A TRAVES DEL ESPEJO (PARTE II) 3j5br

Parece que la horca es mi destino. Mis pasos van escoltados por estos guardias desde la prisión hasta el cadalso, donde la muerte por traición me espera.

La gente grita contra mí en esta procesión condenatoria, todos a la vez diciendo, traidor, tonto, cobarde, cuando no he hecho nada contra ninguno de ellos, cuando a casi ninguno conozco. Entonces, ¿por qué me repudian? ¿Por qué me injurian? ¿Por qué me escupen y me lanzan piedras que me hacen brotar sangre en donde me golpean? Simplemente porque están amaestrados para ello. Porque la tortura y la muerte es el espectáculo del día. Porque tienen miedo de ser los próximos. En el 2025 esto sería una barbarie, un escándalo y un delito contra la vida. Pero, ¿qué diferencia hay con lo que está pasando ahora en esta época, el año 89 después de Cristo? Ninguna, solo que en el 2025 este tipo de ejecución se hace con redes sociales, con postureo, con la falsa espiritualidad, con la extinción de la empatía, con la condena por tener un pensamiento crítico.

Es que en el año 2025 realmente es más fácil y más impune matarte porque solo basta con bombardearte de necesidades creadas, con adoctrinarte, con ignorarte, con acrecentar la depresión, con manipular el clima, con lanzarte virus de laboratorio para quitar del medio a una parte de la población y crear el miedo. El 2025 es la sociedad del miedo, solo que eso no comenzó en esa época, sino en esta. Podría decir entonces que he vivido el origen y la evolución del miedo y no veo escapatoria. Espera, espera, y esto no es lo peor. Pero antes de contarte eso a ti, sí a ti, invisible pero muy presente, ¿cómo es que estoy por segunda vez con la soga al cuello? Para esto retrocedamos a hace dos días, a la noche en la que intentaba encontrarme a mí mismo conversando con mi amiga Noemi a través del espejo de Deyanira, la bruja roja.

Cuando dieron la alarma y yo entré en trance, Deyanira bajó a lanzar un hechizo pero al abrir la puerta, los guardias enviados por mis dueños la atraparon. En breve ella pudo escapar haciendo un sigilo con sus dedos sumiantes, pero no pudo hacer nada por mí. Y es allí cuando los gendarmes del mal me cogieron, destruyeron el espejo y me llevaron a juicio. Los horrores y las humillaciones que sufrí por parte de mis dueños no terminaron con los latigazos de esa noche, sino que al amanecer mis dueños y su séquito en pleno dictaron mi condena, la horca por traición. El juicio fue todo un teatro público. Ellos se hacían ver como los grandes benefactores, los piadosos señores que sólo intentaban elevarme, pero que para alguien como yo, con una actitud como la mía, sólo había una solución, la muerte. Pues permanecer vivo supondría un peligro.

Soy un peligro para los demás, decían. Y mientras su dictamen se pronunciaba yo escuchaba como la suma sacerdotisa de los astros decía a otro en voz baja, para alguien que está buscando un estatus legal debería ser más sumiso. Te confieso que me he enfrentado a este mismo pensamiento en el 2025, cuando he escuchado decir de mí, para alguien que está buscando papeles debería ser más sumiso. Lo siento, pero tengo que decírtelo, no hemos evolucionado nada como sociedad, porque así nos seguimos tratando. Y aquí me gustaría volver al punto que hace segundos deje atrás, aquello que te decía que considero lo peor. Y es lo siguiente, hoy estoy siendo llevado a la horca por una secta que opera en secreto y que domina a toda Bilbilis. Pero en el 2025 esta secta es mucho más grande y con descaro te lleva cada día a tu propia muerte.