Analizamos al equipo Aston Martin F1 2025 qwe

Hola, ¿qué tal, qué tal, qué tal? Sean bienvenidos a la Ventana del Motor.
Hay un equipo que, por lo que sea, tenemos ganas de escuchar cómo viene,
cómo están, qué son capaces de hacer y cuáles son sus pretensiones de cara a este
Mundial 2025 y, sobre todo, por lo que subrumorea, de cara a 2026.
Estamos hablando, cómo no, de Aston Martin, el equipo de Fernando.
Hoy toca hablar de ello, hoy toca hablar de desilusión o de ilusión.
Hoy toca hablar de que no nos tomen más por tontos o de volver a subirnos al carro
de la 33, el plan y su puta madre, el patinete.
Hoy se viene en Capitulazos, ¡vamos para allá!
En esta serie en la que estamos conociendo a todos los equipos de Fórmula 1 para
esta temporada, hoy nos toca un equipo especial, especial por lo menos
para nosotros, ¿no? El aficionado a la Fórmula 1 y también a Alonso Ixta,
en el que me incluyo, no lo puedo esconder.
Vamos a ver en este episodio dónde pueden llegar y cuánto nos podemos
ilusionar, ¿no? O ni pensar en hacerlo.
Yo me voy a cagar en todo de Aston Martin. Bueno, lo primero, sigo resfriado,
lo siento, esto me va a durar más que una jugada de Oliver y Benji.
Así que lo siento, ¿vale? En el próximo episodio espero ya tener a voz un poquito
mejor, ¿vale? Pero sigo resfriado, no le puedo hacer nada.
Hoy nos vamos a subir al monoplaza de la historia, ¿vale? Para recorrer la
trayectoria del equipo Aston Martin.
La historia de hoy comienza en 1991 con el equipo Jordan, fundado por el
carismático Eddie Jordan.
Este equipo con sede en Silverstone logró cuatro victorias y un tercer puesto
en el Campeonato de Constructores, pero sin embargo, a principios de los 2000,
las finanzas empezaron a hacer más agua que el Titanic.
Estaban más perdidos que un cangrejo en un cubo y Eddie Jordan decidió vender el
equipo al grupo Midland en 2005.
Midland, que suena más a una compañía de autobuses de pueblo que a un equipo de
Fórmula 1, pero rebautizó al equipo como Midland F1 Racing en 2006.
Pero tras una temporada sin pena ni gloria lo vendieron a Speaker Cars en 2007.
Speaker, una marca de coche deportiva holandesa, intentó su suerte, pero
también se encontró con un problema financiero.
Y aquí es donde entra en escena nuestro protagonista, Wilhack Majal.
Perdone por la pronunciación, los nombres en indio no es lo mío, casi me
rompo el frenillo, pero vamos a tener unos cuantos en este capítulo, así que
perdone. En 2007, el empresario indio Wilhack Majal, Mayal, conocido por su
imperio cervecero, quien pudiera, y su afición por los aviones privados, compró
el equipo por nada más y nada menos que un 68 millones de euros, baratito, y lo
renombró como Force India, nombre que te da más ganas de comerte un buen plato
con curry que de ver carreras, ¿no? Pero bueno, el equipo debutó en 2008 y tras
29 carreras, sumando menos puntos que Logan Sargent en el Mario Kart, lograron
su primer podio en el Gran Premio de Bélgica en 2009, con Giancarlo
Fisichella, no sé si nos acordamos, terminando segundo. Fue como si el equipo
hubiera encontrado la receta secreta al éxito, ¿no? Una pizca de perseverancia,
una cucharada de talento, una buena dosis de suerte, pero después veríamos que
tampoco fue para tanto, ¿no? En 2011, Sahara India Parwir, que yo, perdone por la
pronunciación de hoy, pero que tiene cojones, no prometo nada, así que no
meterme caña, así que bueno, a lo que vamos, que Sahara compró el 42,5%
del equipo por 100 millones de dólares y el equipo pasó a llamarse Sahara
Force India, con pilotos como Paul Di Resta, Adrian Sutil, más tarde Sergio
Pérez, Nico Hülkenberg, y entonces el equipo pues fue cosodrilándose en la
parrilla, ¿no? En 2016 lograron su mejor resultado hasta la fecha, terminando
cuartos en el Campeonato de Constructores. Parecía que el equipo había
encontrado, pues, su ritmo, ¿no? Pero las cosas estaban a punto de cambiar. En 2018
el equipo entró en una istración debido a los problemas financieros y
y esos tenían bastantes problemas, tenían más problemas que Farruquito en una
autoescuela, ¿no? Y aquí es cuando...