
Clame en mi angustia y me oíste - Pastor Luis Bravo 16m2l
Descripción de Clame en mi angustia y me oíste - Pastor Luis Bravo 1h381
Hay oraciones que se toman un tiempo en ser respondidas, eso nos podría hacer pensar que Dios se ha olvidado de nosotros o que no somos importantes para el, lo cual no podría estar mas lejos de la realidad. Sin embargo el enemigo de nuestras vidas, nos querrá hacer creer y sentir eso para que dejemos de clamar y buscar a Dios en oración, cuando el quiere que sepamos, que ninguno que clamo a El, El lo dejo sin respuesta. 6q6l6l
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
Ahí estamos. Bienvenidos, bienvenidos todos esta noche y también a los que nos acompañan siempre por internet también.
A veces no pueden venir y se conectan. Y también los que nos ven en otros lugares.
Esta semana nos escribieron de Chile enviando una petición de oración.
Sí, entonces vamos a estar orando el domingo por todas las peticiones y pidiéndole al Señor que las escuche.
Y quiero que me acompañen esta noche al Salmo 120, perdón. Salmo 120 y versículo 1. Salmo 120 y versículo 1.
Vamos a leerlo. Dice la palabra de Dios.
A Jehová clamé, dice, estando en angustia y él me respondió, dice.
Vamos a hacer una oración más y le vamos a pedir al Señor que él nos hable esta noche a través de su palabra.
Papito, te damos gracias, Señor, esta noche. Gracias por este tiempo que nos permites y nos das la bendición de poder estar reunidos para compartir y seguir aprendiendo de ti.
Gracias porque nos has dado este tiempo, Señor, de alabanza, de adoración en el que hemos podido alabarte, adorarte y expresar lo que hay en nuestro corazón.
Ahora te suplicamos, Señor, que tú nos hables una vez más en esta noche a través de tu palabra. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén, Señor. Amén.
Fíjense que me llamaba mucho la atención este versículo, me ponía el Señor en mi corazón, que muchas veces nosotros hemos escuchado que hay peticiones que tardan, ¿verdad? A veces presentamos nosotros peticiones delante de Dios y tardan un tiempo.
Yo tenía aquí el versículo de Éxodo 3, 7 y 8 también, porque ahí habla que el pueblo de Israel dice que clamó al Señor 400 años en Egipto.
Yo digo que aguante, ¿verdad? Yo no sé si hubiera aguantado tanto. Bueno, también fueron pasando muchas generaciones, pero pareciera como que no había una respuesta de Dios, ¿verdad? Como que Dios se había olvidado de ellos. Pero ellos siguieron clamando y siguieron pidiendo a Dios. Creo que quizá muchos hubieran cambiado de Dios, ¿verdad? Y hubieran dicho, ah, no, este Dios no responde, mejor busquémonos otro, ¿verdad? O como lo que le pasó a Abraham, que Abraham dice que estuvo esperando la promesa de Dios mucho tiempo.
Y al ver que la promesa no llegaba, llegó un punto donde dijo, llegó Sara, ¿verdad? Y le dijo, mira, si quieres te doy a mi esclava y tengo un hijo con ella y así cumples la promesa de Dios.
Y sí, dijo él, y se desvió del plan. Y hemos escuchado mucho que hasta hoy en día, ¿verdad?, siguen habiendo problemas entre árabes y judíos en Medio Oriente por un error que se cometió.
Quizá por no esperar el tiempo, pero esperar no es fácil, ¿verdad? Y hasta hay cantos que hablan de eso, ¿verdad? Esperar no es fácil. A veces tendemos a desesperarnos o hay varias cosas que nos pueden suceder, ¿verdad? Muchas veces nos desesperamos, otras veces tenemos, tendemos a pensar que Dios se olvidó de nosotros o que Él no nos escucha, ¿verdad? O decimos, ah, es que a ellos sí los escucha Dios, pero a mí no, porque yo le he estado pidiendo y no veo, y no veo la respuesta.
Y por eso a mí me llama mucho la atención el pueblo de Israel, ¿verdad? Porque esperó con paciencia y luego del Libro de los Salmos habla David y dice, pacientemente, dice, esperé al Señor, dice.
Y imagínense cuánto tuvo que haber pasado en esa paciencia con Dios y luego dice, y se inclinó a mí, dice después. Entonces llegó un momento donde esa paciencia y esa espera y esa confianza tomó fruto, porque el Señor vio el corazón y dijo, ah, éste ha estado esperando y ha estado paciente y le trajo la respuesta que tenía.
A mí no se me olvida en una oportunidad un pastor de la iglesia donde asistí antes, él estaba compartiendo y él decía, muchas veces nosotros estamos clamando a Dios hacia arriba.
Comentarios de Clame en mi angustia y me oíste - Pastor Luis Bravo 33656e