Cap97. Rancho Izaguirre 3e203w

En marzo de 2025 diversos medios en México dieron a conocer una noticia brutal y escalofriante, el hallazgo de un campo de entrenamiento y exterminio en el rancho Izaguirre ubicado en Teuchitlán, Jalisco y el cual se sospecha pertenecía al Cártel Jalisco Nueva Generación.

Este descubrimiento ha sacado a la luz una red de reclutamiento forzoso, entrenamiento y ejecuciones, causando un impacto profundo tanto en la comunidad local como en todo México.

Con el máximo respeto por las víctimas inocentes y sus familiares, este video busca ofrecerte una visión completa sobre este lugar, que evoca los trágicos recuerdos del holocausto durante la Segunda Guerra Mundial o los campos de exterminio de Pol Pot en Camboya en los 70s.

Es importante señalar que existen ciertas inconsistencias en algunos aspectos de este caso. Incluso supuestos del propio Cártel Jalisco Nueva Generación han negado operaciones en el rancho Izaguirre, según se menciona en un video reciente y el cual pondremos sobre la mesa. Este video contiene información muy delicada y se recomienda discreción. Incluye datos revelados por el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco y periodistas destacados como Joan Grillo y Luis Chaparro, así como el medio Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad.

El rancho Izaguirre, extendiéndose sobre aproximadamente 13 mil metros cuadrados y ubicado en la localidad de La Estanzuela en Teuchitlán, Jalisco, fue objeto de un allanamiento inicial por parte de la Guardia Nacional Mexicana en septiembre de 2024. En esa operación se detuvo a 10 personas, se rescataron a dos secuestrados y se descubrió un cadáver. Sin embargo, en aquel momento no se hallaron fosas comunes.

Ahora bien, para comprender la gravedad de este caso es crucial que conozcas el término buscadores. Estos son ciudadanos comunes de México que se organizan para buscar a sus seres queridos desaparecidos. Los buscadores exploran campos, casas abandonadas y vertederos en busca de cualquier indicio de sus hijos, hijas, esposos y hermanas, quienes a menudo fueron secuestrados.

Seis meses después, en marzo de 2025, el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco descubrió en el rancho Izaguirre tres hornos crematorios y numerosos restos óseos distribuidos en seis lotes repartidos en cuatro áreas del predio. Además, se encontraron más de 493 objetos personales que incluyen pares de zapatos, camisetas, chaquetas, mochilas, llaveros, identificaciones, cartas a seres queridos y documentos.

Los hornos crematorios contenían huesos humanos en diversos estados de descomposición, carbonización y fragmentación. Aquí era una finca de adiestramiento. Donde se abre la tierra aquí se están encontrando estos crematorios. Lamentablemente, así es como nos estamos localizando aquí. Al parecer, hacían los pozos, quemaban y se tapaban de vuelta, dijo Indira Navarro, líder del colectivo de Guerreros Buscadores de Jalisco, quien estuvo en el sitio.

La cifra más reciente sugiere que hasta 1.500 personas pudieron haber pasado por este rancho de exterminio y entrenamiento, muchos de los cuales nunca salieron con vida. El colectivo reportó el descubrimiento de un cuarto punto con restos humanos calcinados el 13 de marzo de 2025, incrementando así la cifra de cuerpos encontrados en el rancho Izaguirre. Esta cifra y las personas que fueron asesinadas en el rancho aún no ha sido confirmada completamente, ya que las investigaciones forenses continúan.

Desde 2010, México ha sido escenario de fosas comunes y masacres, pero lo ocurrido en este rancho representa un nuevo y profundo nivel de horror. Sobrevivientes de este campamento han compartido relatos escalofriantes con los buscadores y con algunos medios de comunicación mexicanos, los cuales estás por escuchar. Como dijimos, el rancho Izaguirre tenía un triple propósito. Funcionaba como campamento de entrenamiento para sicarios del CJNG, como centro de detención para personas secuestradas y como crematorio y fosa común.

Se alega que muchas de las víctimas fueron reclutadas a través de anuncios de empleo para guardias de seguridad u otros trabajos donde les ofrecían unos 10 mil pesos mexicanos semanales, aproximadamente 500 dólares, y viajaban desde diferentes partes de México hacia estaciones de autobuses en la zona metropolitana de Guadalajara, especialmente en Tlaquepaque. Reportes indican que