
Descripción de Alfredo Corrochano 1r4se
Javier García Isac y Juan Salazar comentan sobre la figura del torero de la Edad de Plata, hijo del cronista Gregorio Corrochano. 5h6va
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
Estamos en los tonos de nuestra historia, cambiamos de tercio, cambiamos de registro, estamos con Juan Salazar, nuestro relator estadounidense particular.
Juan, ¿cómo estás? Bien, bien.
Aquí vamos acelerados, por lo menos tenemos luz hoy.
¡Ja, ja, ja! Oye, Juan, vamos a ver, cada vez son más la gente que me para por la calle a darme esa luz para ti.
¿Anda? Sí.
Me dicen, vaya programones de tonos y tal, no sé qué, pero me gusta el de Juan. Me gusta también la tienda.
Me gusta, hablando de la tienda, la taberna de la tienda patrocina, a partir del próximo lunes, el parte del día.
Ah, bueno, muy bien. El parte de la jornada de San Isidro.
Bueno, muy bien, muy bien.
Si todo va bien, que hoy es viernes, sábado y domingo los tonos.
Ah, bueno, bueno.
Vamos a ver si tengo tiempo muy bien.
No tengo nada claro.
Oye, ¿de quién nos vas a hablar hoy? Pues mira, hoy quería hablar de Alfredo Corrochano, Alfredito Corrochano, torero de la Edad de Plata, hijo del gran cronista de Gregorio Corrochano.
Eso le condicionó mucho a Alfredo, Alfredito, como se le llamaba.
Y fue torero, sobre todo, en los últimos años de la Edad de Plata, en los años 30, con lo cual tuvo que compartir tardes con Marcial Alanda, pero sobre todo con Domingo Ortega, que estaba despuntando, que estaba en el inicio de su carrera, con Manolo Bienvenida.
Y a Gregorio Corrochano los temas, los avatares políticos, y sobre todo la guerra, le partió un poco su carrera, porque realmente finalizó prácticamente en el año 35.
Oye, cuéntanos cómo fue su trayectoria en el oro.
Pues Alfredo Corrochano Miranda, nace en Madrid, en la calle Conde Duque, el 5 de octubre de 1912.
Fallece luego en Granada, hace no muchos años, en el año 2000.
Tuvo una educación cuidada, claro, pues su padre, Gregorio Corrochano, tenía posibles, como se decía antaño.
Asistía con su padre a las fiestas camperas, especialmente en Salamanca, y en una entrevista, en el año 57, él manifestaba, yo fui torero por casualidad, igual que ahora les da a los chicos por jugar al fútbol, y casi sin darse cuenta se hacen profesionales, a mí me ocurrió con los toros.
Cuando yo probaba los estudios, me llevaban al campo como premio, y terminé profesionándome a torear.
Entonces dije, ¿por qué no voy a ser profesional? Creo que también me animó a ello las conversaciones que escuchaba en el campo a Tomás Murube, Clemente Tassara y Agüero, el de Santander, quienes, sabiendo torear, no habían tenido el arranque a hacerse profesionales.
Y yo rompí el fuego.
Recuerdo que, entonces, Tassara era el estilista de los aficionados.
Me salí con la mía.
Entonces, él se presenta a Alfredo Corrochano, en el año 28, en Madrid, en la plaza Antigua, Fuente del Verro, en Nueva Cerrada Benéfica, que luego, si no, puede merecer la pena comentarla.
Una vez cerrada, para recaudar fondos para construir la ciudad universitaria.
Luego, si no, la comentamos.
Y, en el año 29, él ya torea como profesional 22 festejos, en Vez Cerrada, Noviadas, en plazas importantes.
Ya, claro, él tenía, al principio, esas posibilidades.
En Córdoba, Valencia, Santander, Zaragoza, Barcelona.
Y, luego, en invierno, en marcha, Suiza.
Él dice, en esa entrevista, en el año 57, le preguntan, ¿te animó tu padre? Dice, mientras fue cosa de tipo deportivo, lo vio bien.
Pero, cuando planté la papeleta, me mandó interno a un colegio de Suiza.
Claro, que yo me escapé y regresé dispuesto a ser torero.
Y, luego, lo contaba la hija de Alfredo Corrochano, Yola Corrochano, en una entrevista hace cinco años, seis años.
Decía, mi padre estudió con José, hijo de Ignacio Sánchez Mejías, en Suiza.
Y él fue quien le enseñó a torear en la finca de Pino Montano.
Mi abuelo se oponía que Alfredito, mi padre, fuera torero.
Por eso, lo mandó a Suiza.
Pero, un día, llamó a casa Alfonso XIII, pidiendo que actuara en un festival que había organizado el rey para la ciudad universitaria.
Y mi abuelo no pudo negarse.
Y él sigue toreando. En el año 30, torea 16 novilladas.
Se presenta en Sevilla y dice uno al sesgo, se ha salido con la suya el chiquillo.
Se ha hecho torero y buen torero.
Pues, el mejor estilo con la capa y la muleta.
Sobre todo, con esta, es extraordinario.
Tiene vergüenza torera.
Mucha afición, sabe lo que su nombre le obliga.
Y todo esto, unido, hace de él una esperanza que nada de tardar en ser una realidad, poco que la suerte la acompañe.
Entonces, estuvo toreando esas temporadas, del 31 al 35, 31 torea, 32 novilladas.
Cosecha tantos éxitos que toma la alternativa en el primer festejo del año 32 en Castellón, que se la da Marcial Alanda también, con testigo Domingo Ortega.
Luego, torea 17 corridas en el 32, 20 en el 33.
En el 34, recibe una coronada muy fuerte en Madrid, que le...
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