
CAPAK, Capítulo Cuadragésimo Primero, por Umbriel Korvo g6p2j
Descripción de CAPAK, Capítulo Cuadragésimo Primero, por Umbriel Korvo 281v3q
Tras su desesperada fuga de las inestables tierras africanas, el profesor Capak se encuentra bruscamente en los bordes inferiores de la atmósfera, en un demencial escenario de entidades místicas e inesperados ataques de alta tecnología pre-apocalíptica... ¡Saludos! 3t3v35
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
Es calor fría
Capac, Capítulo Cuadragésimo Primero
Ángel Vengador
Por Umbriel Corvo
Demetrius Capac se despertó dolorosamente, frotándose la cabeza.
Al parecer algo lo había golpeado repetidas veces.
Pronto tomó conciencia de que la sensación que percibía en ese momento
le era extraordinariamente familiar.
Estaba flotando.
¿Pero qué diablos?
Por momentos, un destello intermitente le daba forma a los elementos a su alrededor.
Las luces del interior del vehículo titilaban sin parar.
Después de un rato de profundo desconcierto, Capac logró asirse de algo
y se les apañó para acomodarse en el asiento del piloto del Kirov.
Ajustó el cinturón de seguridad.
Su cabeza seguía latiendo, pero esta vez era diferente.
Cerró los ojos, se concentró y luego los abrió de nuevo.
El interior del tanque estaba atiborrado de personas.
Sus imágenes estaban borrosas, pero eran perfectamente reconocibles.
Allí estaba su hijo, con el aspecto que tenía a los 6 o 7 años,
su ex esposa, sus padres, su hermano menor, que les sonreía con sorna,
también un par de amigos.
No hay suficiente espacio para todos ustedes, estimadas alucinaciones.
Mejor lárguense de una buena vez.
Percibió murmullos, aunque de entre ellos, un tono pesado sobresalía.
Las deidades se han ido.
Solo queda Ovaluayé, hijo de Kesoniniowe y criado por Yemayá, tu señor.
Bastante lejos de allí, unos os se encendieron.
Quedaron establecidos los parámetros de amenaza potencial.
El Asye Osvete verificó el código de eliminación.
Los billetes de sujeción se abrieron,
y los ciclones gemelos se activaron simultáneamente.
Tras el protocolo de postcombustión,
la nave de 2 toneladas ascendió hasta los 20.000 metros de altitud.
Se quedó allí un momento buscando zonas de acción, áreas de población
y localización de blancos que ya no existían en la Tierra.
Y asimismo esperaron instrucciones que jamás llegarían.
Ante la falta de órdenes de destrucción de objetivos designados,
tomó una decisión e hizo una corrección en la trayectoria preestablecida
por aquellos operarios muertos hacía años.
Tratando de ignorar las voces en su cabeza,
Capac intentó ubicarse espacialmente.
El tanque, modificado por el colectivo nanotecnológico Borchespo,
lo había arrojado a las capas más altas de la atmósfera.
Y allí estaba detenido ahora, atrapado en gravedad cero,
alucinando acerca de deidades africanas y sin ninguna idea de cómo descender.
Soy quien rige y cura a través de la muerte y el renacimiento.
Voy a integrarme con tu sere, siendo entonces uno en sustancia, incorporados.
Recorreremos la Tierra en libertad.
Capac comenzó a estudiar el Galimatías que mostraba el tablero de control del Tirob.
No tengo interés en ser incorporado por nadie, especialmente por seres que ni siquiera existen.
Sin ofender, una fuerza sobrenatural sacudió al Tirob.
A pesar de la monstruosa distancia, el Angeo Osvete percibió la perturbación
y su programa de ataque reaccionó en milisegundos.
ó a dos docenas de satélites circundantes que precisaron la ubicación
y, enseguida, Angeo Osvete generó cien simulaciones de la destrucción del nuevo enemigo por defecto.
Sorprendentemente, su programa de ataque reaccionó en milisegundos.
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