El crimen del Hotel Oriente. 4y2q5i

Crímenes y criminales con Luis Martín Edvalles Vamos a acercarnos al caso del crimen del Hotel Oriente de Teruel. Es un crimen del que he buscado en diversas informaciones en diversas páginas y no he encontrado nada mejor que el reportaje que dentro de caso abierto en el periódico de Aragón ha escrito Luis M.

Gavás. Un reportaje donde está todo tan perfectamente resumido que me voy a basar completamente en él para traeros a vosotros este caso y que todos lo conozcamos. Teodomiro Chumillas Flores. Tenía 23 años. Estaba recién casado.

Trabajaba en el Hotel Oriente de Teruel. Era parte de, digamos, de los empleados de la familia que que llevaba aquel pequeño hotel. La madrugada del 15 de noviembre, entre las 4 y las 5 de la madrugada, alguien llegó al hotel. Había sido un día tranquilo en el que no había ocurrido nada. Unas cenas, unas gente consumiendo, un pequeño concierto de jazz... No había nada que llamase la atención.

Pero justo a esas horas un grupo de personas, o quizá una, no se sabe muy bien, llegaron al hotel y acabaron matando a Mirin, como le llamaban, a Teodomiro. Allí él estaba en la recepción y se supone que lo mataron allí, pero su cadáver fue encontrado en el baño. Junto a él un rollo de papel higiénico con el que, al parecer, él intentó taponar la herida para no desangrarse. El corte que le habían hecho era tan certero, le cortaron tan profundamente en el cuello, que se le llevaron por delante la arteria, la orta...

Imposible de parar ese ese chorro de sangre. Murió segundos después. La autopsia sí lo determinó y además lo halló un cliente que, bueno, cuando bajó pues a la recepción encontró aquel panorama y llamó enseguida a la policía. En la primera inspección se revela que la agresión se había producido en la recepción y que luego se desplazó al baño. Que los rastros de sangre así lo determinaban.

También se pudo saber que la víctima había, digamos, sufrido esta herida por alguien que estaba a su espalda y que seguramente le estaba sujetando a su vez. Reconstruyeron los investigadores la escena del crimen como mejor pudieron, pero les faltaba lo principal. ¿Quién? ¿Quién hizo esto? Desde el inicio hablaban en la policía de que esto iba a ser muy difícil. La primera tesis que se puso sobre la mesa fue la de un robo violento. Es un hotel que está en la avenida Sagunto que tiene, digamos, de forma accesible el ir a la autovía Mudéjar.

Faltaban 10.000 pesetas y, bueno, se achacó por parte de los agentes que podía ser que los autores fueran delincuentes que simplemente querían robar algo en un hotel y que además pues no serían personas de la ciudad. Alguien itinerante. Esa primera línea, digamos, que podía ser lo más lógico. Podíamos pensar dio un giro tremendo cuando al día siguiente, horas después de que ya se había retirado el cadáver, ya era mediodía, en homicidio se registra un turismo que estaba aparcado junto al hotel.

Un citroenvisa. Lo sorprendente es lo que encuentran en su interior. Un muñeco de tamaño natural ensangrentado con clavos en los ojos y descuartizado. Pero no fue lo único que encontraron la policía allí. También encontraron varios juegos de rol. Enseguida la Policía Nacional, por supuesto, fue a detener al propietario de aquel coche, quien fue liberado el mismo día en el que se enterraba a Miriam.