EL CAFELITO DE JOSEP PEDREROL #16 | FERMÍN CACHO | PODCAST COMPLETO 3n3r21

Fermín Cacho, ¿un poquito de café? Pues sí, el café es bueno, además.

Yo sé esto. Hay médicos que dicen que sí, pero tampoco se trata de abusar, ¿no? De abusar, no.

Tú eres muy cafetero, has tomado mucho… Yo a mí me gusta muchísimo el café.

¿Siempre, cuando estabas compitiendo a máximo nivel? También, sí.

Desayunar café y después, antes de levantarte de la siesta, prepararte un cafelillo para darte un poquito de tono, de decir, bueno, vamos para allí.

Entonces, a mí siempre me ha gustado. Y me gusta.

Has hablado de la siesta. De la siesta hablaremos.

Ah, muy bien. La siesta es importantísimo, ¿eh? Sí, y tú habidos siestas.

¿Cómo puede alguien echar la siesta con lo que tiene delante, no? ¿Cómo puede alguien, antes de una carrera en los Juegos Olímpicos de Barcelona, echar una siesta? ¿De cuánto tiempo? Pues está normalmente una hora, una hora y algo.

Pero ese día en el que consigues la medalla de oro, en 1500 en Barcelona, ese día echas una siesta.

Sí, sí, sí, una siesta. Además, me vino bien. Una siesta estaba… Al llegar cuatro días tarde a la inauguración de los Juegos, estuve en la Villa Olímpica, en el apartamento donde estábamos.

Pues la habitación que no quiso nadie, pues me la dejaron para mí, ¿no? Que era la que… Justamente la ventana daba al patio donde estaban los motores del aerocondicionado.

Pero te la dejaron a ti porque puedes dormir igual.

Me da igual. Me dormía igual.

¿Por qué llegaste tarde? Porque estaba en Soria, estaba entrenando en Soria.

Yo no empezaba a competir hasta el 2 de agosto.

Entonces, los Juegos se inauguraron el 26.

Querías menos tiempo mejor.

Pedí permiso para estar en Soria esos días y me lo concedieron.

Me ocurrió lo mismo en Atlanta. En Atlanta también llegué tres días tarde.

No fui con la expedición, con el global de la expedición, sino fui después.

O sea, que bien. Y bueno, lo de la siesta es eso.

Pues me eché la siesta y ya está.

Y me acuerdo que Enrique me llamó para decirme que ya es la hora que nos tenemos que ir.

Entonces ya hicimos los preparativos.

O sea, no eres una persona que sufre antes de algo importante.

No, porque cuando me pongo a entrenar, normalmente empezamos a entrenar a principios de octubre.

El 1 o el 2 de octubre nos ponemos a entrenar.

Entonces vemos qué campeonato hay ese año.

Lo vemos y nos fijamos en el calendario, qué día es la final y a qué hora es la final.

La hora también, ¿eh? Y ya va todo mirado hacia ese campeonato.

Entonces, todo lo que haces es preparación para ello.

Entonces, cuando ya llegas y has entrenado y estás seguro de todo lo que tú dominas, que es el entrenamiento, el estar bien, pues no te tienes que preocupar.

Ya has estado durante todo el año preocupándote para poder llegar bien a ese campeonato.

Es como el estudiante que llega el día del examen y yo ya he hecho lo que tenía que hacer.

Sí, sí.

Que sea lo que Dios quiera, ¿no? Lo que tú controlas, eso no puedes hacer mucho más.

Lo que tú no controlas, que son las causas ajenas que te pueden ocurrir en una carrera, que si llueve, si hace viento, si hay un codazo, si hay una caída, si tienes una estrategia de la carrera que va a ser rápida y luego es lenta, todas esas cosas que son externas no las tienes, pero sí que las tienes que prever.

Es la parte técnica, Fermín, y luego está la parte psicológica, que es más importante si cabe antes de una carrera.

Sí, psicológicamente estar bien antes de la competición, el creerte de que eres el mejor del mundo y te pones a entrenar para ser el mejor del mundo, porque haciéndolo puedes ser el mejor, el segundo o el tercero.

Si entrenas pensando que hay un campeonato del mundo en agosto, vamos a ver si estoy en la final.

Seguramente que no entras a la final.

Cuando conceden los Juegos a Barcelona es cuando dices tú...

Yo quiero estar ahí.

Eso es lo primero que pensé.

Salía del instituto, eran las dos de la tarde, me acuerdo, en octubre del 86, fue el 27 de octubre, por ahí más o menos, y me dijeron que los Juegos Olímpicos son en Barcelona.

La Vilda, Barcelona.

Y dije, joder, yo quiero estar ahí, en los Juegos.

Y me fui ya a casa, a la residencia, al colegio menor donde estaba en Soria, pensando en yo quiero ir a los Juegos, yo quiero ir a los Juegos, yo quiero ir a los Juegos.

Y cuando fuimos a entrenar por la tarde, en el entrenamiento,