Coffeebreak 36. El de los infrarrojos. Segunda parte 704x61

Bienvenidos a un nuevo Coffee Break, donde junto a una deliciosa taza de café les servimos una generosa dosis de información y consejos para una vida saludable. En esta ocasión retomamos una técnica que introducimos hace unos cuantos Coffee Breaks, explicando esta vez otra modalidad de aplicación. Hablamos de la fotobiomodulación, concretamente los infrarrojos lejanos. Empezamos.

Que no es realmente un arcoiris, es como una cúpula iris, pero que solo vemos una, solo alcanzamos a ver una franja, pero que si pudiéramos verlo todo veríamos esa especie de cúpula que nos rodea.

Sí, con todos los colores inimaginables.

Que yo dije cuatro o cinco que podíamos ver y al final eran una barbaridad de colores.

27.000 millones de colores. Si pudiéramos ver todo el espectro que llamamos infrarrojo, podríamos ver 27.000 millones de colores.

Increíble.

Pero creo que nos dejamos una parte, porque hablamos sobre todo del infrarrojo cercano, es decir, de esta parte del espectro electromagnético que está pegado a la parte que vemos, la parte roja del arcoiris, pero más lejos también está el infrarrojo que llamamos infrarrojos lejanos.

Exacto, hablamos del cercano y ahora tocaría hablar del lejano y si hacemos un pequeño recordatorio, esta técnica con luz se llamaba la fotobiomodulación, que era útil para cicatrizar, reducir la inflamación, manejar el dolor y regenerar células, entre otras cosas.

Y hasta hablamos del primer capítulo dedicado a este.

Exacto. Y en el primer capítulo, que es lo que comentaba Raúl, nos fijamos en esta luz cercana, que actuaba de una manera específica, que era que estimulaba la mitocondria para producir ATP.

Que si os decimos esto, nos quedamos diciendo, uy, ¿esto qué era? Pero ¿y si recordamos que hablamos de los midicronianos? Exacto.

El ejemplo que pusimos de los midicronianos, pues es esa manera que tenía de estimular la mitocondria y generar energía.

Pues hoy toca hablar del infrarrojo lejano.

Exacto.

Y que entra también dentro de este tipo de terapias con luz, que hablamos también que esta técnica llevaba usándose mucho tiempo.

Pero también es verdad que ahora, a lo mejor más debido a esta disonancia evolutiva que también comentamos, que nos exponemos menos al sol y han surgido estas nuevas técnicas de aplicación.

Para compensar un poco.

Exacto.

Y la que hablamos hoy tiene un origen curioso.

Tiene un origen en 1800, cuando un tal William Herschen descubrió esta radiación invisible mientras movía un termómetro a lo largo del espectro de colores.

A ver, ¿cómo fue esto? Cuéntanos.

Pues él movía el termómetro y observó que más allá del rojo, que en teoría ya no debería calentarse, pues el termómetro, ¡sorpresa! ¡Oh! Aquí hay más colores.

Exacto. Dice, no los veo, pero están ahí.

Y lo que nos explicabas tú, pues este señor ya se dio cuenta con un termómetro.

¡Qué impacto! Claro.

¡Qué colores que no veo! ¡Guau! ¡Imagínate! Nosotros ahora porque ya tenemos conocimientos, pero en ese momento debió ser, no, esto no puede ser, esto estará mal.

Y pues no, sí, había algo más, pero no lo podíamos ver.

Y de aquí descubrió los rayos infrarrojos.

Y en el siglo XX las lámparas de calor infrarrojo se empezaron a incorporar.