Átomos y Bits | Bacterias espaciales 6u5e4k

Seguro que conocéis esta sintonía porque todas las semanas nos seguís y si acabáis de aterrizar aquí, pues por alguna extraña razón cósmica, vais a convertiros en seguidores también. Es la sintonía de Átomos y Bits. Cada semana nos acercamos por aquí para hablaros de las últimas novedades en cuanto a ciencia y tecnología. También hay de innovación. Últimamente mucho de ciencia y tecnología es lo que nos da tiempo, pero es que es tan fascinante todo lo que está pasando a nuestro alrededor constantemente que ya solamente contarlo nos tiene, bueno, pues eso, hepatados que dirían los ses.

En Átomos y Bits tenemos hoy la realización técnica de Paco Minayo, tenemos a José Manuel Nieves que enseguida nos va a contar todas esas cosas de interés y aquí en el micrófono el saludo de Pedro Palomay. Además hoy nos hemos puesto el traje de astronauta porque vamos a subir al espacio que es donde nos gusta estar. Yo creo que en el fondo somos somos bichos espaciales, José Manuel, ¿no te parece? Yo creo que sí, yo creo que sí.

Por lo menos estelares. Nos gusta tanto mirar hacia arriba que... A ver, en el fondo, en el fondo, ¿qué es la Tierra más que una nave espacial? Sí señor, efectivamente, eso es, eso es.

Yo soy el cocinero de la nave espacial que para eso me salen bien las tortillas. Y yo el piloto.

Me parece muy bien. Pues venga, vamos a pilotar porque además hoy tenemos que empezar a hablar en chino. ¿Por qué en chino? Porque en la estación espacial china ha aparecido una nueva especie de bacteria desconocida en la Tierra que no sé si es que es desconocida porque tiene los ojos rasgados o por qué, pero nos lo va a contar José Manuel. Pues sí, una bacteria desconocida y nunca vista en la Tierra. A ver, ¿eso qué quiere decir? ¿Que es una bacteria espacial que ha entrado porque es extraterrestre y se les ha colado a los chinos? Pues no.

Lo más fácil y lo más probable, de hecho es así porque tiene parientes en la Tierra, es que sea una bacteria que se coló en los cohetes chinos que van a la estación espacial y allí se instaló, que se adaptó, evolucionó y que se convirtió en otra especie distinta, nunca vista en la Tierra. Lo cual nos dice mucho, mucho sobre la extraordinaria capacidad de estas criaturas, de estos seres microscópicos, de estos microorganismos de los cuales ni podemos ni debemos liberarnos.

Pero claro, en los ambientes espaciales sí que conviene que sean lo más asépticos posibles e intentar limitar o eliminar por completo la presencia de estos microorganismos, que ya te digo que hasta ahora sigue una tarea absolutamente imposible. Dices que no podemos librarnos de ellos pero que tampoco queremos. Cuéntanos por qué no deberíamos librarnos de las bacterias.

Bueno, no deberíamos porque tú sabes, yo creo que hemos hablado más veces, que tú sabes que dos o tres kilos de masa de nuestro cuerpo son bacterias. Es decir, que si las... fíjate que ni se ve, imagínate lo que pesa una bacteria. Bueno, pues si juntaras todas las bacterias y todos los microorganismos de nuestro cuerpo tendrías unos tres kilos de... vamos, llenas una bolsa de tres kilos. En mi caso son 30 kilos, esa es la razón del sobrepeso, no es otra. Bueno, tú eres una bacteria con tres kilos de humano.

Eso es. Eso mola más. ¿Cómo se ecuala una bacteria en una nave espacial? Bueno, pues por cualquier sitio. Fíjate que lo han intentado todo. Sabes que las naves que van al espacio se ensamblan en una cosa que se llaman salas limpias. Bueno, pues hay dos estudios. Uno, que es el que han hecho en la Estación Espacial China, la Tiangong, que es donde han encontrado esta nueva especie de bacteria. Y otra que la han hecho en una sala limpia. Una sala limpia es un sitio donde se han tomado todas las precauciones para que no entre nada, ni un solo microorganismo.

Bueno, pues en la sala limpia, donde se ensambló una nave de la NASA que se llama la Fénix Mars, hace ya unos cuantos años, los investigadores han entrado a esa sala, han medido, han buscado, y ¿qué es lo que se han encontrado? 26 especies distintas de bacterias.

Madre mía, y eso que está limpia.

O sea, y eso que estaba limpia. O sea, 56.