
Descripción de Capítulo 7 v662r
Mi mejor amigo - Capítulo 7 5n3458
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
CAPÍTULO VI. LA MÁS ELEGANTE.
Simon se puso un smoking para la boda y fue a buscarla en una limusina en lugar de usar su coche. El efecto general era de cuento de hadas o de película romántica. A nadie le quedaba un smoking mejor que a Simon. Tenía cuerpo para ello, anchos hombros, largas piernas, caderas delgadas. Y también la personalidad necesaria. Era un hombre seguro de sí mismo sin llegar a ser soberbio. Desde luego, parecía tan cómodo con un smoking como con unos vaqueros gastados y una camiseta con el escudo de su universidad. Mientras Chloe tenía que recordarse a sí misma que debía erguir los hombros y meter la tripa.
Y estaba deseando terminar con aquello para quitarse los zapatos de tacón. Los que llevaba en aquel momento eran nuevos y ya la estaban matando. Nunca se le había dado bien caminar sobre tacones de más de 4 centímetros, pero no tenía más remedio, de modo que había estado practicando por su apartamento después de ducharse. Y había tenido que ponerse una de esas tiritas transparentes en el talón porque le había salido una ampolla. Pero estaba decidida a aguantarse. Para estar guapa había que sufrir. O eso decían.
—¿Vas a llevar eso también? —preguntó Simon, señalando su cabeza.
Sonriendo, Chloe apartó el libro que se había puesto sobre la coronilla. Era el de autoayuda que había comprado con Simon cuando fueron a Vendels. —¿Leyendo algo sobre osmosis? —bromeó él. En realidad, no había pasado de la introducción, pero estaba decidida a aprovechar el dinero que se había gastado. Muy gracioso. He estado practicando para caminar con gracia. Y no era fácil llevando instrumentos de tortura disfrazados de zapatos. —¿Y el libro te ayuda? —Si consigo caminar sin que se me caiga es que estoy caminando bien.
—¡Ay ya! ¿Cuántas veces se te ha caído? —Eso da igual. La repuesta era 17 veces, pero ¿quién estaba contando? Bueno, aparte de su vecina de abajo, la señora McNally, que había empezado a dar golpes en el techo con el palo de la escoba después del cuarto golpetazo. La mujer se había convertido en un ogro desde que le pusieron los audífonos.
—¿Estás lista? —le preguntó Simon, mirando su reloj. No tenía tantas ganas de ir a la boda como de terminar con aquello de una vez y Chloe lo entendía. La boda iba a celebrarse en una capilla a las afueras de Connecticut y luego cenarían en un salón de banquetes cercano.
Y aunque era la boda número seis para el padre de Simon, era la primera para la novia y había invitado a la mitad de la ciudad. Al menos eso decía Sherman Ford. —Voy a buscar mi bolso, espera un momento. Haciendo un esfuerzo para no cojear, Chloe siguió a Simon hasta la calle, donde un chofer uniformado les abrió la puerta de una limusina. —Vaya, veo que no has reparado en gastos —exclamó. —¿Por qué no vamos en tu Mercedes? —La ha alquilado mi padre —la expresión de Simon era muy seria.
—Supongo que temía que no fuera si él no se encargaba del transporte.
—Y también ha pagado el smoking. —Estás muy guapo.
En realidad estaba perfecto, pero no pudo evitar arreglarle un poco el nudo de la corbata.
Estaba torcido, se justificó. —Un milímetro.
Pero Chloe estaba deseando tocarlo. —Gracias —dijo él sonriendo.
—¿Qué harías sin mí? A pesar de la sonrisa, Simon parecía muy serio cuando dijo.
—Espero no descubrirlo nunca. Su entrada en la limusina no fue exactamente elegante o pudorosa, y Chloe tiró del bajo de la falda todo lo que pudo.
—Veo que el ejercicio está dando resultado —comentó Simon.
Ella sonrió encantada aunque un poquito avergonzada también. Pero la faja que había comprado para esconder la tripa merecía la pena. —Gracias.
De nada, Simon tiró de la corbata que ella acababa de arreglarle.
—¿Demasiado apretado? —Algo está demasiado apretado —murmuró él.
—Bueno, ¿cómo se llama tu nueva madrastra? —No debería haberlo preguntado, porque Simon hizo una mueca. —Creo que ésta se llama Brittany, pero como mi padre las llama cariño a todas, no estoy seguro.
Chloe inclinó a un lado la cabeza, pero antes de que pudiera decir nada, él la interrumpió.
—No. —¿No qué? —No me digas que intente alegrarme por él.
Ese había sido su consejo para los anteriores matrimonios.
Comentarios de Capítulo 7 275e4z