todo un invento y yo soy Carlos Bustos, el centinela del misterio, vuestro
centinela del misterio, o no. Hace ya casi cinco años, concretamente en el mes de abril del año
2020, Rosa Peral y su amante Albert López fueron condenados a 20 y 25 años de cárcel por el
asesinato de Pedro Rodríguez, la pareja de ella, de ella menuda, de la ya mencionada guardia urbana
y peligrosa a más no poder, Rosa María Peral Viñuela. La justicia consideró más que probado
que ambos, Rosa y Albert, mataron a Pedro mediante un ataque violento con un objeto contundente,
no sabemos todavía quién asestó el golpazo contundente y aparentemente por el único
motivo de obstaculizar con unos celos compulsivos la relación entre ambos.