CARMEN DURÁ, ESCULTORA: ME DEFINO como ARTISTA NO por lo que HAGO sino por CÓMO ACTÚO l6950

Picasso decía que la inspiración no te llega cuando tú quieres, pero procura que te toque trabajando, que te llegue trabajando.

Las esculturas son más difíciles de vender porque también son más difíciles de colocar en una casa, por ejemplo.

Normalmente la gente la suele exponer en una estantería, te pierdes todo lo que tiene detrás.

¿Tú ves a los jóvenes de hoy en día interesados en ser artistas en el ámbito de la escultura? Artistas, sí. Escultura ya no lo sé.

¿Las materias primas para ser escultor son muy caras? No, el barro es bastante económico y lo que puede ser un poquito más caro son los utensilios, pero lo más caro es el horno.

¿Y Carmen, tú le recomendarías a una persona que quiere ser escultor que estudiara bellas artes o que hiciera como tú y fuera más a una escuela o clase de escultura? Las dos cosas.

Bienvenido, bienvenida. Hoy tengo conmigo a Carmen Durá, escultora, pero su trayectoria profesional es impresionante.

Y la primera pregunta que te quiero hacer, Carmen, es ¿qué tal estás? ¿Cómo te encuentras? Bien. Aunque no debería decir bien, debería de explicar exactamente cómo estoy.

Pero sí, estoy en una etapa de mi vida bastante tranquila y relajada.

Me alegro. Empecemos por el principio. Formación, arquitectura.

Empecé arquitectura.

Y has acabado siendo escultora. O sea, no has pasado ni por bella arte y ya eres escultora.

Cuéntame, ¿por qué diferentes profesiones has tenido y por qué sitio has pasado? Empecé arquitectura, que esa no es mi asignatura pendiente, es mi carrera pendiente.

Y lo que pasa es que, por circunstancias, lo tuve que dejar y entré en la Escuela de Artes y Oficios en Valencia, yo soy de Valencia, en decoración.

Entonces ahí había una asignatura que era modelado, que es con el barro.

Y bueno, ahí hice mis pinitos, pues no sé, hace cuarenta y pico años, casi cincuenta años ya.

Sí, sí, va a ir por ahí, que tengo muchos años.

Y nada, aquello duró dos años y bueno, como el barro, a mí me encanta llamarle barro, es muy sucio, puede ser.

Entonces, en casa es muy difícil hacer barro, ¿no? Entonces, bueno, lo fui dejando, empecé a trabajar decoración, estuve trabajando decoración y me encantaba y tuve un hijo.

Entonces, cuando mi hijo iba a clases particulares de inglés, pues, pero vamos, que tenía dos años o así, yo le esperaba en el parquecito de enfrente, los primeras semanas muy bien, pero luego yo decía, madre mía, ¿qué hago yo aquí una hora? Y nada, entonces veo que pone, clases de escultura con el escultor Arturo, ya no me acuerdo, para mayores, y yo, ostras, total, que entro.

Entonces, nada, en lugar de esperar yo a mi hijo, me tenía que esperar a él, porque las clases de escultura eran de tres horas, porque el barro, sí, todos los talleres y tal suelen ser de tres horas, dos horas como mínimo, porque entre que empiezas, te pones, o sea, luego tienes que limpiar, bueno, y nada.

Y ahí es cuando, por ahí tengo una, una escultura de entonces.

Entonces, eso hace treinta, pues treinta y pico años.

Y nada, entonces nos vinimos aquí a Madrid, y me fui a la escuela de La Palma, a estudiar escultura, y ahí estudié escultura.

Y nada, pues nos juntamos dos amigas, que nos encantaba, e hicimos una exposición, salió fenomenal, y bueno, ya desde entonces, y primero, lo que más importante para mí fue la exposición de Einstein, la de la teoría de la relatividad, porque me unió mucho mi fase de arquitectura, de que no era exactamente bellas artes, era más la física, que también me ha gustado y tal.

Entonces, ahí, eso fue en el 2005, porque fue el aniversario o algo así de la teoría de la relatividad.

Y tuvo un éxito tremendo, ha ido por varias ciudades, a colegios, bueno, me encantó y disfruté muchísimo.